Si piensa que el año pasado fue cálido, espere a la vuelta de El Niño
Crecen las probabilidades de que el fenómeno regrese a final de año, dispare la temperatura global y exacerbe fenómenos extremos
La Península Ibérica podría verse beneficiada por la llegada de lluvias en invierno y estar menos afectada por bloqueos anticiclónicos
Una mujer se refresca con el agua de una fuente
La última vez que hubo un episodio fuerte de El Niño, un tercio de los arrecifes de la Gran Barrera de coral murió por el calor. Kuwait llegó a los 54 ºC, récord en el hemisferio oriental, y en España, Córdoba batía la marca ... europea de temperatura máxima para un mes de septiembre, con 45,4º. Era 2016 y, hasta el día de hoy, continúa como el año más cálido del que se tiene registros a nivel global. Ahora, las proyecciones apuntan a una probabilidad cada vez mayor de que este fenómeno climático vuelva a finales de año. Si su efecto se superpone al del calentamiento global, los expertos creen que podría empujar los registros por primera vez más allá de uno de los umbrales de seguridad climática: un calentamiento de 1,5º de calentamiento por encima de los niveles preindustriales.
Aunque resulte difícil de creer, el planeta lleva tres años bajo el influjo de un fenómeno que refrigera el clima a nivel global, La Niña. Es la contraparte de El Niño, que lo calienta. Se trata de dos eventos entre los que oscila el clima de forma natural. En ambos casos, el fenómeno se origina en el océano Pacífico, en función de si la superficie oceánica ecuatorial está más fría o más caliente. Además, la energía que genera esta masa de agua inmensa al intentar compensar la diferencia de temperatura con la atmósfera acaba alterando la presión atmosférica y cambiando los patrones climáticos en todo el mundo.
Sus repercusiones son inmensas, pero no son homogéneas. A nivel global, El Niño eleva la media de temperatura. El planeta está más caliente, algo que favorece que se alcancen temperaturas extremas. Pero eso no significa que en todos los países del mundo vaya a hacer más calor. «El Niño produce calentamiento, sobre todo en el trópico», explica Belén Rodríguez Fonseca, profesora titular del departamento de Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense de Madrid.
En amplias zonas de América Latina o del sudeste asiático, el invierno será mucho más cálido, mientras que las lluvias podrían multiplicarse en las costas occidentales de América. En la Península Ibérica, podría tener consecuencias positivas: este fenómeno se vincula con inviernos más lluviosos (y algo más fríos), aunque también hay estudios que apuntan a otoños cálidos.
Tendencia fría
Las previsiones apuntan a que en primavera habrá una situación neutra –ni El Niño ni La Niña– y, a partir de ahí, hay modelos que perfilan entre un 55% y un 60% de probabilidades de que llegue El Niño a final de año. «Si se confirma, con mucha seguridad 2023 sería más cálido que 2022 a escala global», explica el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo.
La atención científica que acapara esta posibilidad radica en los niveles récord de calentamiento alcanzados pese a llevar tres años sumidos en un episodio 'frío' de La Niña. 2020 fue el segundo año más cálido del que se tienen registros, mientras que 2021 y 2022 'solo' se posicionaron en el sexto y el quinto años más cálidos.
«El reciente episodio de La Niña podría haber enmascarado en cierta medida la tendencia de calentamiento global, y si ahora nos dirigimos a un posible episodio del Niño las cosas podrían llevarnos a temperaturas aún más altas», opina Eduardo Penabad, analista senior de predicción estacional del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
Bajo un episodio de El Niño el planeta podría traspasar por primera vez la línea emblemática de 1,5 grados de calentamiento global, al menos temporalmente. Se considera que a partir de este umbral se multiplican los efectos del cambio climático, en forma de olas de calor, aumento del nivel del mar o lluvias torrenciales.
«La probabilidad de superar el grado y medio aumenta porque es un fenómeno natural que impulsaría las temperaturas hacia arriba. Si ya venimos de una situación de calentamiento en las últimas décadas provocada por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, este fenómeno vendría a sumarse a ese calentamiento», opina Del Campo.
Sin embargo, estas anomalías de 1,5 grados, matiza Penabad, no serán como están definidas en el Acuerdo de París, y que implican que se mantengan a lo largo de varios años. Los científicos esperan que ese umbral no llegue antes de los años 30.
Récords de calor
A nivel práctico, la llegada de El Niño tendrá consecuencias. Aumenta las probabilidades de olas de calor exacerbadas y duras sequías, pero no en todos los lugares del mundo. «Si estamos ante una situación en la que la temperatura media global aumenta, también es de esperar que aumenten las temperaturas extremas y que en diversos lugares del planeta se puedan producir esas olas de calor, quizás inéditas o quizás de una intensidad pocas veces vista», opina Del Campo.
Más tajante se mostraba Bill McGuire, profesor emérito de peligros geofísicos y climáticos en el University College London, en un artículo en 'Wired'. «No me sorprendería en absoluto ver el récord de la temperatura más alta registrada, actualmente 54,4º en el Valle de la Muerte de California, hecho añicos. Esto bien podría suceder en algún lugar de Oriente Próximo o el sur de Asia, donde las temperaturas podrían superar los 55°C», escribía.
El récord mundial de temperatura en el Valle de La Muerte se alcanzó, precisamente, en 2020. También los 38 grados en el Círculo Polar Ártico. «El hecho de que hayamos registrado récords de temperatura durante un episodio prolongado de La Niña es un toque de atención que nos debería hacer a todos más conscientes de la escala de los impactos del calentamiento global», dice Penabad.
Sin embargo, el analista opina que es difícil cuantificar el riesgo de eventos extremos como olas de calor, ya que a nivel regional El Niño no es el único elemento en juego. «Ahora bien, el nivel actual de calentamiento global en nuestro planeta ya nos coloca en un territorio desconocido y cuando miramos a algunos eventos meteorológicos recientes vemos indicios de episodios que hasta ahora no tenían precedentes haciéndose cada vez más comunes».
Lluvia en España
Otra cosa será lo que pueda ocurrir en la Península Ibérica. «Esto no quiere decir que 2023 vaya a ser más cálido en España que 2022 o en Europa, porque hay factores que afectan a escala regional y que podrían hacer que este año fuese más frío en nuestro entorno», explica Del Campo.
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Cuanto más lejos del Pacífico, menor es la influencia del fenómeno. Y en Europa también se suma el efecto del Atlántico y del Mediterráneo. Sin embargo, Rodríguez Fonseca apunta a que, si se dan las condiciones de El Niño, a final de año empezarían a notarse los efectos en España. Serían buenas noticias. «En invierno, un Niño nos traería mayor frecuencia de bajas presiones sobre nuestra región y podría producir más lluvias», señala la experta.
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