En el fascinante mundo de las relaciones humanas, nuevas perspectivas han surgido en los últimos años, desafiando los paradigmas tradicionales. En ese sentido, algunas personas han decidido explorar la conexión emocional con objetos o seres inanimados, desde novios generados por inteligencia artificial ... hasta uniones con objetos tan inusuales como con muñecas hinchables. Sin embargo, uno de los casos más sorprendentes ha salido a la luz gracias a una mujer de 45 años que reside en la isla de Vancouver, quien se autodenomina «ecosexual» y ha revelado en su perfil de TikTok que mantiene una relación con un roble.
Ella es Alicia Framis, una artista catalana que ya exploró la convivencia con un ser no humano al convivir con un maniquí
Según ha explicado en sus redes sociales, durante la pandemia ocurrida en 2020, la creadora de contenido comenzó a dar paseos diarios por el campo como una forma de aliviar el estrés. Fue durante uno de estos paseos que entabló una conexión especial con un majestuoso roble. Aunque no fue hasta el verano de 2021 que esta relación adquirió una dimensión más íntima, la mujer, identificada como Sonja, aclaró que sus experiencias con el árbol no involucran actos sexuales en el sentido tradicional y que son «lo mejor que me ha pasado».
En su cuenta de TikTok, Sonja comparte su viaje emocional, explicando que inicialmente buscaba encontrar una conexión similar con otra persona. Sin embargo, se encontró con esta conexión inusual con el roble, describiendo la sensación de ser sostenida por algo tan grande y antiguo como erótica. Según sus propias palabras, «la sensación de no poder caer» y la conexión con la naturaleza la llevaron a explorar esta forma única de lo erótico.
La ecosexualidad
La ecosexualidad de Sonja no se trata simplemente de tener relaciones sexuales con la naturaleza, como muchos podrían malinterpretar. La creadora de contenido señala que no participa en actos físicos con el árbol y dice que los sentimientos que obtiene de la naturaleza no son necesariamente los mismos que los de la sexualidad humana. «Un gran error es pensar que la ecosexualidad significa sexo entre las personas y la naturaleza, es una forma diferente de explorar lo erótico. Ver el cambio de estaciones es para mí un acto erótico. Pasas de la muerte en invierno y luego todo vuelve a la vida en primavera y se aparea. Existen similitudes entre el sexo con las personas y el erotismo que los ecosexuales sienten con la naturaleza, pero no son lo mismo».
Por último la influencer revela que todos somos «ecosexuales sin saberlo», ya que muchos buscan experiencias en la naturaleza para aprovechar la energía vital que proviene de ella, una experiencia que Sonja considera intrínsecamente erótica.
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