Rafael Arzúa Delgado, «el araña de Cádiz», era un delincuente especializado en el robo de viviendas. Entraba escalando por la fachada, de ahí su apodo. Había estado en la cárcel desde 1980 y, en el 83, acababa de salir a la calle. A principio de ese verano se subió a una azotea del centro de Cádiz y empezó a increpar a los viandantes. Entonces, cuando alguien respondió a sus provocaciones, cargó contra esa persona redoblando sus insultos muy airado. Demasiado airado, de hecho, puesto que, al gesticular, se fue al suelo de cabeza. Muerte instantánea.
Cuenta la crónica del época que, cuando el coche fúnebre llevaba el ataúd con los restos del «araña» al cementerio de Cádiz, unas 30 personas interrumpieron el camino. Abrieron la puerta del conductor y le pusieron una navaja en el cuello. El hombre no pudo más que acceder a los que querían: llevarse el féretro y el cadáver. Entonces llega los más extraño de la historia. Estos 30 asaltantes cogieron el ataúd y, a hombros, lo pasearon por el barrio de la Viña, hasta la Plaza Pinto. Cumplido el trámite, se tomaron una cerveza allí mismo y devolvieron féretro y muerto a la funeraria, no sin antes explicar que el secuestro fúnebre había sido la última voluntad del «araña», que finalmente pudo recibir sepultura.
Reproducción de la escena que se produjo durante el atraco. La anciana, de pie frente a los atracadores- ABC
Al grito de «¡todo el mundo al suelo, esto es un atraco!», dos ladrones irrumpieron en la oficina de un banco sita en el barrio de la Macarena en el mes de julio de 1983. En dicha sucursal estaba en ese momento, además de otros clientes, una anciana actualizando su cartilla. Todo el mundo se tumbó al momento, siguiendo las órdenes de los cacos. ¿Todo el mundo? No, la anciana se negó. La mujer espetó a los atracadores: «Al suelo se va a tirar tu puta madre». Y allí se quedó mientras los dos jóvenes se llevaban casi dos millones de pesetas y el resto de los clientes y empleados del banco seguían panza en tierra y sin chistar. El dibujo publicado en ABC de Sevilla al día siguiente de los hechos prueba la heroica actitud de la anciana.
Teresa Hernández Lucena iba en un taxi hacia la Maternidad del Virgen del Rocío. El coche en el que viajaba enfiló la avenida de la Palmera con tan mala fortuna que en la glorieta de los Marineros Voluntarios chocó contra una furgoneta. Y ahí se armó el lío, porque del susto, Teresa anunció que no llegaba al hospital. El niño venía con prisa e iba a nacer allí mismo, auxiliado por dos policías que hicieron de comadronas. Poco tiempo después -como se ve en la imagen-, el conductor de la furgoneta visitaba a la madre y la hija para llevarle un ramo de flores. Todo quedó en un susto.
El Gitano, durmiendo la borrachera en la plaza- ABC
«Escándalo en la Maestranza», titulaba la crónica del día en ABC de Sevilla. «El Gitano salió borracho a torear». Este novillero tenía que haber lidiado tres toros en la plaza de Sevilla en aquel festejo veraniego, pero el estado de embriaguez que presentaba lo hizo imposible. De hecho, las imágenes que se publicaron daban cuenta de cómo se quedó dormido sentado en un escalón, con el traje de luces puesto. Curro Ortuño, «El Gitano», fue llevado a la enfermería para ver si así conseguía recuperarse.
Gatos, perros y un burro heredan una finca de Cádiz
Algunos de los herederos de la finca- ABC
Herederos universales de una finca en Cádiz. Varios gatos, perros y un burro fueron los afortunados que recibieron el legado de una acaudalada señora inglesa afincada en la localidad de San Roque. La mujer dejó escrito al morir que nada se podía hacer con la propiedad mientras sus animales vivieran.
Un caballo por la playa ante dos jóvees en topless en el año 83- ABC
Pechos al aire. En 1983 aún sorprendía que las mujeres se quitaran la parte de arriba del bañador en sitios públicos tales como la piscina o la playa. «No hay normativa para frenarlo», advertía ABC en ese verano. A lo que Mingote respondía: «Resulta idiota oponerse». Lejos estaban los tiempos del destape en que las europeas dejaban a los locales con la boca abierta al enseñar el ombligo. Llegada la Democracia, tocaba enseñar más piel y lo de lucir solo barriga sonaba ya anticuado.
Entre los muchos robos que narró ABC de Sevilla en el verano de 1983, el de las fichas de coches locos es de los más curiosos. No solo por el objeto sustraído, que no es de lo más usual. También porque el hurto se entiende cuando se sabe que las 1.000 fichas estaban valoradas en 50.000 pesetas. Además de las piezas de plástico, los dos cacos que fueron detenidos por este caso tenían en su poder varios radiocasetes, cámaras fotográficas y algún bolso de mano.
Detenido por besar a una joven cuando se estaba casando
Boda de El Tato con Pilar Torres- ABC
El tan americano «puede besar a la novia» fue en este caso literal. Y no solo para el novio. Una vecina de Algeciras estaba casándose con su novio cuando, de repente, un ciudadano francés se abalanzó hacia ella y la quiso besar. El hombre, que se había presentado en la boda sin ser invitado, fue detenido poco después.
La industria del papelillo de fumar, a merced del porro, según un estudio de los productores. Las ventas de este producto se hundían sin remedio hacía décadas y su única salvación, decía la patronal, estaba en los porros. Tras 30 años de perder clientes, advertían, habían tenido un repunte de ventas entre 1979 y 1983, lo que achacaban a un mayor consumo de hachís y marihuana.
Los maridos de las mujeres que trabajan son propensos al infarto. Padecen «muchas más tensiones e inseguridad», según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte que publicaba ABC de Sevilla ese verano. La doctora Susane Haynes, catedrática adjunta de Epidemiología afirmaba que se había observado «un riego de dos a tres veces mayor de infarto» en hombres con mujeres trabajadoras.