Según Jorge Olcina , catedrático de Análisis Geográfico Regional y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, nos encontramos ante «una situación que empieza a ser ya un poco anómala de, prácticamente, un mes y medio con una situación anticiclónica que está bloqueando el paso de borrascas , frentes que tendrían que entrar desde el Atlántico, y eso ha desembocado en una situación de sequía , la ha puesto en evidencia de una manera muy clara».
El fenómeno de la Niña
La ausencia de precipitaciones hasta ahora se acerca a los años más secos de las últimas tres décadas. En esta ocasión, todo apunta al fenómeno de la Niña , con origen en el pacífico, que suele provocar años en los que llueve menos de lo habitual en España.
Los primeros efectos ya se empiezan a notar. Floraciones inusualmente prematuras en el campo y primeros síntomas de sequía . Y parece que esto solo es el principio. Olcina vaticina que «conforme avancen las semanas, si no entra agua en los embalses y en los acuíferos, todos aquellos sistemas de abastecimiento de agua tanto para la agricultura como para la ciudad que dependan únicamente de la lluvia se van a ir resintiendo y empezarán , si los pronósticos se cumplen, las restricciones de agua para la agricultura de regadío en las cuencas del sur, que ya se está iniciando y también en las del centro peninsular».
Planes de emergencia de sequía
Para intentar paliar este panorama, Olcina recomienda observar de cerca la evolución ya que «la situación es delicada y obliga a hacer un seguimiento contínuo diario de lo que está pasando . Esto supondrá la necesidad de ir aplicando los planes de emergencia de sequía diseñados por las confederaciones hidrográficas para las distintas fases que vaya alcanzando la sequía, la situación de escasez de lluvias»
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