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Machakito25

La Feria sostenible

No lo es, ni falta que le hace. Es como es. Y el que se atreve a tocarla sufre el embate de su karma, asumiendo los rigores de semejante osadía

Guía de la Feria de Sevilla 2025: fechas, casetas, plano, toros y todo lo que tienes que saber

Johara Moya, camarera de la caseta de la APS en la calle Juan Belmonte, sirve a un grupo de mujeres Juan Flores
Félix Machuca

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Es de temer que la Feria es poco o nada sostenible. O, al menos, que su naturaleza huye de serlo. No vemos vocación de sostenibilidad en su alma de farolillo efímero. Dicen las cuentas o los cuentos, quién lo sabe, que generará un impacto ... en la ciudad de mil millones de euros y que en una semana aportará un tres por ciento al producto interior bruto de Sevilla. No tocarla. Pararse ahí. Si esto es real, Sevilla debería celebrar una Feria mensualmente. Porque habría dado con la cuadratura del círculo mercantil. Divertirse para vivir. Bailar y cantar para existir. Dejamos en la cuneta, arrollado por la economía de rebujito, el 'menos samba y más trabajar' de los brasileños. El turismo nos saca de pobres. Desde antes que Pepe el escocés, que era francés y se llamaba Bertrand Olivier Gaston de Bonnechose, según nos cuenta Antonio Romero García en la revista de la caseta El Machacante, se paseara por el Prado disfrazado de Carlos de Inglaterra en Balmoral, Sevilla empezó a darse cuenta de que el ocio y el negocio se llevan bien. No como algunas parejas de la Isla de las Tentaciones, que bajo el edredón disfrutan el calentamiento global y fuera del edredón entran en fases de glaciación, como si vivieran en la pescadería de Makro.

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