Naila Martínez, nutricionista, contundente con los monitores que cuidan a los alumnos en los comedores escolares: «Es un melón a abrir»
La experta lamenta que en las cantinas se hayan perpetuado «prácticas dañinas»
Un endocrino pone el grito en el cielo por los que desayunan después de las 9 de la mañana: «Mi cuerpo lo interpreta como una señal de estrés»
Barcelona
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Iniciar sesiónA día de hoy la mayoría de familias, especialmente en grandes ciudades, deja a sus hijos en el comedor escolar puesto que los horarios laborales, la poca conciliación y la organización diaria hace inviable tener tiempo para ir a buscar a los niños al ... mediodía y devolverlos en dos horas a clases. En este sentido, cada vez se destinan más esfuerzos a mejorar este rato.
Y es que históricamente en este tiempo los niños comían, platos fáciles de realizar y poco saludables, y pasaban el rato jugando a fútbol o al pilla-pilla. Ahora cada vez se cuidan mucho más los menús para que sean más equilibrados y también se fomentan iniciativas para que estas horas, aunque no sean lectivas, sean educativas.
A la práctica, sin embargo, el mediodía es una franja bastante amplia, de hasta 2 horas y media en muchos casos, en los que ocurren muchas cosas dentro del aula. Conocedora de la causa, la nutricionista Naila Martínez acaba de subir una contundente reflexión en su perfil en TikTok (@mynutritionist) que en solo dos días supera las 176.000 visualizaciones.
«Eso no es educar ni cuidar»
«Una cosa: ¿Podemos hablar de los monitores de comedor escolar? Porque, de verdad, este es un melón que alguien tiene que abrir», empieza ella su publicación. Martínez asegura que en ese espacio no se acompaña emocionalmente a los niños, «se les presiona para comer o se les ignora completamente o se ignoran sus señales de hambre y saciedad».
La experta en alimentación infantil incide en que no hay que servir únicamente la comida, sino acompañar a los alumnos en ese momento, y considera «preocupante» que en muchas cantinas «se improvisa, se controla, se castiga, se ignora». Ante esto, ella se pregunta que dónde está la formación en infancia, alimentación respetuosa y desarrollo emocional que deberían tener los monitores de estos espacios.
@mynutritionist ¡Ojo! Este reel no va contra ti si eres monitor o monitora de comedor y estás haciendo tu trabajo con respeto, con empatía, con conciencia. Al contrario, si tú ya estás acompañando a los niños y niñas desde el cuidado, si les hablas con calma, si respetas su ritmo, si los ayudas a escucharse… GRACIAS. Eres parte del cambio que necesitamos. Tu trabajo importa muchísimo, aunque a veces parezca invisible. Eres ejemplo. Eres sostén. Este reel va dirigido al sistema. A ese que no exige formación específica, que deja a la infancia desatendida emocionalmente, que naturaliza prácticas coercitivas en la mesa como si fueran “cosas de críos” 💥 Comer también educa. 💥 Comer también deja huella. Y necesitamos urgentemente revisar cómo se están gestionando los comedores escolares. Porque no basta con “dar de comer”. Queremos un comedor donde se cuide, se respete y se acompañe. Y para eso, los monitores también necesitan estar cuidados, formados y reconocidos. ¿Tú qué opinas? ¿Este melón había que abrirlo o no? 🙄🙄🙄 #familia #alimentacioninfantil #comedorescolar #nutricionista #niños ♬ sonido original - Naila Martínez
«Tener un carnet de manipulador de alimentos no es suficiente», se queja ella, que lamenta que los monitores no tengan «herramientas reales para acompañar a la infancia en un momento tan clave como la hora de comer». La 'tiktoker' enfatiza que no se trata de nutrición: «es relación, es autonomía, es respeto, es aprendizaje» y es un momento que tiene que pasar «sin presiones, sin premios» para el joven y con un adulto al lado que esté «para acompañar, observar, contener, no para forzar».
Teniendo claro eso, Martínez denuncia lo que pasa a la práctica en muchos comedores escolares. «Los niños están obligados a terminar lo que hay en el plato, castigos, si no comen lo que toca, frases como 'si no te lo acabas, no sales a jugar al patio' 'o tienes que comer más rápido porque se acaba el tiempo'...», asegura ella, antes de lamentar que eso no es educar ni cuidar, sino «perpetuar prácticas dañinas».
Con todo, ella no es crítica con el sector, ya que entiende que no lo hacen con mala intención sino porque nadie les ha enseñado a hacerlo de otra manera. Además, ella hace énfasis en que tampoco hay formación en alergias, intolerancias, dificultades sensoriales o selectividad alimentaria y que eso provoca que quienes lo sufran se puedan sentir «apartados, maltratados o simplemente invisibles».
«Esto es lo que tiene que cambiar ya», se queja la nutricionista, que clama para que haya «formación obligatoria y específica para monitores en desarrollo infantil, alimentación respetuosa y acompañamiento emocional». Igualmente defiende que «que el comedor escolar se integre en el proyecto educativo del centro» y que no debe verse como «un parche o una pausa». «Es parte de su desarrollo», sentencia, antes de reiterar que hay que garantizar una «supervisión real» y un «trato digno, sin gritos, sin presiones, sin chantajes, sin castigos» y con la participación de las familias.
Martínez deja claro en los comentarios que con sus palabras no va contra los monitores que hacen su trabajo «con respeto, empatía y conciencia». Este reel, añade, va dirigido al sistema «que no exige formación específica, que deja a la infancia desatendida emocionalmente, que naturaliza prácticas coercitivas en la meas como si fueran 'cosas de críos'». Como era previsible, la publicación ha generado mucho revuelo.
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