Que una misma generación pueda ver dos pandemias es un riesgo real

Los importantes éxitos alcanzados en los años 70-80, como la erradicación mundial de la viruela y los grandes avances para el control de la poliomielitis, sirvieron para apoyar la errónea creencia de que las enfermedades transmisibles habían sido vencidas.

«El primer ejemplo fue la epidemia de VIH/sida, que demostró́ que la realidad era bien distinta», apuntó Antonio Rivero, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

En este sentido, Federico García, vicepresidente de la SEIMC, comentó que « tenemos la falsa percepción de que los sofisticados sistemas asistenciales y el potente arsenal terapéutico antiinfeccioso disponible son herramientas capaces y suficientes para resolver cualquier amenaza infecciosa, pero que el desarrollo de multirresistencias a los antimicrobianos y las nuevas amenazas zoonóticas, desmienten tan erróneos augurios».

Además, ha insistido en que «el problema que supone esta falsa sensación de seguridad respecto a las enfermedades infecciosas y sus consecuencias se agrava con la pérdida de interés de las autoridades sanitarias por las mismas».

Así, señaló Cisneros que «a pesar de tan extraordinarios logros, las enfermedades infecciosas se han convertido, sin haberlo visto venir, en uno de los mayores problemas para la salud pública mundial».

Esta situación, tal y como dice Cisneros, «es tan paradójica como preocupante, pues demuestra que la estrategia actual de respuesta frente a las enfermedades infecciosas no sirve, porque no evita pandemias como la del Covid-19».

Así, subrayó que hace falta «cambiar a una estrategia de anticipación».

Porque como destacó Rivero, «uno de los principales retos sanitarios presentes y futuros es la identificación precoz de nuevos agentes virales emergentes con capacidad de infectar al ser humano».

E insistió Rivero en que «pese a que en los últimos años el tiempo transcurrido entre la emergencia de un agente viral y la identificación del agente causal ha sido menor (en el caso del SARS-CoV-2 apenas unos días) en toda la historia de las enfermedades infecciosas nunca se ha anticipado la emergencia de un agente viral».

Porque, como recordó Rivero hay que estar muy alerta ante los riesgos que se avecinan para anticiparnos a las nuevas pandemias que vendrán y hay que recordar a las autoridades sanitarias que las enfermedades infecciosas son parte fundamental de la salud pública, tanto es así que en palabras de la OMS, representan una de las mayores amenazas para la Salud Publica mundial .

Uno de los problemas que existen, y que se agravarán en el futuro, son las multirresistencias. Para Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal , indicó que «las resistencias a los antimicrobianos son un problema que no solo afecta de manera individual a los pacientes, sino que también trasciende de manera global al ámbito de la Salud Publica».

En todo el año 2019 se produjeron en el mundo 1,27 millones de muertes directamente relacionadas con infecciones por bacterias resistentes. En este contexto, según dijo Cantón, «la OMS ha dado mensajes claros y sitúa a las resistencias bacterianas entre los 10 primeros problemas de salud que afectan a la humanidad y exhorta a los gobiernos a tomar acciones frente a este problema global».

Ahora bien, comentó Cantón, ello no quita para que los microorganismos «no nos sorprendan de vez en cuando con consecuencias importantes, como ha sido con el coronavirus que, aunque conocíamos que producían catarros comunes, han dado la vuelta a los sistemas sanitarios, con muchos problemas y muchas consecuencias para la salud y para la economía».

«Yo señalaría el riesgo de emergencia de nueva zoonosis», añadió Cisneros. «Este riesgo lo facilitan los determinantes de salud, que no van a mejorar e incluso van a empeorar, como el cambio climático, etcétera. Que tengamos más fiebres hemorrágicas, una infección emergente o una nueva pandemia en nuestro país es un riesgo muy real».

Las pandemias, dijo «antes eran de siglo en siglo, de generación en generación; ahora que una misma generación pueda ver dos pandemias es un riesgo real».

Cisneros añadió que no hay que olvidar que entre las diferentes clases de enfermedades, las enfermedades infecciosas son las «más vinculadas al estigma y a la desigualdad. Y esto forma parte también de una de las cuestiones imprescindibles a mejorar».

En este sentido, Julia Del Amo, directora del Plan Nacional sobre el Sida (PNS), señaló que la pandemia nos ha enseñado que la realización de pruebas diagnósticas disponibles para todas las personas es una buena estrategia para contener las epidemias. «Lo hemos visto con los test rápidos del SARS-CoV-2 y hemos desdramatizado la idea del auto test. Podemos -añadió- aprender para el VIH, del que también hay test rápidos está disponible en las farmacias, pero tal vez el precio es un poco alto».

Del Amo comentó también que los pacientes tienen que comprometerse en la eliminación de las infecciones a nivel individual y a nivel colectivo, «porque sin esa complicidad no va a ser posible». Pero, destacó, algo fundamental: «Todo esto se tiene que hacer sin que las personas se sientan estigmatizadas. Si sienten que el sistema les estigmatiza, no van a acceder a hacerse pruebas, no se van a diagnosticar y no se van a tratar, por lo que una sociedad que sea abierta, que sea inclusiva y que garantice la sanidad para todos es la clave».

Por último, Cisneros, recordó que «vivimos una época de avances científicos extraordinarios que en un tiempo récord han permitido identificar la etiología de nuevas enfermedades infecciosas; conocer las razones que explican su diseminación sin precedentes; y desarrollar con éxito nuevas vacunas y tratamientos eficaces frente a muchas de ellas».

La magnitud del problema de salud actual y venidero que representan estas enfermedades resalta, aun más, la necesidad de tener especialistas en enfermedades infecciosas en España. Antonio Rivero denunció que este escenario «deja en evidencia a nuestro país por esta situación anacrónica e injustificable de ser el único en la Unión Europea que aun no ha reconocido la especialidad médica de enfermedades infecciosas».

Un contexto que hace España sea el único país de la Unión Europea, junto a Chipre, en el que la especialidad de Enfermedades Infecciosas no está reconocida , a pesar de que haya un consenso político entre todos los grupos.

Además, ha apuntado que «ello imposibilita el marco adecuado para la formación de nuevos especialistas en enfermedades infecciosas y, por tanto, va a poner en riesgo la continuidad de la atención a los pacientes con enfermedades infecciosas».

Según Rivero, «no tiene ningún sentido no crear la especialidad».