Un oncólogo para 85.000 ciudadanos en Melilla, así mira para otro lado el Ministerio en la Sanidad que gestiona
Los médicos de Ceuta y Melilla denuncian el «abandono» del Gobierno
Llevan un mes en huelga por las condiciones laborales y la falta de especialistas: «Aquí nadie quiere venir»
Los sanitarios convocan huelgas indefinidas en Galicia, Ceuta y Melilla
Madrid
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Iniciar sesión«Aquí el único oncólogo que tenemos para atender a 85.000 habitantes no se puede coger ni un resfriado», ilustra el presidente del Colegio de Médicos de los médicos de Melilla, Justo Sancho-Miñano. Es solo un ejemplo de la escasez de recursos de personal ... que hay en las dos ciudades autónomas enclavadas en el norte de África. Dos urólogos y dos radiólogos que ya deberían estar jubilados o están a punto de hacerlo; un cirujano general que está obligado a hacer 21 días continuados de guardia porque no tiene quien le sustituya; ginecólogos que se cargan con doce guardias al mes y médicos de Primaria con agendas de pacientes interminables.
«La escasez de profesionales es crítica, tanto en Ceuta como Melilla. Tenemos una crisis sanitaria y nuestra huelga es un S.O.S. Si esto ocurriera en otra comunidad sería un escándalo», asegura Sancho-Miñano al recordar las manifestaciones y la repercusión mediática de las largas negociaciones de los facultativos madrileños con la comunidad de Madrid.
El mismo Ministerio que ha promovido una ley de Equidad en la que se quiere poner fin a los acuerdos con la medicina privada recurre a ella para parchear el problema que tiene en la sanidad que le toca gestionar. Por ejemplo, todas las cirugías de prótesis de rodilla se derivan directamente a una clínica privada del Campo de Gibraltar. También se traslada a todos los enfermos oncológicos que necesitan radioterapia a un centro privado de Andalucía, obligados a coger un helicóptero para su sesión de radioterapia.
Los médicos de Ceuta y Melilla llevan casi un mes en huelga intermitente, pero no es noticia. Han parado para protestar por la escasez de especialistas, un problema que se repite en el resto del país pero que se agrava en un territorio de especial conflictividad por su frontera con Marruecos. Dos hospitales y seis centros de salud atienden a una población de más de 170.000 habitantes entre ambas ciudades que se incrementa súbitamente cuando la frontera está abierta, en virtud de la atención solidaria en las urgencias o los partos.
Faltan facultativos y los que hay se sienten maltratados por agravios salariales y las malas condiciones laborales, tanto en la asistencia especializada como en la atención primaria. Todos han ido al unísono a la huelga.
Sus quejas se han trasladado al Ministerio de Sanidad, de quien depende la gestión sanitaria de las dos ciudades autónomas a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), con cuya directora no existe interlocución directa, se quejan los presidentes de los colegios de médicos. «Esta es una huelga que nadie quiere. La hacemos para salvar la sanidad. No dejamos de pedir disculpas a nuestros pacientes, pero es la única forma que tenemos de llamar la atención», asegura José Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta. En este tiempo, dice, no han conseguido que la responsable del Ingesa se siente a negociar con ellos «o al menos nos cojan el teléfono». Desde el Ministerio de Sanidad, se asegura a ABC que esta entidad "no ha recibido ninguna llamada ni petición directa de reunión" y que "se ha promovido el diálogo e interlocución" con los sindicatos médicos.
Pocos y penalizados
La mecha que prendió el fuego de sus movilizaciones fue una reivindicación económica, un agravio comparativo con el resto de profesionales de otras comunidades. Los médicos de estos territorios que compaginan su actividad pública con la privada son penalizados económicamente aunque realicen la misma jornada laboral de un especialista que solo trabaje en la sanidad pública. El Ministerio ha mantenido un complemento de exclusividad que en el resto de comunidades ya se ha eliminado por anacrónico.
La decisión resulta más paradójica con una población donde el 30% son funcionarios del Estado y eligen tratarse en la sanidad privada gracias al acuerdo que tienen jueces, militares y otros empleados públicos. «Si yo en lugar de asistir enfermos por la tarde en otro centro privado me quedara en mi casa viendo una serie de Netflix no me reducirían el sueldo», se queja Roviralta, traumatólogo de profesión.
No es el único agravio comparativo. En uno de los territorios más tensionados, las guardias, por ejemplo, se pagan entre un 30 y un 20 por ciento menos que en otras comunidades como Madrid, Baleares, Castilla-La Mancha o Cantabria.
Zona de difícil desempeño
La Organización Médico Colegial, la institución que agrupa a todos los colegios médicos del país, también dirigió a una carta el pasado 23 de marzo a la entonces ministra de Sanidad, Carolina Darias, donde explicaba cómo los facultativos de las ciudades autónomas se sentían «abandonados» por parte del Gobierno central.
En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, se proponían mejoras para atraer talento sanitario y se recordaban las promesas del Ingesa. Entre ellas, la declaración de ese área sanitaria como zona de difícil desempeño y cobertura. El BOE lo recogió el pasado 22 de febrero, pero de momento no se ha traducido en hechos reales que vayan más allá del papel. «Necesitamos incentivos para que no haya fuga de talento y los especialistas vean atractivo ejercer en Ceuta y Melilla. En Andalucía, por ejemplo, hay incentivos para cubrir plazas de difícil cobertura que puede variar entre 5.000 y 15.000 euros más de sueldo anual», argumenta Sancho-Miñano.
En la carta, incluso se apelaba personalmente a Darias, de origen canario: «Como usted bien sabe, la extrapeninsularidad no puede penalizar a nuestros ciudadanos».
El escrito tuvo respuesta, pero solo para recordar todo lo que el Ministerio ha hecho para mejorar su situación. Todas las demandas están siendo atendidas «sin escatimar recursos económicos o humanos», se respondía. Aunque se reconocía en otro párrafo que había «limitaciones presupuestarias» para atender otras peticiones como la jornada laboral de 35 horas o el aumento de guardias. Tampoco se ofrece un compromiso para aumentar el número de profesionales sanitarios, solo en mejoras de infraestructuras.
A preguntas de este periódico, el Ministerio de Sanidad considera la declaración de área de difícil desempeño "como un primer paso, para adoptar incentivos económicos y de otra índole que favorezcan la captación y fidelización de profesionales sanitarios en Ceuta y Melilla", explican a ABC.
También se recuerdan otras inversiones como la llegada de nueva tecnología y la inauguración reciente del centro de salud del Tarajal en Ceuta o un nuevo hospital en Melilla. El presidente del Colegio de Melilla lo aplaude: «En octubre, probablemente se inaugurará el nuevo centro, pero seguiremos sin tener profesionales para sostenerlo».
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