Dos olas de calor extremas y simultáneas en los polos disparan las alarmas científicas
Expertos califican de «histórica» la anomalía de casi 40ºC más respecto a lo habitual en marzo en la meseta antártica. En el Ártico también se han registrado hasta 30 grados por encima del promedio
«No se pensaba que fuera posible» unas cifras así en la Antártida; «es una absoluta salida de escala», valoran meteorólogos

Dos olas de calor simultáneas pero independientes en los polos están dejando anonadados a los científicos. Los termómetros se han elevado 30 grados en el Ártico y hasta 40 grados en la Antártida respecto al promedio, dejando en particular unos registros en ... el continente sur que hasta ahora se creían «imposibles» , según valoran varios expertos.
La coincidencia de las dos olas de calor « es una casualidad bastante espectacular. No lo había visto nunca», dice Santiago Giralt, investigador de Geociencias Barcelona, del CSIC, quien ha visitado en diversas ocasiones ambas zonas. Es «muy llamativo sin duda», corrobora el meteorólogo de Meteored , José Miguel Viñas. «Que sean dos olas de calor tan excepcionales es bastante casualidad», opina también Sergi Gonzàlez, meteorólogo integrante del grupo antártico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Los dos polos se encuentran en situaciones opuestas. Mientras que el Ártico va hacia la primavera-verano, la Antártida lo hace hacia el otoño-invierno. Esto hace el episodio, cuanto menos, llamativo. Sin embargo, los expertos apuntan a que los dos eventos no están conectados necesariamente y será necesario hacer algunos estudios. «La dinámica atmosférica es muy compleja. Es fácil que se produzcan eventos extraordinarios sin conexión», puntualiza Giralt.
Al margen de la coincidencia, lo que está ocurriendo en la meseta antártica es lo que más está llamando la atención científica. El Ártico lleva años dando señales de calentamiento, con repetidos episodios cálidos, como los 21 grados que registró la estación Eureka de Nunavut (Canadá), el lugar habitado más al norte de la Tierra, en julio de 2020. Los estudios apuntan a que la región se está calentando entre dos y tres veces más que el promedio mundial. Pero en la Antártida no hay una tendencia clara, y los registros de los últimos días son de récord.

Anomalías de temperatura
Variaciones en la temperatura media en grados ºC
-32
-24
-18
-14
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-6
-3
-1
0
1
3
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10
14
18
24
32
Fuente: climatereanalyzer.org / ABC

Anomalías
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Variaciones en la temperatura
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Fuente: climatereanalyzer.org / ABC
«Es histórico»
Aunque una ola de calor en una región polar arroja valores de calor relativos, los datos presentan importantes anomalías. Por ejemplo, el promedio para marzo de las temperaturas alcanzadas en el momento de más cálido del día en la base rusa de Vostok , en la meseta antártica, son 53 grados bajo cero y la de temperatura mínima es de -61º. Pero en esta estación conocida por registrar el récord de frío del planeta (-89,2º en 1983, posteriormente superado), el pasado viernes se obtuvieron valores de -17,7º y el sábado, de -22,2º .
También la cercana base de investigación francoitaliana Concordia, situada a más de 3.000 metros de altitud, ha dejado cifras inéditas, con -11,5° el viernes , su temperatura más alta para cualquier mes del año. «No se pensaba que fuera posible» , valora Sergi Gonzàlez. «Es histórico en la zona».
Extraordinary and unprecedented heat in East #Antarctica, with an "atmospheric river" bringing heat and moisture
— World Meteorological Organization (@WMO) March 21, 2022
Remote Dome C research station saw a temperature nearly 40 °C ABOVE normal, beating the previous March record by a startling 20 °C, per @RARohde #ClimateChange pic.twitter.com/m6G6y4V81V
«Es una absoluta salida de escala» , indica también José Miguel Viñas. No hay referentes de algo similar. Aunque en la península antártica sí se ha visto cierta tendencia hacia el aumento de las temperaturas, no ocurría lo mismo en la parte más interior, en el corazón del continente: la meseta. «Es la zona terrestre más aislada del resto mundo. La Antártida está rodeada por un cinturón de fortísimas borrascas que impiden que se cuele aire templado . Es un gigantesco congelador que impide que entre calor», explica el meteorólogo. Una dinámica que parecía hacer «imposible hasta ahora» una subida de temperaturas así. Sin embargo, «se está observando que las corrientes de agua fría que rodean la Antártida, aunque siguen siendo frías, cada vez hay episodios de agua más caliente que está haciendo perder más hielo, y creo que está empezando a influir en la dinámica atmosférica», apunta Viñas.
De hecho, el pasado mes de febrero, el manto de hielo antártico alcanzó su menor superficie desde que comenzaron las mediciones por satélite en 1979, con menos de 2 millones de km2, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos.
Preocupación
Lo que sí se sabe es que en los últimos días, los vientos que rodean la Antártida se han debilitado, facilitando la llegada de aire de latitudes con temperaturas más moderadas. «Es un pequeño síntoma de preocupación» , valora Gonzàlez. El recelo aumentará si las cifras inéditas se siguen acumuland o.
«Es prematuro atribuir cualquiera de estos eventos con el calentamiento global, aunque es previsible anticipar que dichos extremos hubieran sido más fríos (menos cálidos) si hubieran ocurrido hace apenas unas décadas, particularmente en el Ártico, que es la región del planeta que ha experimentado un mayor calentamiento en las últimas décadas (la llamada amplificación ártica), como resultado de las actividades humanas», explica David Barriopedro, investigador del Instituto de Geociencias.
«Cuando ves los datos, dices: "Madre de Dios". La subida es muy potente. Pero no deja de ser un incidente aislado», dice Giralt. «Lo preocupante es que se reproduzca en el tiempo» . Es lo que ocurre ya en el Ártico, donde hay una «situación horrorosa», define. «He estado en el Ártico en manga corta , porque tienes 15 grados cuando deberías estar a 2-3 en verano», apunta.
Por ahora, esta tendencia no es evidente en el Polo Sur: mientras que el este del continente se enfría, la oeste se calieta. «En un estudio de atribución [sobre cambio climático] se verá si tiene que ver o es la variabilidad climática de la zona», apunta Giralt, que no obstante reconoce que una anomalía tan grande como la vista «no es lo esperable» .
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