entrevista
Raúl Gómez Ferrete: «Es verdad que hay desánimo en los profesores, pero yo soy optimista. Se pueden hacer tantas cosas»
El director del colegio Ibarburu, en la localidad sevillana de Dos Hermanas, se enfrenta desde el año 2000 a un absentismo escolar histórico del 40 por ciento y a problemas de convivencia muy frecuentes que dificultan el aprendizaje: «La comprensión lectora es lo que más me preocupa»
«El único ascensor social para mis alumnos es la titulación académica. Y llevamos luchando más de 30 años para que la logren»
«Cualquier conflicto entre mis alumnos puede desatar una tragedia entre las familias del barrio»
Sevilla
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Iniciar sesiónRaúl Gómez Ferrete tiene 58 años y dirige desde hace 24 el Ibarburu, un colegio situado en Cerro Blanco, la barriada más vulnerable de Dos Hermanas, poblada casi en exclusiva por personas de etnia gitana. Este maestro vocacional y gran defensor de la inclusión ... se enfrenta diariamente en el Ibarburu a un absentismo escolar que en ocasiones supera el 40 por ciento y a la preocupación por que cualquier conflicto entre alumnos desate una tragedia entre las familias de los distintos clanes que pueblan Cerro Blanco, algo que ya ha ocurrido en alguna ocasión. El tiempo pasa tan deprisa en este colegio que Raúl, que está trasplantado de médula desde 2017 y recibe tratamiento contra un cáncer, ya tiene en sus aulas a los nietos de sus primeros alumnos. A este activista de la educación, cuya labor es admirada por toda la comunidad educativa de Sevilla, le acaban de conceder la Bandera de Andalucía.
-Desde la pandemia para acá, la salud mental de los niños y adolescentes ha empeorado, según todos los estudios, en parte también por la adicción a las redes sociales. ¿No hacen falta más psicólogos en los centros?
-En los institutos hay orientadores, en los colegios, no, aunque suelen venir una vez a la semana y atiende a lo que puede atender. La pandemia nos ha hecho mucho daño y las dificultades en el campo de salud mental son graves. Y no disponemos de más recursos.
-A cada problema que va surgiendo, la Consejería de Educación oferta un programa que dice que va a mejorar la situación (el último, bienestar emocional y prevención del suicidio). ¿Qué incidencia real tienen estos programas en los colegios e institutos?
-Cualquier programa como el protocolo para evitar los suicidios sirve para sensibilizar a los maestros. Lo he estado leyendo y es muy interesante. Hay señales que se nos pasan y sobre las que este protocolo nos advierte.
-¿Y les dan los medios para ponerlos en marcha?
-Nos han dado una formación a los directores para que se los explicáramos a los compañeros en el claustro. Los niños que sufren bullying tienen más riesgo de tendencias suicidas.
-Los resultados del último Informe PISA constatan que sigue bajando la comprensión lectora y las matemáticas.
-A mí la comprensión lectora es lo que más me preocupa. Y me he especializado en lectura y escritura. He leído mucho sobre esto y quienes no dominan la comprensión lectora no dominan nada. Es un aprendizaje crucial que necesita mucho más rigor que otras áreas. Y los profesores muchas veces no sabemos qué hacer. Cuando llegan alumnos de 1º y 2º de ESO que no saben leer, le echan la culpa a Primaria y Primeria le echa la culpa a Infantil. Y en Infantil le echan la culpa a las familias. Nosotros leemos todos los días un cuento en clase y utilizamos los títulos para enseñar las letras y su fonética. Y se acelera mucho el aprendizaje.
-¿Y en Matemáticas?
- Incluso las matemáticas son más democráticas. Tengo amigos que no saben nada de matemáticas pero no hay quien les engañe con las cuentas en el mercadillo.
-¿Percibe cierto desánimo en los profesores porque no les dan todos los medios para hacer su trabajo?
-Sí. Pero yo soy optimista. Me centro más en lo que podemos hacer que en lo que no podemos hacer. Hay tanto que se puede hacer que no podemos estar quejándonos siempre como colectivo. Y contando siempre con las familias, que son un recurso importantísimo, que a veces no sabemos aprovecharlo.
-Pero las familias suelen ponerse ahora de parte de sus hijos y en contra de los profesores que tratan de corregir su comportamiento o mejorar su rendimiento. Antes no era así...
-Esto es cierto. Pero también es cierto que levantar un muro desde el colegio frente las familias no sirve de nada y crea suspicacias y desconfianza. La escuela tiene que abrirse y ser mucho más transparente. Y cuando se abre a la comunidad se eliminan sospechas y se resuelven algunos problemas. Esto es lo que hacen las comunidades de aprendizaje. Abrirlas por ejemplo a los abuelitos, que tienen un gran potencial y no se aprovecha. Hay que colaborar codo a codo con las familias.
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