La trilogía de Rocío Molina clausura la temporada del Teatro Central

Pero, además, esta trilogía se une a las 'integrales' que otros artistas han realizado en este teatro, como la de Alfredo Sanzol o las 24 horas de 'Monte Olimpo' de Jan Fabre . En este caso, la bailaora hará cada una de las tres partes de la trilogía los tres primeros días, y el día 22 se encerrará en el Central desde las 12 de la mañana hasta las ocho de la tarde para hacer la trilogía completa. «Me lo he planteado y mientras pueda morir al día siguiente», bromea. «A mí estas cosas me encantan, me va la marcha».

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo , que ha presentado a la bailaora como «Rocío Molina non stop», ha señalado que con esta trilogía, «no sólo clausuramos la temporada del 30 aniversario del teatro, sino junto a ella celebramos también su último y prestigiosísimo premio, el León de Plata de la Danza 2022 de la Bienal de Venecia ». Con respecto al treinta aniversario del Teatro Central añadió que, «este espacio representa, en el ámbito de las artes escénicas, esa excelencia a la que debe aspirar toda la cultura en Andalucía. Un espacio en p ermanente diálogo entre la tradición y la innovación que se ha convertido en un referente de los nuevos lenguajes escénicos».

Manuel Llanes, director artístico del Central presentó a Rocío Molina, «como una de las mejores compañías de danza contemporánea, sin perder la tradición y desde el flamenco. En este teatro presentamos a nivel de igualdad a artistas nacionales e internacionales».

No es la primera vez que la bailaora se enfrenta a una «maratón», pues en la Bienal de Flamenco de 2016 hizo en el Central un espectáculo de improvisación que duró 4 horas, retransmitido por streaming y con el público situado en 360 grados.

Tres son las obras: 'Inicio (Uno)' con la guitarra de Rafael Riqueni. 'Al fondo riela (Lo Otro del Uno)' con Eduardo Trassierra y 'Vuelta a Uno' con Yerai Cortés , los días 19, 20 y 21 respectivamente. Y el 22 la trilogía completa.

«Va a ser un empacho de Rocío» , dice la bailaora que confiesa que las obras han cambiado desde su estreno, «reposan y maduran, y el más cambiante quizás ha sido 'Inicio' con Riqueni, porque menos dos piezas montadas, es casi una improvisación y depende de cómo estemos nosotros. La última, que es la más nueva, es la más caprichosa y permite juguetearla mucho. Yo le sigo mucho el rollo a Yerai».

Se lamenta que tras recibir el León de Plata de la Bienal de Danza de Venecia «tuve que parar mi creación durante un mes para atender a la prensa, y eso no lo llevo tan bien. Es como tener un nuevo apellido. La verdad es que me costó asimilarlo. Estoy muy encerraíta en mi mundo, aunque lo que más me gusta es que el flamenco tome un buen lugar, y no por mí, sino que se considere al flamenco de esta manera, que esté al lado de los grandes nombres de la Danza».

Dice Molina que siempre desea cambiar. «Ahora sí me puedo permitir ser lo que soy y siempre estar cambiando. Ser lo de siempre en continuo cambio, eso es lo que quiero», comenta la bailaora, quien confiesa que ya no le da miedo lo que piensen de su obra. «Si me diera miedo no haría lo que hago. La mirada no está ahí».

Rocío Molina estrenará un nuevo espectáculo el próximo día 27 de julio en la Bienal de Venecia , una obra que comparte con el Niño de Elche. «Es muy performativa, se puede parecer a un exorcismo. Me estoy dejando guiar con el deseo», asegura. La artista representará esta nueva pieza en Sevilla en la próxima Bienal de Flamenco en septiembre.