Reflexiones a las que nos aboca la riada de Teruel

Dicha tormenta se gestó alrededor de las tres de la tarde del sábado y permaneció prácticamente estática hasta pasadas las siete, acumulando cantidades de precipitación superiores a los 60 milímetros en la estación meteorológica situada en la localidad turolense de Vivel del río Martín. No es de extrañar, vistas las imágenes del radar meteorológico, que esas cantidades de precipitación fueran superiores en otros puntos.

Estas lluvias, que cayeron durante horas con intensidad torrencial, provocaron el desbordamiento del río Seco y del río Martín, arrastrando todo lo que encontraron a su paso.

¿Se pueden prevenir estas tragedias?

En primer lugar, conviene aclarar, que este tipo de tormentas se han producido en el pasado, se siguen produciendo y se producirán en el futuro, ya que es una de las características de la climatología de esta zona de nuestro país. Sin ir más lejos, en Teruel hay de media 6 días de tormentas en el mes de agosto, y en el año 1995 ese número de días con tormenta se elevó hasta 11 en dicho mes.

En segundo lugar, es de vital importancia tener un buen pronóstico meteorológico y en este caso si lo había. La previsión indicaba tormentas en esta zona de Teruel, e incluso Aemet tenía activado un aviso amarillo por tormentas desde el día antes, aunque una vez que se formaron las tormentas el aviso subió a nivel naranja. Cabe destacar que las tormentas es uno de los fenómenos más complicados de predecir para un meteorólogo, y debido a su escasa extensión es prácticamente imposible precisar en qué punto exacto se van a producir. Podemos saber que habrá tormentas de mayor o menor intensidad durante la tarde en Teruel, pero no podemos saber que una gran tormenta se gestará a las tres en las inmediaciones del río Martín. También es posible predecir con una fiabilidad bastante alta que rumbo llevarán dichas tormentas o si serán o no estáticas, pero la constante formación de nuevos núcleos tormentosos o el debilitamiento de otros que estaban activos, hacen que esta tarea sea más complicada de lo que en un principio podría parecer.

Por último, el sentido común es nuestro mayor aliado a la hora de prevenir este tipo de sucesos. Aunque es de perogrullo, la naturaleza, la climatología de cada lugar y los accidentes geográficos como ríos y barrancos, han permanecido inamovibles a lo largo del tiempo y somos nosotros los que debemos evitar ponernos en su camino. Evidentemente hacer un sendero, una acampada o una ruta en la montaña es del agrado de todos, pero aunque el día comience despejado y el tiempo aparente ser ideal, es de vital importancia conocer una previsión meteorológica fiable. Ya lo dice el refrán que es mejor prevenir que lamentar.