Antonio el Bailarín: Un gran congreso marcará el epicentro de su centenario

Antonio Ruiz Soler vivía en la calle Álvaro de Bazán, con sus hermanos y su tía. Todas las tardes su hermana mayor lo acompañaba a la academia del maestro Realito en la calle Trajano, donde Antoñito, con nueve años, ya era el que enseñaba a las más pequeñas los pasos de las sevillanas. La madre de Antonio, Lola, fregaba escaleras para poderle pagar a su hijo las tres pesetas que costaba la Academia. El maestro Realito decía que el niño tenía futuro. Y acertó.

Antonio Ruiz Soler, ‘Antonio el bailarín’ , nació en realidad en la calle Rosario, el 4 de noviembre de 1921. Se cumplirán dentro de unos meses cien años del nacimiento de una de las estrellas más deslumbrantes que ha dado este país a la danza mundial, un personaje irrepetible que rompió moldes y que revolucionó la estética dancística, dominando las cuatro gamas del baile español: flamenco, clásico español, Escuela Bolera del XVIII y folklore.

La figura de Antonio Ruiz Soler ha sido estudiada desde el punto de vista artístico, coreográfico e incluso desde el de su vida personal. Ahora, en el centenario de su nacimiento, la Universidad de Sevilla y la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico , preparan un gran congreso que tendrá lugar del 4 al 7 de noviembre próximo, y que será el epicentro de esta conmemoración.

Comité científico

El cónclave reunirá a estudiosos internacionales de la danza y el flamenco. Para ello, el próximo mes de marzo se abrirá el plazo de recepción de ponencias y comunicaciones que serán seleccionadas por un comité científico formado por doctores y doctoras de universidades y conservatorios superiores de danza de Sevilla, Madrid, Málaga, Granada y Valencia.

Se espera que este congreso desvele nuevos datos, no sólo sobre la biografía de Antonio, sino que se analicen desde el punto de vista coreográfico e histórico sus grandes obras, así como se aporte nueva documentación, alguna de ella inédita. Asimismo, el congreso reunirá en varias mesas redondas a algunas figuras de la danza española que se formaron o bailaron en la compañía de Antonio, como Carmen Rojas, José Antonio, Maribel Gallardo, Currillo, Juan Mata, José Antonio, Ana González , entre otros muchos. a los que se suman discípulos estéticos del maestro como los bailarines sevillanos María Rosa, Antonio Márquez y Francisco Velasco , entre otros.

El congreso tendrá como sede principal el Pabellón de Marruecos, sede de la Fundación Tres Culturas , y se abrirá con una conferencia inaugural en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla el 4 de noviembre. Paralelamente, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico está preparando una exposición con los objetos de Antonio que fueron subastados tras su fallecimiento: el anillo de Picasso, trajes, affiches, álbumes de recuerdos, y un sinfín de fotografías y diseños escenógraficos.

En el año 2001 ya se organizó en el Museo de Arte y Costumbres Populares de Sevilla, una exposición con el legado adquirido por la Junta de Andalucía. La voluntad del artista era que el estudio que tenía en Madrid situado en la calle Coslada fuera mantenido como museo, como hizo el gobierno francés con el de Rudolf Nuréyev, pero no se llegó a un acuerdo y la familia subastó los bienes del bailarín.

La carrera de Antonio comenzó pronto, porque tras haber tomado clases con el maestro Realito en su academia, donde conoció a quien sería durante veinte años su pareja artística, Rosario , ambos empezaron a ser conocidos como Los Chavalillos Sevillanos . Además, en los fastos de la Exposición Iberoamericana de 1929, el maestro Realito les llevó a trabajar a varios pabellones.

En Sevilla tomaron también clases con los maestros, José Otero y Ángel Pericet Jiménez, y acompañados de la madre de Rosario, se presentaron en Madrid donde obtuvieron un enorme éxito y un contrato para América permaneciendo allí más de diez años.

En México estrenó Antonio en 1946 el mítico Zapateado de Sarasate. En Estados Unidos conoce Broadway y a bailarines como Gene Kelly, quien fascinado por el flamenco tomaría clases con Antonio, como ya lo hiciera antes con otro sevillano, Antonio Triana , en Hollywood. En Nueva York Antonio bebe de los escenarios de Broadway.

Cuando vuelve a España funda su propia compañía y se presenta por primera vez en solitario en el Festival de Música y Danza de Granada. En 1952 graba con Edgar Neville, ‘Duende y misterio del flamenco’, la película en donde aparece por primera vez uno de sus bailes míticos: el martinete.

Comienza su exitosa carrera, donde es reverenciado por personajes como Picasso, colabora con pintores como José Caballero, con músicos como Ernesto Halffter y recorre el mundo con su compañía, incluso la entonces URSS, en 1964. Con él bailan figuras como Rosita Segovia, Carmen Rojas, Victoria Eugenia, Víctor Ullate, José Antonio...

En el 1978 comienza su última gira y se retira ese mismo año en Sapporo, Japón. Aún le faltaría a Antonio otra etapa artística más, y esta se produce cuando releva a Antonio Gades al frente de la dirección del Ballet Nacional de España en 1980, cargo en el que estará dos años y tras el que abandonará la danza definitivamente.