La reseña negativa de un bar que esconde una valiosa lección: «La delgada línea entre líder y dictadora»

Precisamente sobre trato injusto versa una de las más extensas que ha compartido recientemente, firmada por un usuario que se hace llamar 'Tom Shelby' (como uno de los protagonistas de la célebre serie 'Peaky Blinders').

Aunque no se revela en ningún momento el nombre ni la ubicación del establecimiento, el mensaje que la reseña envía ha sido muy bien acogido por los seguidores de la cuenta.

«Pongo una estrella no por el servicio, ni por la comida, ni mucho menos», aclara al inicio la reseña. «Pongo una estrella por la chica de pelo corto que está en la barra de mañana. Por gritarle y hablarle mal a su compañero Yago. Sé su nombre porque estaba desayunando y no paraba de gritar su nombre y decirle frases en alto en tono de recochineo o de 'no te estás enterando', proseguía el usuario.

Una vez expuesta la situación con la se encontró al acudir al bar en cuestión, pasó a dar su opinión sobre la escena presenciada:

«Todos hemos empezado en algún momento, así que si esa chica es algo o tiene algún alto cargo en este local, te doy un consejo: hay una delgada línea entre ser líder -que piensas que lo eres- y ser una dictadora. Me explayo tanto en dar esta opinión porque todos hemos empezado en esto y se pasa mal si no tienes experiencia y lo que menos necesitas es una persona machacándote», prosigue la crítica.

«Las broncas en privado, no delante de la gente. Me amargaste el desayuno y me tuve que ir porque lo estaba pasando hasta mal por la cara que tenía el chaval», añade Shelby, dirigiéndose directamente a la chica, a la que le recuerda que ella también fue principiante algún día: «Seguro que no eras un 10 ni una fenómena».

Por último, el autor de la reseña recalca que si ese chico sigue trabajando bajo este trato es «porque necesita el dinero pero estoy seguro de que se va amargado a trabajar y está deseando que acabe el turno para perderte de vista», zanja.

Una reseña muy aplaudida a la que, sin embargo, le ha salido algún que otro detractor que, aunque aplaude el gesto, le reprocha al usuario que no se atreviera a decirlo cara a cara en el propio local.