Presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos
Tomás Toranzo: «El problema en el Sistema Nacional de Salud ahora es el abandono de médicos de la pública a la privada»
«Exigir el catalán a los médicos es una barrera y prueba de ello es que se van haciendo moratorias»
Guardias médicas de 24 horas: «Son inhumanas a cualquier edad»
Palma
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Iniciar sesiónLos ánimos de los médicos están al rojo vivo después de que el Gobierno explorara la posibilidad de ampliar la edad de hacer guardias obligatorias, de los 55 años a los 60, justamente en la dirección opuesta a lo que reclama el colectivo. La ... noticia ha sido desmentida por el Ministerio de Sanidad, lo que ha encendido aún más a los facultativos, que acusan al ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, de mentir. «Es una línea roja que no permitiremos que se cruce», advierte Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que no descarta tomar «medidas contundentes» que podrían llevar a un conflicto nacional en los próximos meses.
La entidad que agrupa a los sindicatos de facultativos de toda España -excepto de Cataluña, País Vasco y Andalucía- se ha reunido estos tres últimos días en Mallorca para analizar la situación actual de los médicos. Toranzo alerta de que el Sistema Nacional está en una «situación crítica», y los facultativos -cada vez más quemados- optan por irse a trabajar a la privada. Sobre el requisito lingüístico, el presidente de CESM es claro: «Tenemos un idioma común [el castellano] que nos permite atender con todas las garantías».
—Hay un temor entre los médicos a que el Ministerio de Sanidad amplíe la edad obligatoria de hacer guardias, de los 55 años a los 60, pero el Gobierno lo niega. ¿Hay una propuesta concreta?
—El ministro [José Manuel Miñones] ha dicho que es un rumor y un bulo, y no es cierto. El ministro miente porque trata de engañar deliberadamente. En un documento que sometió a consideración de los sindicatos exploraba la posibilidad de extender la exención de guardia de los 55 años a los 60. Los sindicatos que estábamos en la mesa lo rechazamos y creo que se ha dado marcha atrás. El problema es que haya negado que lo haya presentado. Y le decimos que no lo considere para el futuro porque para nosotros es una línea roja que no vamos a admitir.
No es de recibo que un médico deba hacer estas guardias. Para nosotros tendrían que ser voluntarias. El médico debe tener vida familiar, debe poder formarse y no tenemos que tener una vida entregada trabajando jornadas extenuantes de 24 horas porque esté mal planteado el sistema y, además, poniendo en peligro la seguridad de los pacientes.
—¿Qué opina de que las guardias no sean reconocidas como tiempo trabajado para la jubilación?
—La profesión debe tener reconocido ese derecho. Hay bomberos y policías que pueden adaptar su edad de jubilación y para nosotros como mínimo debería computar. Eso no quiere decir que otros profesionales, si ellos voluntariamente quieren, puedan prorrogar la edad de jubilación.
Otro de los tema que pululan en el ambiente es la ampliación a ocho años la residencia de los MIR. ¿Hay una propuesta concreta?
No, de eso no hay absolutamente nada. Nosotros hemos pedido una revisión del sistema de formación MIR, sobre todo en el aspecto laboral porque está en una situación mejorable. Pero en este momento son ocurrencias que ha tenido algún consejero [en referencia al de Extremadura] y se le ha dado altavoz pero ese debate no existe, simplemente son comentarios de café.
—¿Cómo está el tema de la jubilación anticipada y qué sensibilidad tiene el Ministerio de Sanidad?
—Está totalmente parado y además el Ministerio de Sanidad se niega a tratar el tema y dice que es competencia del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La jubilación anticipada es una necesidad y hay que hacerla teniendo en cuenta, entre otras cosas, el tiempo de guardia o la nocturnidad.
—¿Por qué cree que los médicos deberían subir al grupo A1 plus, un grupo que tienen los jueces?
—Evidentemente por la formación y la responsabilidad. Tenemos 360 créditos de formación que no tiene prácticamente ninguna otra profesión. El médico no tiene las mismas exigencias de formación que tienen otras y eso hay que reconocerlo.
La huelga de médicos en Ceuta y Melilla ya llega a 22 días. Los médicos acusan al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, dependiente del Ministerio de Sanidad, de no mantener una negociación real. ¿Por qué se ha enquistado el conflicto y cómo se puede desencallar?
El Ministerio, que reclama negociación a otras administraciones -por ejemplo a Madrid cuando estaba en huelga y les decía que había que negociar con el comité de huelga-, resulta que cuando es el responsable y gestiona Ingesa hace lo contrario: no negocia y le niega la capacidad negociadora. La actitud del Ministerio es reprobable.
—La situación en la Comunidad Valencia no es mejor y el Sindicato Médico da por rotas las negociaciones. ¿Qué ha pasado para llegar a ese extremo?
—Igual. Lo mismo. Es una comunidad que ha estado haciendo promesas continuas, que cambió de consejero de Sanidad y parecía que se abría una ventana de negociación... pero [la Generalitat Valenciana] sigue buscando el desgaste y el enfrentamiento.
—¿Plantean movilizaciones?
—Exigimos que en Comunidades donde hay conflicto sean sensibles y no se cierren a la negociación. En otros sitios se ha buscado una solución. Nosotros somos exigentes para defender nuestros legítimos derechos y sobre todo para que nuestro sistema de sanidad dé respuesta a lo que demandan los ciudadanos.
—¿Qué piensa de que el idioma sea un requisito para trabajar en la sanidad pública?
—Además de perfecto que sea una exigencia el castellano. (Risas). Todos los ciudadanos españoles hablan español y en las comunidades autónomas con lengua propia podría ser un mérito, pero desde luego no puede ser un requisito porque hace que esas regiones tengan dificultades en atraer profesionales, no porque no puedan venir sino porque en el futuro les van a pedir el idioma para el desarrollo de su carrera profesional. Y esa exigencia está perjudicando por un tema totalmente ideológico cuando tenemos un idioma común que nos permite con todas las garantías dar una asistencia y entenderse sin ningún problema. El requisito lingüístico es una barrera y la prueba es que van haciendo moratorias para salvar los momentos de dificultad pero la gente se da cuenta.
—Ante la grave carencia de médicos han denunciado que hay un intento por sustituirlos por otras profesiones. ¿A qué se refieren?
—Muchas veces la carencia de profesionales se quiere solucionar atribuyendo competencias exclusivas a otras profesiones, a la enfermería concretamente. Eso lo que hace es deteriorar la calidad asistencial porque la competencia no es un capricho sino que está en función de la formación y de la práctica clínica. El médico tiene que hacer de médico, la enfermera de enfermera y el farmacéutico de farmacéutico. Las enfermeras deben dedicarse a lo que se han formado, a los cuidados; y los médicos al diagnóstico, al pronóstico, a la prescripción, a la práctica clínica asistencial. En algunos casos se están derivando la gestión de las consultas a la enfermería ante la carencia de médicos.
—¿El síndrome del médico 'quemado' empieza cada vez antes?
—Hay gente que trata de abandonar por salud laboral y el porcentaje es muy alto pero lo peor es la tendencia creciente en intensidad y prevalencia. Porque si ya tenemos falta de profesionales esto anula a muchos otros que tienen que hacer un abandono temprano de la profesión o no están ejerciendo en las condiciones que son necesarias para una asistencia de calidad. Además, esta tendencia está empezando a aparecer en los médicos residentes.
—¿Cuántos médicos se han ido al extranjero y qué consecuencias tendrá este exilio?
—Se han ido al extranjero pero quizás no tantos como se dice. El problema del Sistema Nacional de Salud ahora es el abandono de los médicos del sistema público al sistema privado. La privada está creciendo porque, ante la carencia de la sanidad pública, los pacientes se dirigen a la privada o concertada, y allí se ofrecen mejores condiciones laborales y los médicos buscan el ejercicio donde más les conviene.
Una de las reivindicaciones de CESM es que se destinen 10.000 millones de los fondos europeos para dar solvencia a la sanidad pública. ¿Cuál es la respuesta del Gobierno?
La cantidad que está llegando de los Next Generation es ridícula e insuficiente, a pesar de que los partidos políticos reconocen que la financiación del sistema sanitario público es muy deficiente y está por debajo de la media europea. Esto hace que se esté entrando en una crisis, tanto de falta de profesionales como de acceso a las innovaciones terapéuticas. Por eso hace falta mejor financiación.
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—¿El Consejo Interterritorial está sirviendo realmente para adoptar estrategias sanitarias en ámbito nacional?
—De momento no porque este Consejo es un órgano que está excesivamente politizado. No se puede utilizar el sistema sanitario como arma arrojadiza en vez de resolver los problemas.
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