Guterres pide gravar con impuestos los beneficios de las petroleras

Un centenar de líderes mundiales se reúnen desde el domingo en Egipto en la Cumbre del Clima, la COP27, para abordar cómo mantener el planeta en un límite ‘controlado’ de calentamiento global que evite los peores impactos en forma de huracanes reforzados, lluvias torrenciales u olas de calor exacerbadas. La idea es intentar mantener el planeta a 1,5ºC o, al menos, dejarlo por debajo de los 2º.

«La humanidad tiene que elegir: cooperar o morir», afirmó Guterres durante su discurso de apertura, en donde también hizo una mención explícita a la responsabilidad de China y EE.UU., los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, ninguno de cuyos líderes estuvo presente en la sesión inaugural de la cumbre. Al presidente de China, Xi Jinping, no se le espera en las dos semanas que duran las negociaciones, mientras que su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, viajará a Egipto el 11 de noviembre, una vez pasadas las elecciones de medio mandato de su país. En cualquier caso, sí están presentes los negociadores de sus respectivos países.

El mundo aborda estas conversaciones en un contexto especialmente complicado, con la guerra de Ucrania, la crisis energética y un escenario macroeconómico en deterioro; y este lunes ha sido patente la desconfianza creciente entre el norte y el sur en cuanto al compromiso real frente al calentamiento global.

«Todos tenemos un problema de credibilidad: hablamos y empezamos a actuar, pero no hacemos lo suficiente», dijo el exvicepresidente de EE.UU., Al Gore. «El liderazgo político ha fracasado»; «las COP ya no dan respuesta» a la lucha contra el cambio climático, dijo el presidente de Colombia, Gustavo Petro.

De ahí el llamamiento de Guterres a todos los países del G20 a «acelerar su transición ahora, en esta década» y a cobrar impuestos a los «beneficios extraordinarios» de las empresas de combustibles fósiles. Porque pese al compromiso mundial de reducir las emisiones de efecto invernadero, las concentraciones atmosféricas siguen aumentando año a año, calentando el planeta. La cifra se encuentra ya a 1,15º sobre la era preindustrial y los impactos del cambio climático se están acelerando, con daños ya multimillonarios.

De hecho, la otra gran pata de estas conversaciones es la financiación para los países más vulnerables: la que les ayude a adaptarse para evitar los estragos meteorológicos y la que compense económicamente a estos países por los daños que ya no podrán evitar.

Por ello, Guterres pidió definir cómo se van a entregar los 40.000 millones de dólares al año prometidos a partir de 2025. En este punto encontró un aliado en el presidente francés, Emmanuel Macron, quien defendió la necesidad de «ir más lejos» del dinero comprometido para adaptación hasta ahora. «Necesitamos una aportación brutal», dijo.

Ante la creciente presión de los países en desarrollo, este año la cumbre ha acordado hablar por primera vez sobre cómo compensar económicamente los daños que ya causa el clima en los países más vulnerables, aunque el plazo para llegar a una conclusión se ha fijado en 2024. «Las pérdidas y los daños ya no se pueden esconder debajo de la alfombra», dijo Guterres.