El cardiólogo José Abellán explica por qué es un grave error comer galletas en el desayuno: «Me desestabiliza»

Marina Ortiz

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10/04/2025
Actualizado a las 09:01h.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda llevar una dieta saludable para «protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer».

Esto conlleva que nuestra ingesta calórica esté equilibrada con nuestro gasto calórico, «limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total» o «mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios», entre otros hábitos, siempre en términos generales y para adultos sanos.

Con la gran cantidad y variedad de alimentos que podemos encontrar en el mercado hoy en día tenemos la opción de comer sano y equilibrado pero, en muchas ocasiones, no elegimos del todo bien lo que consumir en cada momento del día.

En referencia al desayuno, en nuestro país está bastante normalizado integrar productos como bollería industrial entre la que se encuentran, por ejemplo, las galletas. El fácil acceso a su compra en supermercados, así como la variedad de tipos, hace que caigamos en consumilas, a veces, en grandes cantidades.

Sobre este producto ha hablado el doctor y cardiólogo José Abellán, médico con master en riesgo cardiovascular por la UCAM y en cardiología intervencionista por la Universidad Juan Carlos I, entre otros. Lo ha hecho en una entrevista de un podcast en el que se pregunta «por qué los ultraprocesados son tan malos» y «qué tiene una galleta».

Aunque Abellán habla en general de los ultraprocesados, se centra también en las galletas, alimento que pertenece a esta categoría: «¿Qué potencial tiene una galleta?», empieza diciendo. «El potencial es el siguiente, uno: nuestro cuerpo está perfectamente preparado para digerir alimentos completos y eso no es un alimento completo. Son partes de muchos alimentos mezclados de una forma que hackean tu sistema del gusto y la saciedad», explica el cardiólogo.

Y plantea lo siguiente: «Una galleta, en un momento dado, si yo estoy en la selva y me tomo tres galletas al día, no me voy ni a proinflamar ni voy a tener más riesgo de infarto. Pero, en este mundo actual, tomar galletas o cualquier otro ultraprocesado hace que consumas más alimentos de los que se necesitan, porque hackean tu sistema del gusto y la saciedad».

Además, Abellán expone, que si tomamos galletas todos los días para desayunar, y también en otros momentos del día, con el tiempo vamos a generar «momentos en los que tienes que metabolizar un pico de glucosa brutal», algo para lo que nuestro cuerpo no está diseñado hacer constantemente.

«Con lo cual, eso me desestabiliza; con el tiempo voy a tener exceso de depósitos de grasa corporal, porque ese pico de glucosa exagerado voy a tener que almacenarlo, ese almacén de grasa exagerado es proinflamatorio. Con el tiempo voy a estar sometiendo a mi cuerpo a ser resistente a la insulina momentáneamente. Eso es proinflamatorio», sigue explicando el cardiólogo.

Incluso, Abellán llega a indicar que comer galletas de forma habitual es parecido a fumar, incidiendo en que «le sienta mal a nuestro sistema cardiovascular y a nuestro sistema inmune», finaliza.