Vamo a escushá

Uno de la caseta, que debe ser un hombre de plata de los buenos, ha tenido la feliz idea de hacerle un quite de premio ABC del toreo al tipo que ordenó «vamo a escushá». Y ha echado las lonas de la puerta de la caseta para que todo quede en casa, para no dar pábulo a la opinión de los vecinos y empiece el pio pio... Juan Espadas, que es un caballero, no obstante, anda empeñado en descorrer las lonas de la Sanidad de hoy para tapar la que dicen fue la joya de la corona con Susana, donde firmaron un auténtico espectáculo la mar de flamenco. En definitiva, el hombre de plata, deja en el anonimato al 'cantaó' por vergüenza propia y ajena, pensando que lo que no se escucha no existe. En la caseta la gente, siempre tan educada y comprensiva, sigue escuchando, aunque cada vez con más síntomas de fatiga de materiales. Se les ha caído la noche encima por culpa de un señor que se ha empeñado en que la caseta se calle para 'escushá' a un nota que canta menos que María Jesús con todos los pajaritos de su acordeón. ¿Se acuerda alguien de esta caseta Machakito de la banda de la sopa a la que le cantaba El Pali? Qué músicos serán esos que tan malamente tocan… Genio y figura, tan grande en arte como en kilos de yintonis fresquitos para su garganta.

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La realidad, que es muy tozuda, acaba siempre por imponer su ley. Y el amable público que se calló rompe su pacto de silencio y comienza a cantiñearse por rumbitas: «Que no se rompa la noche, por favor que no se rompa». El de la nariz de platino da por finalizada la temporada. Y los socios y amigos reconquistan el ruido, las sevillanas a coro de los más juveniles de la caseta y las estrecheces de la trastienda, donde una insurrecta ha volcado un vaso de albero sobre la silla donde se sienta el señor que manda callar. Se ha marcado un Maribel Mora, qué nivel Maribé, para expresar su disconformidad, mientras otro la anima a que se vaya a la calle del Infierno y se compre un mono mecánico. Es el momento cumbre de la noche que comenzó callando al pueblo: «Vamo a escushá…» Y casi salen con una otitis rencorosa.