Sin embargo, esta limpieza puede ser contraproducente para la salud de nuestra dentadura, especialmente si se hace justo después de ciertos momentos muy concretos, lo que puede suponer un problema para nuestro esmalte. Así lo explica la odontóloga londinense Shaadi Manouchehri, que ha advertido acerca de las situaciones en las que jamás debes cepillarlos.
Limpiarse la boca después de desayunar
Aunque muchas personas abogan por esperar hasta después del desayuno para lavarse los dientes, lo cierto es que esta técnica puede provocar diversos daños en nuestra boca. Cuando las bacterias de nuestra boca descomponen el azúcar de los alimentos, se produce un ácido que, al frotarlo con el diente durante el cepillado, puede disolver la superficie del diente, favoreciendo la primera etapa de la caries dental.
«Cuando acabas de comer, la boca está en un estado muy ácido, así que si te cepillas los dientes, estás frotando ese ácido en el diente, que es un mineral y puede desgastarlo», recuerda esta odontóloga, que considera que cepillarse inmediatamente después del desayuno nunca es una buena idea.
Lavarse los dientes después de vomitar
Otra de las advertencias que ha lanzado esta reputada dentista, con casi 20.000 seguidores en sus redes sociales, es la de no usar tu cepillo de dientes inmediatamente después de vomitar bajo ningún concepto. Durante esta situación, uno de los primeros impulsos que solemos tener es el de limpiarnos la boca, pero esto podría dañar nuestro esmalte.
«Los contenidos del estómago son extremadamente ácidos y la boca se encuentra en un estado muy ácido, por lo que, si te cepillas inmediatamente después, básicamente estás desgastando tu esmalte», ha explicado Manouchehri a través de sus redes sociales, alertando sobre uno de los errores que más solemos cometer en estos casos.
Cepillarse los dientes después de comer dulces
Un hábito más que puede provocar problemas en nuestra dentadura es el de cepillarse los dientes justo después de comer dulces o alimentos que incluyan azúcar entre sus ingredientes. Esta costumbre tan arraigada puede aumentar el riesgo de que se produzcan caries, pues el ácido que disuelve estos alimentos se distribuye por la boca, pudiendo causar desgaste en el esmalte.
Con la intención de evitar que se produzcan estos problemas, la dentista Shaadi Manouchehri recomienda que se espere al menos una hora después de comer dulces para cepillarte los dientes. «Cuando acabas de comer dulces, la boca lo ha digerido en un ácido que se frotará en los dientes y destruirá el esmalte», señala, lo que puede acabar generando caries y acabando poco a poco con nuestros incisivos.
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