Una funcionaria explica el lado que nadie ve de su trabajo: «Nunca tendrás una subida de sueldo importante»

«Ser funcionario es un asco, pero antes de tirarme 'hate', escucha», señala la creadora de contenido al inicio de su vídeo. Con esta declaración de intenciones, la joven busca desmontar algunos de los clichés asociados a los trabajadores públicos y, al mismo tiempo, arrojar luz sobre las limitaciones y frustraciones que acompañan a quienes logran una plaza en la Administración.

La funcionaria reconoce que la estabilidad que otorga la plaza fija es incomparable. «La sensación de tranquilidad sabiendo que a fin de mes siempre te va a entrar un sueldo es maravilloso, pero todo tiene una 'cara b'», señala. Esa otra cara, según detalla, se traduce en la ausencia de crecimiento profesional y en la imposibilidad de ascenderpor méritos propios.

«Si eres una persona ambiciosa, es bastante frustrante saber que hagas lo que hagas y te esfuerces lo que te esfuerces, nunca, nunca, nunca, vas a tener opción a aspirar a algo más», lamenta la joven española.«Nunca vas a tener un ascenso, nunca vas a tener una subida de sueldo importante. Y con el cuento de que somos intocables te vas a encontrar con gente que seguro que trabaja la mitad de lo que trabajas tú y aun así esa persona va a cobrar lo mismo», añade.

Sus palabras ponen de relieve un sentimiento compartido por parte del funcionariado: la idea de que el esfuerzo individual rara vez se traduce en reconocimiento económico o profesional. En ese sentido, la creadora de contenido denuncia un sistema rígido, donde la igualdad en el salario, en lugar de ser vista como un derecho, acaba generando desmotivación. Aun así, la funcionaria no niega las ventajas de su empleo. «Ya os digo, tener la tranquilidad de recibir un sueldo todos los meses es una pasada y tener las vacaciones que tenemos también es maravilloso. En ese sentido, jamás me voy a quejar», admite. Pero insiste en que esa seguridad no debería convertirse en un freno a la excelencia ni en una excusa para que algunos trabajadores rindan por debajo de sus posibilidades.

En su reflexión, la joven española reconoce que la Administración necesita cambios que premien la responsabilidad y el compromiso. «La verdad que me encantaría que los funcionarios no fuésemos tan intocables, creo que mucha gente se pondría las pilas y las personas que trabajan como si les fuera la vida, y la gente con vocación que realmente trabaja porque es responsable, que pueda tener de alguna manera alguna gratificación», explica.

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Según su visión, esta reforma no solo beneficiaría a los trabajadores implicados, sino también a la sociedad en general. «El país no nos tendría tanta manía y cierta gente se pondría más las pilas», argumenta, convencida de que un sistema que premia el esfuerzo podría mejorar la percepción pública sobre el funcionariado. «Creo que es un 'win to win' para todas las personas que hacen bien su trabajo», manifiesta. Una propuesta que, aunque polémica, refleja una demanda latente: que la estabilidad no sea sinónimo de estancamiento.

Por último, la funcionaria deja claro que no teme perder esa supuesta 'intocabilidad' que rodea a los empleados públicos. «A mí, por ejemplo, me daría cero miedo no ser intocable, porque estoy muy segura de lo que hago y ya está», afirma con rotundidad, mostrando la seguridad que siente respecto a su propia labor.