Una mujer exige 95.000 euros al propietario de un Airbnb para abandonarlo tras pasar 540 días sin pagar el alquiler
La arrendataria se ha ganado el apodo de 'la inquilina del infierno' por su negativa a abandonar la vivienda
De víctimas a luchadores contra la okupación
Madrid
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Iniciar sesiónLas tensiones entre propietarios e inquilinos han sido una constante a lo largo de la historia, tejiendo un complejo tapiz de desafíos legales, conflictos personales y situaciones que han llegado a definir las dinámicas habitacionales en diversas comunidades. Desde las luchas por el acceso a ... la vivienda hasta los conflictos más contemporáneos en el ámbito de los alquileres a corto plazo, las disputas entre aquellos que poseen propiedades y quienes las ocupan son un reflejo de las complejidades inherentes a la convivencia y los derechos sobre la propiedad. En ese sentido, en una situación que ha llevado las disputas entre propietarios e inquilinos a un nuevo nivel, una mujer en el área de Los Ángeles ha exigido 100.000 dólares, unos 95.000 euros, al propietario de un alojamiento de Airbnb para abandonarlo tras pasar más de 540 días sin pagar, según ha revelado Los Angeles Times.
La historia ha ocurrido en la pintoresca zona de Brentwood, California, donde el anfitrión, Sascha Jovanovic, se encuentra en medio de una lucha legal para recuperar su propiedad. La inquilina, Elizabeth Hirschhorn, se ha ganado el apodo de 'la inquilina del infierno' por su negativa a abandonar la vivienda después de que su estancia programada finalizara el pasado abril de 2022.
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Jovanovic, propietario de la finca, ha compartido su angustia con Los Angeles Times, expresando su preocupación por su seguridad al no poder acceder a su propia casa. Según el propietario, vive con la constante incertidumbre de tener a una persona potencialmente hostil ocupando su propiedad.
Por otro lado, pese a la negativa de Hirschhorn a hablar con los medios, su abogado, Colin Walshok, ha arrojado algo de luz sobre su posición. En ese sentido, Walshok argumenta que su clienta no tiene la obligación de pagar el alquiler, alegando que Jovanovic violó la ley al alquilar una unidad ilegal. «El propietario violó la ley y trató de ganar dinero alquilando una unidad ilegal de contrabando», dijo Walshok al medio norteamericano, a lo que añadió: «Después de que la atraparon, en lugar de hacer lo correcto, recurrió a la intimidación, el acoso y la presentación de demandas frívolas que contenían elaboradas historias falsas, todo en un intento de cubrir sus huellas».
El origen de la disputa
La disputa comenzó poco después de decidir alquilar su pequeña casa de invitados, cuando Jovanovic aprobó una estancia prolongada para Hirschhorn en septiembre de 2021. El espacio se alquiló por seis meses a una tarifa de 105 dólares por noche, unos 114.124 euros en total, hasta ahí todo normal. Sin embargo, todo se torció cuando, tras una queja de la inquilina, Jovanovic descubrió daños en la propiedad que afirma que no existían antes de la llegada de Hirschhorn. En un intento de solucionar la situación, el propietario se ofreció a pagar a Hirschhorn un hotel y le proporcionó 1.000 dólares para los gastos que pudiera ocasionar el incidente, propuestas que fueron rechazadas por la inquilina. Asimismo, una serie de correos electrónicos revelaron que el arrendador le había ofrecido quedarse en su propia casa mientras se efectuaban las obras de reparación, propuesta que también rechazó. «No me siento segura si me obligan a desocupar la vivienda por una discapacidad y los altos riesgos de complicaciones de Covid-19», escribió Hirschhorn en un correo. Luego citó la Resolución de Protección a Inquilinos Covid-19 del Condado de Los Ángeles y mostró una nota médica de 2011 que señalaba que padecía una alta sensibilidad química.
Aunque estaba previsto que la estancia de la señora Hirschhorn finalizara el 19 de marzo de 2022, Jovanovic le ofreció un mes de prórroga para encontrar otro lugar donde vivir, una decisión de la que se arrepiente enormemente ya que, gracias a ella, Airbnb quedó libre de involucrarse en la disputa. «Una vez que todo se fue al infierno, Airbnb desapareció», dijo Sebastian Rucci, abogado que representa a Jovanovic, a Los Ángeles Times.
Tras la llegada del nuevo plazo, la señora Hirschhorn envió un correo electrónico a Jovanovic donde le pidió un poco más de tiempo para reubicarse: «No puedo irme el 12 de abril porque no existe un plan de reubicación y financiación, sería inseguro. Si quieres resolver algo, estoy dispuesta a hacerlo».
Sin embargo, más de 540 días después, la inquilina continua allí sin pagar el alquiler alegando que las acciones «y supuestas reparaciones se realizaron sabiendo que mi discapacidad requería adaptaciones, creo que se hicieron para acosar y asustarme».
Desde entonces, Jovanovic ha intentado entregar múltiples avisos de desalojo, pero tuvo que retirar dichos avisos porque el edificio no cumple con las normas de seguridad de la ciudad. Un hecho que podría solucionarse si realizara las pertinentes obras, pero la señora Hirschhorn se niega a permitir que entre en la propiedad.
«Las acciones y supuestas reparaciones se realizaron sabiendo que mi discapacidad requería adaptaciones, creo que se hicieron para acosar y asustarme»
Hirschhorn
'La inquilina del infierno'
En ese sentido, dado que la casa de invitados no tiene permiso de ocupación, Hirschhorn argumentó que no debería pagar el alquiler y que en realidad se le debe todo el alquiler que pagó durante su estancia. «Como la unidad no tenía un certificado de ocupación, el alquiler máximo permitido para la unidad era de 0,00 dólares», dijo Walshok en la demanda contra Jovanovic.
Desde entonces, Jovanovic se encuentra inmerso en una batalla legal para desalojar a Hirschhorn y devolver la casa de invitados a sus hijos adolescentes. «Sería un día fantástico para mi familia. El espacio volverá a convertirse en una habitación feliz», sentenciaba el propietario.
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