La EBAU del curso 2023/2024 no se modifica y será igual que hasta ahora
El Ministerio de Educación dice que aprobar el decreto que desarrolla la prueba «excede las competencias de un Gobierno en funciones»
El secretario de Estado del ministerio, José Manuel Bar se lo ha transmitido a las comunidades
El Gobierno paraliza la nueva Selectividad por «responsabilidad»
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Iniciar sesiónEl Ministerio de Educación ha decidido mantener la EBAU de este año tal como está haciéndose hasta ahora. Esta mañana y tras una convocatoria de reunión en la que no avisaban de este importante anuncio, el departamento dirigido por Pilar Alegría se ... lo hizo saber a las comunidades autónomas, según ha podido saber ABC.
El anuncio se produce a dos semanas del inicio de curso de los alumnos de 2º de Bachillerato que son los que se tienen que examinar de la Selectividad el próximo mes de junio. Esto significa que la prueba de Selectividad se queda exactamente igual que la del año pasado y tal y como se ha hecho todo este tiempo. La prueba iba a modificarse pero en el cajón quedó por aprobar, tras la convocatoria de elecciones, un nuevo real decreto que desarrolla el nuevo examen y que el Gobierno ya avisó en mayo que lo aplazaba por «responsabilidad». Sin embargo, a pocos días de empezar el curso, no se sabía qué iba a ocurrir finalmente con la prueba.
«La aprobación de la norma excedería las competencias de un Gobierno en funciones, generando confrontación con las Administraciones autonómicas», explicó Educación en un comunicado. El encargado de transmitirlo ha sido el secretario de Estado José Manuel Bar, que convocó a los directores generales de las comunidades y aprovechó para hacer una presentación tras los profundos cambios de gobierno producidos fruto de las elecciones municipales. Algunos de los cambios que se iban a introducir era pasar de los 90 minutos actuales a 105 o que los alumnos pudieran elegir si examinarse de Historia de España o de Historia de la Filosofía.
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El Gobierno paraliza la nueva Selectividad por «responsabilidad»
Josefina G. Stegmann
El aplazamiento de la nueva EBAU (del que también se informó a los rectores) ya había generado reacciones el pasado lunes. El consejero de Galicia, Román Rodríguez, envió una carta a la ministra de Educación en funciones solicitando que el Gobierno central paralice la nueva Selectividad. «El Gobierno gallego reclama que se paralice la reforma y que este curso la EBAU se desarrolle con el mismo modelo de los últimos años», declaró el consejero. «La situación política no puede ser una excusa ni perjudicar a los estudiantes». «Ellos, sus familias y el profesorado necesitan certezas en un curso tan importante en su vida», agregó.
«Atropello»
Las reacciones a la noticia no se hicieron esperar. «Hubiera sido un despropósito que un gobierno en funciones avanzara en la modificación de la EBAU con el curso empezado. Demorar esa reforma era una petición de Castilla y León y de otras comunidades. Para nosotros la calidad y la certidumbre del sistema educativo son prioritarias: no se puede empezar un curso sin que los profesores y alumnos de segundo de Bachillerato conozcan cómo va a ser la prueba de acceso a la universidad. Si el Gobierno en funciones hubiera seguido adelante con esa modificación, hubiera sido un atropello», señaló Rocío Lucas, consejera de Educación de la Junta de Castilla y León
La vicepresidenta segunda y portavoz del Gobierno de Aragón, Mar Vaquero, ha afirmado que la decisión «no es una buena noticia». Vaquero ha considerado que la EBAU «tenía que ser una prueba única» para toda España, recalcando que el PP tiene «una posición unánime» a este respecto, informó Ep.
Por su parte, el nuevo consejero de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, también celebró la decisión. «Hacemos una celebración con reservas en cuanto a las formas, porque la convocatoria de reunión se hizo de forma atropellada sin incluir en el orden del día ninguna mención a la EBAU y luego tenemos reservas en cuanto al contenido: creemos que la propuesta que se hace es indefinida y caótica», sentenció.
Por su parte, el sindicato CSIF, ha valorado la decisión del Gobierno. «CSIF reclamó retrasar un año la nueva EBAU teniendo en cuenta que el alumnado de segundo de Bachillerato iba a comenzar su curso sin conocer los criterios de la prueba a la que deberán enfrentarse en junio de 2024». En cualquier caso, agregaron, «la decisión adoptada por el Gobierno refleja la inestabilidad del sistema educativo. En este sentido, esperamos que la futura reforma se realice de manera pausada y consensuada en el nuevo ciclo político, con el fin de que haya una EBAU única en toda España sin diferencias en exigencia y nota».
Los rectores responden
También fueron informados del cambio los rectores. Así se lo hizo saber el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón a la Conferencia de Rectores (CRUE). «Esta asociación ya solicitó el aplazamiento del proyecto de Real Decreto el pasado mes de mayo al considerar que no existía tiempo suficiente para poner en marcha un nuevo modelo de acceso que podría perjudicar gravemente al estudiantado que en este curso 2023-2024 comienza el último curso de Bachillerato».
La presidenta de Crue, Eva Alcón, considera «importante» el anuncio de esta decisión en este momento en el que el estudiantado de Bachillerato «está a punto de iniciar el curso y tiene que conocer las reglas del juego».
En mayo de este año el Ministerio de Educación anunciaba iba a paralizar la aprobación del real decreto que desarrolla la nueva Selectividad por «responsabilidad». «El Gobierno está en funciones y entendemos que el Ejecutivo salga de las urnas debe ser el que tome las decisiones; lo hemos hecho por responsabilidad», informaron entonces fuentes del de Educación.
La nueva prueba iba a entrar en vigor de forma paulatina y los primeros cambios se iban a introducir en el presente curso 2023-2024. Si bien la convocatoria de elecciones por parte de Pedro Sánchez dejaba sin efecto todas las leyes que estaban en tramitación la nueva EBAU emana de una norma aprobada hace tiempo: la 'ley Celaá'.
Prueba de madurez
La nueva prueba, en cualquier caso, ya llegaba bastante cambiada respecto al planteamiento inicial que había hecho Pilar Alegría. La ministra se vio obligada a fulminar la polémica prueba de madurez. Con dicha prueba se pretendía evaluar en un único examen las asignaturas de Lengua Española, Lengua Cooficial, Lengua Extranjera, Historia e Historia de la Filosofía. Además, contendría 25 preguntas de tipo test o de rellenado de huecos más tres preguntas libres de 150 palabras cada una.
Este formato generó la indignación de profesores de Lengua Castellana y Literatura que firmaron un manifiesto en Change.org en el que denunciaron que la propuesta del ministerio «esconde una reducción inadmisible de los contenidos (...)». De este escrito se hizo eco la Real Academia Española (RAE) que criticó la disminución de contenidos que los alumnos «deben dominar con el argumento de que han de potenciarse en su lugar las competencias». También se sumaron a las críticas la academia del catalán (Instititut d' Estudis Catalans, IEC), la Red Española de Filosofía y la Asociación de Escritores con la Historia.
Además de eliminarse la prueba de madurez, Alegría ya había tenido que verse obligada a retrasar la implantación de la nueva prueba un año. En diciembre del año pasado la aplazaron al curso 27-28, cuando inicialmente estaba previsto que se aplique de forma definitiva para el 26-27.
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