Los ministros sevillanos de la democracia
Durante las quince legislaturas que se han sucedido desde 1977, otros tantos políticos sevillanos o vinculados con la provincia han llevado cartera ministerial
Javier Rubio
En 43 años de democracia, desde la legislatura constituyente que arrancó con las elecciones generales del 15 de junio de 1977 , catorce sevillanos (en el sentido amplio del término, no sólo referido a los nacidos en la provincia) se han sentado en la ... mesa del Consejo de Ministros .
En las quince legislaturas de las Cortes Generales desde que se recobró la democracia, los «sevillanos» han ocupado prácticamente todas las carteras llamadas de Estado con la significativa excepción de Exteriores y Defensa . Nunca alguien de Sevilla ha dirigido ninguno de esos departamentos, así como tampoco el de Educación , entre las carteras históricas. A cambio, la presencia hispalense en la cartera de Política Territorial bajo sus diversos nombres ha sido una constante en estos 43 años.
La nómina de ministros «sevillanos» la inauguró Manuel Clavero Arévalo en 1977, en la llamada legislatura constituyente que tenía que alumbrar la Constitución del nuevo régimen político. Clavero Arévalo (Sevilla, 1926) fue ministro adjunto para las Regiones en un momento crítico en el que estaba fraguándose la organización administrativa del Estado entre las reivindicaciones de los nacionalistas vascos y catalanes, que ansiaban recuperar la autonomía de la que habían disfrutado durante la Segunda República . Por bagaje académico (catedrático de Derecho Administrativo y ex rector) y trayectoria personal (líder de un partido socialcristiano con barniz andalucista), Clavero era el contrapeso que la UCD de Adolfo Suárez opuso a las pretensiones periféricas.
En 1979, en pleno fragor de las exigencias autonomistas, Suárez optó por pasar a Clavero a Cultura –una cartera decididamente menor en todos los Ejecutivos– y le dio la responsabilidad de entenderse con los nacionalistas a otro sevillano, Antonio Fontán Pérez (Sevilla, 1923-Madrid, 2010), que había sido primer presidente del Senado . Los estatutos de autonomía de Cataluña y el País Vasco llevan su firma. Su visión de lo que entonces se llamó el problema territorial divergía de la propuesta por Clavero, acuñada en su conocido «café para todos» que dio pie al Estado de las Autonomías.
Clavero y Fontán coincidieron en el Consejo de Ministros desde el 6 de abril de 1979 con otro ministro «sevillano» : el catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Sevilla Jaime García Añoveros (Teruel, 1932-Sevilla, 2000), que tenía a su cargo la crítica cartera de Hacienda. García Añoveros, como era conocido para diferenciarlo del obispo independentista de Bilbao, había nacido en Teruel y se había formado en Valencia, pero se afincó en Sevilla cuando ocupó la cátedra de Economía Política y Hacienda Pública que había ocupado Ramón Carande .
García Añoveros y la reforma fiscal
Ese primer Gabinete de Suárez en la primera legislatura tuvo que remodelarse tras la dimisión de Manuel Clavero, disconforme con la posición de su partido UCD en el referéndum autonómico andaluz por la vía del 151. Su puesto como ministro de Cultura lo ocupó Ricardo de la Cierva y Sevilla perdió un ministro.
García Añoveros se mantuvo como el único ministro de Sevilla, con la responsabilidad de la reforma fiscal, en el último Ejecutivo presidido por Adolfo Suárez hasta su dimisión en enero de 1981, en el que ocupó la cartera de Trabajo otro político que luego tuvo su papel en Sevilla: Félix Manuel Pérez Miyares (Huelva, 1936), si bien nació e hizo carrera en Huelva.
Con Leopoldo Calvo-Sotelo en la Presidencia del Gobierno tras el golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981, García Añoveros se mantiene como el único ministro «sevillano» hasta que en diciembre, en la segunda remodelación gubernamental, aparece la figura rutilante de Soledad Becerril (Madrid, 1944) como ministra de Cultura, convirtiéndose en la primera mujer con cartera ministerial en España desde la Segunda República. Becerril fue la ministra del Mundial de Fútbol de 1982 , puesto que el Deporte colgaba como un añadido de su departamento. Su paso por el ministerio duró menos de un año, hasta noviembre de 1982, cuando la victoria de Felipe González en las elecciones generales con mayoría absoluta dio al PSOE el Gobierno de España.
Los vaivenes del Gabinete –hasta nueve gobiernos se sucedieron en la I Legislatura– tuvieron su oportuna réplica en la II Legislatura, en el que la perdurabilidad del Consejo de Ministros con los sevillanos Felipe González (Sevilla, 1942) de presidente y Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) de vicepresidente otorgó estabilidad al Gobierno hasta 1986.
Otra vez tres sevillanos
En la III Legislatura se repitió el número máximo de ministros sevillanos en el Gobierno de la nación con la incorporación de Manuel Chaves (Ceuta, 1945) como titular del departamento de Trabajo y Seguridad Social. Chaves, ceutí de nacimiento aunque sevillano de los Pabellones Militares de la avenida Reina Mercedes de crianza, tuvo que afrontar la primera huelga general contra el PSOE gobernante, el 14 de diciembre de 1988, pero revalidó el cargo tras las elecciones generales de 1989 hasta que en 1990 se vio obligado a dejar el Ministerio en Madrid para optar a la Presidencia de la Junta de Andalucía, una vez defenestrado José Rodríguez de la Borbolla .
Eso ocurrió en mayo de 1990, cuando la impronta sevillana queda reducida al presidente y vicepresidente, Felipe y Alfonso. El binomio del socialismo patrio que se mantenía unido desde el congreso de Suresnes se rompió en enero de 1991 con la dimisión de Guerra, acorralado por el escándalo del uso de un despacho oficial en la Delegación del Gobierno por parte de su hermano Juan .
Coincidiendo con la Expo92 , Felipe González ejerce de anfitrión en su ciudad y de único sevillano en el Consejo de Ministros, aunque se sienta él alguien que, andando el tiempo, pasaría por sevillano sin serlo de nacimiento: «un tal Griñán» con el que sorprende a todos para la cartera de Sanidad y Consumo. José Antonio Griñán (Madrid, 1946) había hecho carrera en el PSOE andaluz en puestos intermedios hasta que lo reclamó como consejero de Salud en su primer Ejecutivo autonómico Manuel Chaves, al que acabaría sucediendo como presidente de la Junta.
La V Legislatura, la surgida de las elecciones del 6 de junio de 1993, es la última de Felipe González como presidente del Gobierno al frente de un modelo que ya daba síntomas de evidente agotamiento, acosado por el rosario de escándalos de corrupción.
Habría que esperar a la VI Legislatura, la primera de José María Aznar como presidente, para contemplar nuevos sevillanos en la mesa de deliberaciones del Consejo de Ministros: Javier Arenas (Sevilla, 1957) se incorpora en mayo de 1996 como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en lo que parecía un calco de la trayectoria de su rival, Manuel Chaves, en el intento del PP por desbancar a los socialistas de la Junta de Andalucía.
Con esa explícita intención, Arenas dejaba tres años después la cartera ministerial en manos de su número dos, Manuel Pimentel (Sevilla, 1961), quien protagonizó una sonada dimisión en abril de 2000, meses antes de la convocatoria electoral que iba a deparar la mayoría absoluta de Aznar. En los dos primeros Gabinetes que conforma Aznar no hay ni rastro de sevillanos, hasta que en julio de 2002 recupera a Arenas como ministro de Administraciones Públicas, promocionado en septiembre del año siguiente a la vicepresidencia segunda del Gobierno con la carrera sucesoria dentro del PP en su apogeo.
La inesperada victoria socialista en las urnas de marzo de 2004, todavía con la conmoción por los atentados terroristas de Madrid, depara una legislatura sin ministros sevillanos bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero . En su segundo mandato, recurre a Manuel Chaves como vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial calcando el movimiento que había protagonizado su némesis Arenas.
Interior y Justicia
A lo largo de las dos primeras legislaturas en las que Mariano Rajoy ejerció de presidente del Gobierno, desapareció la presencia sevillana en el Consejo de Ministros, la etapa más prolongada en democracia sin políticos hispalenses en el puesto de mando de la gobernación nacional. Fue en su tercer mandato, el que dio inicio en 2016, cuando echó mano del que había sido alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (Montellano, 1957), para ocupar el departamento de Interior, entonces convertido en piedra de escándalo. A Zoido le tocó el mando de las fuerzas de seguridad durante el fallido golpe de Estado secesionista en Cataluña el 1 de octubre de 2017.
La moción de censura de Pedro Sánchez en mayo de 2018 supuso el cambio de Gobierno y la incorporación de la hasta entonces consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero (Sevilla, 1966), como ministra del ramo en Madrid. A Montero se le unió el ursaonense Juan Carlos Campo Moreno (Osuna, 1961) como titular de Justicia desde enero de este año en el primer Gobierno de la XV Legislatura.
Ellos completan por ahora la nómina de ministros sevillanos de la democracia.
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