Seis países europeos prohíben ya el velo integral por seguridad ciudadana y dignidad de la mujer
Los organismos musulmanes, que ignoran la libertad religiosa en sus países de origen, invocan ese principio para justificar el niqab y el burka en Occidente
El PP propone prohibir el burka y niqab en espacios públicos en Barcelona e informes de arraigo condicionados al civismo
Varias mujeres en Francia portan el niqab en la vía pública en 2011, antes de su prohibición
Las dos razones expuestas por el PP del Ayuntamiento de Barcelona para pedir la prohibición del velo musulmán completo en los espacios públicos—la seguridad ciudadana y la dignidad de las mujeres— han llevado a seis países europeos a legislar desde hace años ... en esa línea.
Francia es el país pionero en el veto al uso del velo integral femenino en el ámbito público. La prohibición se refiere en particular a las dos modalidades más conocidas: el niqab, el velo islámico femenino negro procedente de los países del Golfo Pérsico que —en su versión más pura— oculta también el rostro; y el burka, popular en Afganistán, en el que destaca el enmallado en el óbolo de la cara de la mujer.
Los dos atuendos femeninos musulmanes están prohibidos en el ámbito público de Francia desde 2011. En 2023, el Gobierno galo añadió otra restricción: la de portar la 'abaya' —la túnica femenina que cubre el cuerpo pero deja al descubierto el rostro— en las escuelas públicas, con el argumento de la 'no discriminación'. Está demostrado que las niñas a las que la familia musulmana impone esa prenda acaban siendo estigmatizadas en el colegio.
Desde Bélgica hasta Alemania
Los otros países del ámbito europeo que prohíben el velo integral en la esfera pública son Bélgica, Austria, Dinamarca, Suiza y Alemania. En el caso belga, la norma contó posteriormente con el respaldo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Suiza adoptó el veto al burka y el niqab tras un referéndum en 2021. El Gobierno danés ha anunciado su intención de ampliar la norma; el proyecto presentado en septiembre en Copenhague quiere prohibir también el simple velo para las estudiantes menores de 14 años. Alemania, por su parte, ciñe la prohibición del velo integral musulmán a tres categorías profesionales: militares, funcionarias y juezas.
Una tradición humana convertida en religiosa
Las principales organizaciones musulmanas europeas llevan mucho tiempo denunciando la prohibición del velo integral en esos países, así como otras normas que limitan el uso en las escuelas del velo simple —el 'hijab'—, con el argumento de la 'libertad religiosa'. Un término, dicho sea de paso, desconocido en muchos de los países musulmanes de origen donde se desconocen los derechos de las minorías.
No obstante, abundan los autores, también musulmanes, que consideran que el uso del velo femenino, en particular el integral, es una tradición humana convertida luego en religiosa. Parece demostrado, por ejemplo, que el burka afgano fue impuesto a comienzos del siglo XX por el emir afgano Habibulá Khan para impedir que los hombres se fijaran en el rostro de las mujeres de su harén.
La contienda entre los propios musulmanes sobre la obligación del velo femenino es antigua. Según algunos, Mahoma la estableció para sus mujeres, turbado al ver cómo flirteaban con hombres que venían a ver al profeta. De la obligación inicial para las esposas de Mahoma se habría pasado a la de las mujeres de «los creyentes» si se sigue literalmente el versículo 59 de la sura de los Partidos: «¡Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas, a las mujeres de los creyentes, que se ciñan los velos. Ése es el modo más sencillo de que sean reconocidas y no sean molestadas».
Origen histórico del velo
Algunos estudiosos opinan que la obligación se limitó a las mujeres del profeta y no se aplicaba, ya en tiempos de Mahoma, a las otras. De hecho las 'musfirat', las mujeres descubiertas, abundaban entonces. Lo que empezó como costumbre tendió a sacralizarse con el tiempo, como ocurre con muchos otros aspectos del Corán —donde es difícil encontrar la frontera entre los sagrado y lo profano—; pero nunca llegó a tener la fuerza que hoy tiene gracias al auge del islamismo, y a la falta de alternativas políticas a ese movimiento en el mundo musulmán.
Hace sólo cuatro décadas, en El Cairo, la gran urbe musulmana del mundo, la mayoría de las mujeres no llevaba velo. Hoy son minoría. Antes de la llegada de Jomeini, el velo era considerado un tocado campesino en Teherán; hoy es un símbolo religioso y obligatorio.
En Irán se han alzado algunas voces cualificadas contra la falacia de los argumentos religiosos en favor del velo femenino. La premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, exiliada en Londres, recuerda que la prenda que cubre a toda la mujer —presentada por los islamistas como la vestimenta de la mujer religiosa perfecta— «no existe en el islam; de hecho, si la musulmana va a la Meca con su rostro completamente cubierto, la peregrinación no es válida».