«Quiero que mi poesía pueda leerla desde una limpiadora a un catedrático»

De la Torre reconoce que escribe poesía «desde siempre», aunque fue a partir de 2007 cuando comenzó a dedicarse a ella de manera más activa, con la participación en varias antologías y su adscripción al grupo poético «Entreversadas», formado junto a otras siete poetas de edades comprendidas entre los cincuenta y los treinta años.

La autora optó por este género literario, frente a la narrativa o el ensayo, «quizás porque me gusta comunicar y la poesía tiene una potencia y un lenguaje que quiero pensar que me permite comunicarme mejor, además del canto a la belleza que se supone que tiene la poesía».

Su estilo se enmarca dentro de la poesía de la experiencia o, incluso, cierta poesía social heredera de Blas de Otero, a quien cita como uno de sus referentes literarios, además de la poesía escrita por mujeres como Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Juana Castro... «Me gusta ese poema de Blas de Otero, "Yo le hablo al hombre de la calle" y mi intención es pensar que uno de mis poemas podría leerlo desde una limpiadora a un catedrático».

En consecuencia, Gloria de la Torre plantea un discurso poético que huye de la retórica y que abraza la oralidad, la «sencillez y la palabra desnuda, sin buscar el artificio en el lenguaje». Sus temas no rehuyen la temática social, porque «vivimos unos momentos muy complicados y por qué no decirlo a través de la poesía. Es cierto que hay una parte biográfica, pero mis poemas recogen reflejos de mucha otra gente, que sufren esa losa del no futuro».

La elección de presentar su poemario en un recital acompañada de piano no es casual, sino algo que esta poeta ha hecho desde que decidió dedicarse al género de forma más activa. «Quería tomarle el pulso al mundo poético y estar antes en la calle que en publicar. Lanzar mi palabra a la calle y ver si podía llegar o no, ver si mi voz tenía sentido».