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Las cinco señales de alarma del ictus

Solo con que aparezca uno de ellos, hay que llamar al 112

Es vital reconocer los síntomas del ictus para tratarlo a tiempo ABC

C. Garrido

En España, cada año, unas 110.000 personas sufren un ictus , de los cuales al menos un 15% fallecerán y, entre los supervivientes, en torno a un 30% se quedará en situación de dependencia funcional, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). En nuestro país, además, es la primera causa de muerte en las mujeres .

«Cualquier persona puede sufrir un ictus, desde bebés hasta ancianos. Se estima que, en todo el mundo, un 25% de la población está en riesgo de sufrir uno a lo largo de su vida. En todo caso, se trata de una enfermedad en la que la edad es uno de los principales factores de riesgo y, debido al progresivo envejecimiento de la población española, se estima que en los próximos 20 años aumente cerca de un 40% el número de casos. Actualmente, en España cada año mueren en torno a 27.000 personas por esta enfermedad», señala la doctora Mar Castellanos, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

Pero la edad no es el único factor de riesgo. El 27% de los ictus atendidos en los hospitales españoles corresponden a personas de menos de 65 años y el 8% a pacientes con menos de 50, según datos de la SEN. « Más del 80% de los ictus se podrían evitar con medidas como dejar de fumar, limitar el consumo del alcohol, realizar ejercicio de forma regular, seguir una dieta mediterránea, evitar el sobrepeso y el estrés crónico y controlando adecuadamente la tensión arterial, el azúcar y el colesterol», recomienda la experta.

Es importante someterse a chequeos periódicos para detectar y tratar otras enfermedades que pueden aumentar las probabilidades de tener un ictus , como la hipertensión, la diabetes, el colesterol y algunas enfermedades de corazón, como las arritmias cardiacas. Además, haber sufrido ya un accidente cerebrovascular es un factor de riesgo para tener otro, por lo que estos pacientes tienen que tomarse muy en serio los cambios en su estilo de vida.

Se estima que en España, dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus presentan algún tipo de secuela , en muchos casos discapacitantes: además de la pérdida de fuerza, son muy comunes otras como la depresión (en el 64% de los casos) y los problemas de memoria (incluida la demencia, ya que el ictus es la segunda causa más frecuente de demencia tras la enfermedad de Alzheimer), la afasia (problemas en el habla, la comprensión, la lectura y la escritura que afecta a un tercio de los supervivientes de un ictus) y la espasticidad (rigidez y tirantez de los músculos que interfiere seriamente en la capacidad para realizar actividades diarias). Más de un 62% de los supervivientes a un ictus en España tienen problemas de movilidad y casi un 60% tienen problemas para realizar sus actividades cotidianas.

A pesar de su alta prevalencia, todavía mucha gente no sabe cuáles son las señales de alarma del accidente cerebrovascular , una información vital ya que la evolución y pronóstico de esta enfermedad dependen del tiempo en que se tarde en revertir la situación. «El mensaje positivo es que además de que se puede prevenir, como ya hemos dicho anteriormente, hay formas de reducir significativamente su impacto. Reconocer los síntomas de un ictus, acudir cuanto antes a Urgencias , las terapias reperfusoras y el manejo de los pacientes en Unidades de Ictus, son aspectos que pueden mejorar sustancialmente el pronóstico», destaca la doctora Mar Castellanos.

Lo primero es entender qué pasa en nuestro cuerpo cuando sufrimos un ictus . Se trata de una enfermedad que se origina por un trastorno brusco de la circulación sanguínea en una zona del cerebro. Cuando la sangre no llega, esa zona pierde su función. Hay cosas que el cuerpo no puede hacer y esos son los síntomas.

Existen dos tipos de ictus : el infarto cerebral o ictus isquémico, que se produce porque un coágulo tapa una arteria y la sangre no puede fluir; y la hemorragia cerebral o ictus hemorrágico, que aparece cuando el vaso sanguínero se rompe y la sangre se derrama en el cerebro. Ambos comparten los mismos síntomas . Solo con que aparezca uno de ellos, hay que llamar al 112:

- Alteración brusca en el lenguaje , con dificultades para hablar o entender.

- Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.

- Alteración brusca de la visión , como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual.

- Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio .

- Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

Aunque hay ictus muy graves en los que también se ve alterado el nivel de consciencia, en general el paciente nota estas señales. A veces, también puede pasar que, aunque no llegue a perder la consciencia, se afecte una zona del cerebro que se encarga de la percepción y el paciente no se dé cuenta de lo que pasa. Pero estas señales sí van a ser muy manifiestas para el que está enfrente. Por eso es muy importante que las personas que lo rodean sepan cuáles son los síntomas.

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