¿Quiénes son los causantes de que se acelere el cambio climático?

En concreto, señala la investigación, representan las principales fuentes conocidas de emisiones en el sector energético, la producción de petróleo y gas y refinación, transporte marítimo, aviación, minería, residuos, agricultura, transporte por carretera y producción de acero, cemento y aluminio.

Además, al incorporar nuevos datos, se observa una enorme subestimación de las emisiones notificadas, pues el informe constata que las emisiones procedentes de la producción de gas y petróleo triplican a las que los países habían notificado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

«La crisis climática puede, a veces, sentirse como un desafío intratable, en gran parte porque hemos tenido una comprensión limitada de la procedencia precisa de las emisiones», apunta el ex vicepresidente del Gobierno de Estados Unidos y fundador de Climate Trace, Al Gore. «Este nivel de granularidad supone que finalmente tengamos datos de emisiones que nos permitan actuar con decisión. También significa que podemos priorizar los esfuerzos para lograr las profundas reducciones en la contaminación por gases de efecto invernadero que necesitamos para prevenir la impactos más catastróficos de la crisis climática«, continúa, pues a través de este informe se proporcionan los detalles necesarios sobre la procedencia de las mayores emisiones, de manera que puede servir de guía para actuar contra el cambio climático.

Así, las principales 500 fuentes individuales de emisiones representan menos del 1% del total de instalaciones que recoge el informe, pero a su vez suponen el 14% de las emisiones globales, más que las emisiones anuales de Estados Unidos. Las centrales eléctricas por sí solas representan más de la mitad de emisiones y tres quintas partes de las instalaciones que aparecen entre las 500 con más emisiones. Por otra parte, 26 de los 50 mayores fuentes de emisiones son las plantas de petróleo y gas.

«La publicación de este enorme conjunto de datos representa los esfuerzos combinados de más de 100 organizaciones contribuyentes en todo el mundo», asegura Gavin McCormick, cofundador de Climate Trace. «Entre todos, hemos podido estimar las emisiones de casi todas las instalaciones emisoras más grandes del planeta. Nuestro trabajo está lejos de terminar, pero me ha encantado escuchar a los negociadores climáticos, los equipos de sostenibilidad corporativa, los inversores que buscan la descarbonización, a científicos del clima e incluso activistas para quienes esta información ya es un un cambio en las reglas del juego que puede ayudar a tomar mejores decisiones y descarbonizarse más rápido«.

Para obtener estos datos, la coalición ha aprovechado los avances en coberturas por satélites, los sensores remotos, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para detectar emisiones que hasta ahora habían sido invisibles o indetectables por falta de medios. Al entrenar la inteligencia artificial para ello, se detectan datos que a veces pasan desapercibidos tanto en imágenes de satélite como en otros patrones de datos, de manera que Climate Trace puede calcular las emisiones que con otros métodos se pueden pasar por alto.

Hasta finales de octubre, continúa el informe, ningún país había presentado una contabilidad completa de sus emisiones en 2021. Además, hay 52 países que no ha informado de sus emisiones de los últimos diez años.