La número uno del MIR 2023: «He elegido dermatología para ser feliz y no quemarme»

Patricia Andrés, 25 años, ha obtenido la mejor nota de la última convocatoria

Una residente de Medicina de Familia: «El desprestigio de la Atención Primaria no se resuelve solo con dinero»

Patricia Andrés ha conseguido la nota más alta en la última convocatoria MIR MANUEL GÓMEZ /ABC

Madrid

14/02/2023 a las 23:41h.

La número uno del MIR de este año vuelve a ser mujer y repetirá especialidad. Se llama Patricia Andrés, es graduada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, tiene 25 años y ya ha decidido que elegirá la residencia de dermatología. ... Patricia no es una excepción, los médicos con mejores notas en el examen de acceso a la especialidad buscan plaza en hospitales de grandes ciudades y la disciplina que puede tener más salida en la Sanidad privada. Su caso no es excepcional. El médico recién licenciado que puede elegir prefiere ser dermatólogo, oftalmólogo, anestesista o cirujano plástico.

Dermatología cuenta, además, con una ventaja añadida. Es una de las escasas especialidades médicas, junto alergología o rehabilitación, en las que solo se hacen guardias durante los años de residencia.

Patricia no oculta que son factores que han pesado, y mucho, en su decisión. «Cuando estudiaba no tenía claro qué hacer, en realidad me gustaba toda la Medicina y la investigación». En los últimos años empezó a descartar algunas, pero lo definitivo fue hablar con otros colegas veteranos, con años de profesión a sus espaldas. «Muchos estaban 'quemados', otros me contaban que las guardias elevaban su sueldo, «pero le habían quitado años de vida. La respuesta de los dermatólogos siempre era :'soy feliz con mi trabajo'. Además, me encanta la dermatología porque es un área muy completa, tiene mucho de enfermedades infecciosas, de oncología y muchísima investigación».

La especialidad de Medicina de Familia, la 'cenicienta' del MIR, la que pocos eligen y más médicos necesita, no estaba entre sus opciones. «En sexto de carrera tuvimos una asignatura de esta especialidad y roté los fines de semana en un centro rural; me encantó. Me llevo un buen recuerdo, aunque no me veo como médico de Familia».

Dice que la decisión la ha tomado pensando en cómo se quiere ver cuando tenga 45 años. «Y la respuesta es que quiero ser feliz y no estar 'quemada'. Me quiero sentir valorada y que todo el esfuerzo de estos años haya servido de algo».

Ese esfuerzo se mide en muchas horas de estudio y sacrificios personales. Patricia siempre fue una alumna brillante: matrícula de honor en bachillerato, un 13,3 sobre 14 en la nota de Selectividad y un 9,7 sobre 10 en la nota final de Medicina. El 'número uno' del MIR cierra su excelencia académica.

Nada regalado. Detrás hay muchos 'codos' y un ejercicio de constancia. No hubo día desde que empezó la carrera al que no le dedicara 3-4 horas de estudio. Durante la preparación MIR en una academia de Oviedo, el tiempo de estudio se intensificó: casi doce horas diarias, contando el tiempo de la academia. «Mi suerte es que tenía los conocimientos de la carrera bien fijados, tenía una muy buena base».

«Fui a pasármelo bien»

Cree que la clave de su éxito fue ir al examen «intentando pasármelo bien, disfrutar. Y todos los días me repetía que el fin último de este camino no era sacar un número sino ayudar a las personas, que para eso he estudiado Medicina».

Patricia nació en Bilbao, estudió Medicina en Pamplona y el MIR en una academia en Oviedo. Ahora quiere volver a casa y hacer la residencia en un hospital de su ciudad natal: Basurto, Cruces..., «Dios, dirá». Aún tiene tiempo para pensar, pero cualquier centro se la rifará.