«Condenados a la hoguera»: la breve vida de los líquidos que no pasan el control del aeropuerto
En España los líquidos confiscados son incinerados, pero en otras terminales europeas se donan los productos de aseo a instituciones benéficas
«Condenados a la hoguera»: la breve vida de los líquidos que no pasan el control del aeropuerto
Agua, jarabes, cremas, lociones, perfumes, champús, desodorantes o aerosoles. Son algunos de los líquidos que, llevados en el equipaje de mano, no pasan el punto de control en los aeropuertos si no cumplen con la normativa comunitaria de «presentación» y cantidad establecida.
Fue a ... partir de 2006 cuando se implantó la norma en los aeropuertos de la UE con el objetivo de conseguir una mayor seguridad frente a los explosivos líquidos y, desde entonces, muchos pasajeros han visto cómo sus preciados cosméticos o productos se perdían en las entrañas de los aeropuertos por superar los 100 mililitros o por no ir dentro de una bolsita de plástico.
La experiencia ha hecho que los viajeros tengan más recursos a su disposición —como la venta en supermercados de packs con recipientes específicos o la implantación de puntos de paquetería y envío antes de los puntos de control en los aeropuertos—, pero cuando a los pasajeros no les queda más remedio que despedirse de sus posesiones, el destino de estas pertenencias pasa de una semana en la playa calentándose bajo el sol —por ejemplo— al del achicharramiento en el crematorio.
Y es que en España el viaje final de todos estos productos tras su confiscación lleva siempre al mismo sitio. Cada aeropuerto contrata a una empresa externa para que recoja todos los recipientes con sus respectivos líquidos y, a partir de ese momento, su camino ya sólo les depara el ser incinerados. No se lleva un procedimiento especial, como sí ocurre —casi como excepción— en otros aeropuertos extranjeros.
Es el caso de Heathrow, en donde una empresa de contratación llegaba en 2013 a un acuerdo para salvar los productos de aseo «condenados a la hoguera» para donarlos a personas sin hogar. De esta manera, a través de la asociación «Slough charity», se conseguía hacer llegar estos productos a terceros. «Los artículos de aseo marcarán la diferencia para nuestros clientes. No hay que subestimar el impacto positivo de una ducha de agua caliente con champú y gel de baño», aseguró la directora del proyecto Mandy McGuire a la BBC cuando se conoció la iniciativa.
Mientras este tipo de iniciativas llegan a España, lo mejor que pueden hacer los usuarios en caso de duda es facturar los líquidos.
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