La carrera por estar siempre guapos: 'skincare' a los 12 y relleno de labios a los 20
La pandemia puso el foco en nuestra imagen, y desde entonces el furor por la estética no ha dejado de crecer, aupado por las redes sociales
De la pantalla al quirófano
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Iniciar sesión«Es el típico regalo que se hace a las hijas con 18-20 años». La que habla es Sara, 38 años, de clase media trabajadora, madre de dos niños, y se refiere al relleno de labios con ácido hialurónico. Trabajó durante años en ... una clínica que hacía este tipo de tratamientos y además es usuaria de medicina estética desde hace una década. Ella también empezó con ácido hialurónico en labios y continuó con hidroxiapatita cálcica en barbilla y arco mandibular, alguna sesión de IPL para dar luminosidad al rostro, vitaminas faciales inyectadas, peelings, ácido hialurónico en pómulos y ojeras, y, desde los 35 años, toxina botulínica. «Siempre he quedado muy natural», asegura.
Hace no tanto, los tratamientos de estética se percibían como un producto de lujo. Ahora, la medicina y cirugía estética se ha popularizado, y se habla más abiertamente de lo que uno se hace o no se hace: fotodepilación, injertos de pelo, rellenos, rutinas de cuidado de la piel, aumento de pecho... No es que los precios hayan bajado en general, pero sí se encuentran ofertas y han cambiado las necesidades. «No es que sea más barato, es que los tratamientos médicos estéticos se han democratizado», señala la doctora Petra de la Vega, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Con el mismo presupuesto en el hogar, ahora nos parece normal que una partida vaya a la mejora estética.
¿Premia la sociedad la belleza y la juventud? «¡Por supuesto! Aunque nos expliquemos que ya no es así, que hemos evolucionado y cada vez más surjan movimientos sociales contrarios. Se premia en las relaciones, en la sexualidad, en el consumo de pornografía, en la publicidad, el cine, en la moda, en las ofertas laborales», opina Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El último informe de la SEME apunta a que en 2021 se realizaron 900 mil tratamientos médico estéticos. El 40% de la población española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión (71,8% mujeres y 28,2% hombres). Y lo más sorprendente: la edad media de acceso pasa de los 35 a los 20 años. Una edad que parece temprana, pero que para la psicóloga Mireia Cabero tiene que ver con varios factores: «Los más relevantes desde mi perspectiva son la presión estética acumulada durante años, la sexualización de los cuerpos infantiles y juveniles, el refuerzo positivo social de la belleza y la apariencia juvenil, los tratamientos estéticos al alcance de muchos bolsillos y el acceso a información y a redes sociales a edades en que no tocaría a causa de la generalización de los dispositivos móviles».
La preocupación por la apariencia lleva, en sus versiones más extremas, a niñas de 10-12 años a empezar con rutinas de belleza y antiedad. «Es una cosa alarmante, sorprendente y absurda a partes iguales», afirma contundente el doctor Raúl de Lucas, jefe de Dermatología Pediátrica del Hospital La Paz y expresidente del grupo español de dermatología pediátrica de la AEDV.
«Están obteniendo información por canales que no son fiables, con rutinas infinitas, combinando productos potencialmente peligrosos (retinoides, peelings, alfahidroxiácidos como glicólico, productos cosméticos con excipientes y conservantes potencialmente sensibilizantes). No son adecuados para la piel del adolescente y preadolescente y pueden agravar patologías previas como dermatitis irritativas o favorecer el acné», advierte este especialista que, con 25 años de experiencia en dermatología pediátrica pública y privada, ha visto cómo en el último año este tipo de rutinas de belleza y antienvejecimiento han crecido «de forma exponencial» entre los menores de edad.
Confirma que en esa etapa es un sin sentido: «Un contorno de ojos para una chica o chico por debajo de 20-25 años es absurdo. El ácido retinoico en esa edad como tratamiento antiaging es absurdo. Son cosas inútiles. Y no están exentas de riesgos a largo y a corto plazo. Pueden provocar irritación, enfermedades inflamatorias cutáneas, sensibilización a principios activos o excipientes que te hagan alérgico de mayor«, resume. A esa edad, la recomendación de los dermatólogos para cuidar la piel es tan sencilla como limpieza y protección solar. Y un estilo de vida saludable: «Por mucha rutina skincare que hagas si luego tomas el sol, no haces deporte, fumas y bebes alcohol y comes porquerías, tu piel no va a estar bien».
Además, si el adolescente tiene acné u otra patología de la piel, lo recomendable es acudir siempre al dermatólogo. «Es mucho más económico ir al dermatólogo que comprarse cientos de cremas«, concluye.
El doctor De Lucas se ha encontrado incluso con una niña de 12 años que no quiso retirarse el maquillaje de la cara para que pudiera examinarle unas manchas en la piel. Y con gente muy joven que le pide tratamientos estéticos: «Los profesionales debemos recomendar lo que en conciencia es mejor para el paciente. No es necesario poner bótox ni ácido hialurónico a los 20. En pacientes con una asimetría labial te puede servir para corregir y ganar en confianza, seguridad e imagen, pero no se trata de poner ácido hialurónico hasta que explotes».
Los labios, la estrella
El relleno de labios es uno de los tratamientos que más ha aumentado en demanda en el margen de edad de 20 a 35 años. Es casi un 'must' entre las celebrities e influencers en redes sociales y no es infrecuente verlos en veinteañeras o treintañeras con las que te cruzas comprando el pan en la calle. «Ha tenido un despegue en esas edades y después de la pandemia más. Aquí son las redes sociales las que más han hecho aumentar este tipo de tratamiento. A veces te traen la foto en el móvil: 'yo quiero estos labios'. Puedes aumentar, pero no puedes tener los labios de otro. Y como médico hay que advertir a largo plazo qué efecto puede tener inyectar demasiado», señala la doctora Petra de la Vega.
Otras zonas de la cara pasan más desapercibidas, pero el labio es muy característico y está en el centro de la cara. «Es fácil intuir quién se ha hecho labios, sobre todo si nos pasamos un poco, que es el problema de ahora, que se está yendo un poco de las manos. Un labio bien hecho se puede hacer con una técnica natural y nadie nota que te lo has hecho», explica la dermatóloga Paloma Borregón, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética (GEDET), quien confirma que la franja de edad donde el retoque de labios es el tratamiento más popular es entre los 20 y los 30 años.
Aunque no es el único. También el de ojeras. Entre los 30 y los 40, las peticiones son más variadas. «Y a partir de los 40, la paciente que viene a la clínica por labios busca más rejuvenecerlos y mejorarlos, quitando el código de barras, y no tanto buscando volumen, en el contexto del 'full face'. El paciente viene a ver cómo puede mejorar de todo y qué necesita para luchar contra los signos de la edad», explica la dermatóloga, quien también fecha este despegue en la época del Covid, en la que solo nos veíamos en las pantallas. «Como nos miramos más la cara y se empezó a hablar más de estética, de lo que cada uno se hace, la gente demanda más tratamientos faciales. La medicina estética ha crecido mucho desde la pandemia. De los más demandados: toxina botulínica para quitar las arrugas de expresión (patas de gallo, entrecejo y arrugas de la frente) y los rellenos faciales para moldear la cara, no solo como antiarrugas, sino para suavizar una nariz, aumentar un mentón, colocar un pómulo. Los hombres se hacen más tratamientos para marcarles las facciones y hacerles más masculinos», afirma la dermatóloga.
La doctora Petra de la Vega confirma que la cara es ahora la protagonista: «Hace 20 años predominaban los tratamientos corporales y ahora han crecido más los faciales. La cara ha cobrado protagonismo por los selfies y el mundo digital y que es donde también se notan más la edad y los hábitos». En este sentido, la experta destaca la importancia de comer y dormir bien, hacer ejercicio y evitar el sol, el tabaco y el alcohol.
María, 35 años, madre de 3 hijos y enfermera, también se estrenó con el ácido hialurónico en los labios: «Me lo hice justo antes del Covid porque el labio de arriba lo tenía más finito. Me lancé, con un poco de miedo porque no quería que me quedara boca de pato. Y quedé súper contenta». Con el bótox empezó un poco después, por la recomendación de una amiga, y está «encantada». Aunque todavía es joven, ve el bótox como una manera de «prevenir» las arrugas en un futuro.
El aumento de pecho lidera la cirugía estética
El estudio 'La realidad de la cirugía estética en España 2022' de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), refleja que el volumen de este tipo de intervenciones en nuestro país se ha incrementado un 215% con respecto al estudio elaborado en 2014, superándose ligeramente durante el año 2021 las doscientas mil intervenciones (85% mujeres, 15% hombres). Más de un 60% de ellas se realizan entre los 18 y los 44 años.
«Es un sector que crece de manera sostenida. Realmente ha cambiado la mentalidad en cuanto a medicina estética: hoy es un objeto de consumo como puede ser el gimnasio o la peluquería. La cirugía es otra cuestión diferente, pero también crece. Se ha caído ese velo que había de que quien se hacía cosas no quería que nadie lo supiera. Se ha naturalizado, se cuenta más y eso hace que otras personas se animen a quitarse algún pequeño complejo o a mejorar algo que necesitan», explica la doctora Isabel de Benito, cirujana plástica y presidenta de Secpre.
Reconoce que, a raíz de vernos más en imágenes, los pacientes piden más cirugía facial como rinoplastia o blefaroplastia (párpados). «Pero la cirugía de mama sigue sigue siendo la estrella con diferencia. Ahora se busca más naturalidad y volúmenes más razonables», apunta. Señala que hay dos picos: uno en chicas de 20 años de media con muy poco pecho, y luego hay otro en los 35-40 de mujeres que, tras embarazos y lactancias, quieren recuperar lo que tenían antes.
Mejor no ir a lo más barato
En cuanto a los precios de las intervenciones de cirugía estética, se han ido acomodando, pero, en opinión de la doctora Isabel de Benito, «no es buena idea intentar ahorrar en cirugía«. »Al final es una actividad médica que debe desarrollarse en un hospital con unos mínimos de seguridad. Operar en establecimientos sanitarios, con todas las medidas de seguridad y la participación de otros especialistas: anestesista, instrumentista... eso no es barato. Lleva costes asociados y los productos sanitarios que empleamos tampoco son baratos. Y los cirujanos necesitan un nivel de formación y experiencia que tampoco es barato. No debe buscarse algún sitio barato, normalmente se ahorra en seguridad«, advierte.
En este sentido, nos da una pista para detectar si estamos o no en el lugar correcto: «Si te ve una comercial y te da un presupuesto y al cirujano no lo ves hasta el día de la intervención, hay que pensar que la planificación no va a ser correcta. O que tenga cinco o seis pacientes para operar en una mañana y luego no vuelvas a verlo después de la intervención. Eso hace que sea más barato, pero tiene muchos potenciales problemas para el paciente», advierte la presidente de Secpre.
El informe de Secpre destaca que los inyectables son de los procedimientos no quirúrgicos que más han aumentado. Y la perspectiva es que siga esta línea. El 89,3% de los cirujanos plásticos cree que «las intervenciones que no necesitan cirugía se incrementarán en los próximos 3 años«. Muchas personas pueden optar en mayor medida por procedimientos que no necesiten cirugía para alcanzar ciertos objetivos, ya que supone un ahorro económico en muchos casos y evita el estrés de tener que someterse a una intervención quirúrgica. Aunque conseguir determinados resultados solo es posible con la cirugía. En esta línea, ocho de cada diez cirujanos piensan que »el número de operaciones de cirugía estética en España se incrementará en los próximos 3 años«.
«Muchas pacientes recurren a intervenciones sin cirugía porque pueden solucionar lo que les preocupa de manera menos drástica, con una recuperación más rápida que permite reincorporarse rápido al trabajo. Aunque son tratamientos que hay que repetir cada cierto tiempo para mantener resultados«, explica la doctora De Benito, quien considera fundamental »informar de manera exhaustiva y verídica al paciente«.
«Es cierto que lo menos invasivo es la toxina botulínica o rellenos, que se empiezan a poner de manera preventiva, pero tiene que existir una indicación. Veo chicas muy jóvenes con labios fenomenal y me piden aumentar y les digo que no. Estos rellenos se reabsorben y se expande la mucosa. Cuando ves que la estructura que intentas mejorar esta anatómicamente perfecta, está el deseo de la paciente y la ética del médico que le pincha. En general, debe existir sentido común«, señala Isabel de Benito.
Aunque vernos bien físicamente está vinculado con un mayor bienestar emocional, Margarita Carrasco, psicóloga de BluaU de Sanitas, advierte de que «no debemos perder de vista que la obsesión excesiva por la apariencia física puede llevar a problemas de salud mental, especialmente si se busca constantemente la validación externa a través de esa imagen física».
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