El amor de una madre ayuda a su hija a despertar de un coma cinco años después: «Definitivamente influye»
La joven quedó en estado vegetativo tras un accidente de tráfico y los médicos le dijeron a su madre que no tenía posibilidades de sobrevivir
Una mujer que dejó su trabajo para viajar se arrepiente: «No puedo dar la entrada de una casa ni estoy lista para tener hijos»
El amor de una madre ayuda a su hija a despertar de un coma cinco años después: «Definitivamente influye»
La vida de Jennifer Flewellen cambió para siempre el 25 de septiembre de 2017. La mujer, que por entonces tenía 35 años, conducía de camino a su trabajo tras dejar a sus tres hijos en el colegio cuando se mareó al volante y perdió ... el control del coche. Un accidente que supondría un completo revés no solo para ella, sino para su familia entera.
Tras el catastrófico choque, la joven quedó en estado grave y tuvo que ser inducida al coma y conectada a un soporte vital para seguir con vida. «Se salió de la carretera y chocó contra un poste, y a partir de ahí, todo cambió», cuenta ahora su madre, Peggy Means al programa 'Good Morning America', que acudió al hospital junto al entonces esposo de la víctima.
Los médicos le dijeron que su hija no sobreviviría
Fue allí donde Means recibió la noticia que ninguna madre quiere escuchar: los médicos le dijeron que no creían que su hija fuera a sobrevivir tras el duro accidente. De hecho, incluso la animaron para desconectarla del soporte vital, una petición a la que inmediatamente se negó: «Dije: 'No, a partir de hoy no, no vamos a hacer eso'. Y luego, cada día, me animaban más y yo decía: 'No, está en manos de Dios'».
En este estado de inscosciencia pasaría Flewellen los siguientes cinco años, sin respuesta a los estímulos y con las nulas esperanzas de los médicos para recuperarse. Sin embargo, al margen de las múltiples recomendaciones médicas que obtuvo, su madre siempre creyó en la capacidad de superación de su hija: llegó a cambiarla de hospital hasta en cinco ocasiones para mantenerla con vida.
Jennifer Flewellen estuvo en coma durante casi cinco años tras un accidente
No solo eso, sino que esta estadounidense incluso luchó por conseguir que el seguro se hiciera cargo de la cobertura necesaria para que su hija siguiera recibiendo los cuidados necesarios. Todo ello mientras trabajaba 10 horas diarias como costurera: «Al principio, sólo podía ir a verla tres días a la semana. Cuando me dejaron llevar mi máquina a casa, podía coser por la mañana, ir a ver a Jen y luego podía volver a casa y coser de nuevo». Un gesto que, sin duda, afectó para cambiar por completo las tornas y obrar un milagro.
Olvidada por todos menos por su madre
Un tiempo después del accidente, el entorno de Flewellen empezó a seguir adelante con su vida al margen de ella... Todos menos su madre, que vio cómo su hija era «olvidada» por sus amigos, su marido y sus propios hijos: «Para los niños fue muy difícil. Era como si su madre se hubiera ido», comenta Means, que siguió manteniendo la esperanza a pesar de la falta de signos de progreso.
«Siempre sentí como si ella estuviera allí. Simplemente lo sentí. Pero no, ella no me reconoció», explica esta viuda, que comenzó a hablar con su hija y a sacarla a pasear en una silla de ruedas como si fuera consciente de todo lo que sucedía a su alrededor. «Le contaba lo que estaban haciendo los niños, lo que habíamos estado haciendo, y traté de animarla», revela la mujer.
No fue una tarea fácil, pues todas las probabilidades estaban en su contra, pero el amor que ella sentía por su pequeña siempre venció a los pensamientos negativos. «Recuerdo que una señora en el trabajo dijo '¿cómo lo haces?' y simplemente dije 'hago lo que tengo que hacer'».
«Recuerdo que una señora en el trabajo dijo '¿cómo lo haces?' y simplemente dije 'hago lo que tengo que hacer'»
Peggy Means
La risa que lo cambió todo tras cinco años de angustia
Fue durante el verano de 2022 cuando todos los esfuerzos de Means por mantener viva a su hija dieron resultado. En uno de los habituales paseos bajo el sol, Flewellen, por primera vez en cinco años, respondió a las palabras de su madre: «Ella comenzó a reír», explica Means, que se asustó mucho al ver la reacción de la joven. El gesto duró muy poco, tan solo un momento antes de que Flewellen volviera a entrar en coma.
Sin embargo, esa primera reacción fue el inicio de una sucesión de breves momentos de lucidez, que devolvieron la esperanza a esta angustiada madre: «Le hacía preguntas sobre los chicos y esas cosas, y ella no podía hablar ni un sonido, pero podía negar con la cabeza sí y no», cuenta la mujer, que empezó a ver cómo su hija comenzaba a reconocer a la gente de su alrededor, aunque tan solo podía hacer muecas.
La mujer empezó a grabar estos gestos de su hija para mostrarlos ante los médicos, que no creían que esta recuperación fuera a fraguarse pues eran reacciones muy breves. Means dio entonces el paso definitivo y luchó para que su hija pudiera recibir las terapias necesarias: «Dije 'necesito terapia del habla', y me dijeron 'Peggy, no puede emitir ningún sonido'. Por eso mismo necesitábamos terapia».
El amor y el cuidado de su madre, factor diferencial en su recuperación
Gracias a este ayuda, Flewellen pasó de emitir pequeños silbidos a poder deletrear, lo que supuso un cambio radical. Un milagro que supera a la estadística, pues sucede con muy poca frecuencia. De hecho, para alguien que estuvo en un estado vegetativo persistente durante varios años, sólo entre el 2% y el 3% de los pacientes pueden salir del coma, dijo el Dr. Ralph Wang, el médico que la atendió en el Hospital de Rehabilitación Mary Free Bed de Michigan.
Jennifer Flewellen, con su madre Peggy Means tras despertar del coma
Pero ¿qué diferencia a Flewellen de otros pacientes y qué ha permitido que pueda despertar de su estado e incluso dar pasos de gigante en su recuperación? Su médico lo tiene muy claro: «Mucho de esto probablemente se debió a la biología natural de Jenn... Su edad también ayudó, además de que su madre realmente la cuidó muy bien», explicó Wang.
«Hay un aspecto de la lucha, el impulso, la resiliencia o el espíritu de alguien, como quieras llamarlo, que definitivamente influye... Y es el impulso de Jen y el impulso de su madre», sentencia este doctor, que ha presenciado este fenómeno médico en primera persona.
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