Media estocada del Madrid a la Liga tras golear al Levante

Seguramente ese hambre de ganar y de conquistar la trigésimo tercera Liga de su historia es la que puso la primera piedra para barrer del campo al Levante hoy en el Bernabéu. Si un marciano hubiese llegado hoy a la Tierra habría pensado que el Madrid tenía remontar tres goles en contra. En el primer minuto, había sacado dos saques de esquina (diez en toda la primera mitad). En el diez, ya ganaba gracias a un gol de Cristiano. En el veinte, tenía un 88% de posesión del balón. Pequeños (grandes) detalles que muestran la ambición de un equipo que a dos meses del final de la temporada empieza a oler sangre a borbotones y parece que no tiene intención de dejar escapar a las presas vivas: el Levante de Caparrós, verbigracias.

Los valencianos venían al Bernabéu tras ocho partidos invictos y cinco imbatidos. Eso de la portería a cero durante una manita de encuentros no extraña a nadie a estas alturas. Los equipos de Caparrós son siempre una telaraña de difícil acceso para sus rivales. Si a eso encima le unes a uno de los mejores porteros del mundo en la actualidad, Keylor Navas, la ecuación tiene fácil solución. El guardameta costarricense se llevo tres goles del Bernabéu pero sin sus poderosos reflejos y su gatuna agilidad el marcador habría sido una chirigota.

Sólo en la primera mitad salvó tres goles cantados. Uno a Cristiano, tras una bonita volea del luso con el interior de su bota. Y otros dos a Benzema, sobre todo, una formidable estirada a un cabezazo picadito del galo que además contó con la colaboración de su palo derecho. Donde nada pudo hacer fue en el gol de Cristiano, marca de la casa. Córner que bota Di María y el luso, con uno de sus portentosos saltos dignos de LeBron, cabecea a la red. A veces da la sensación de que Ronaldo tiene una cama elástica en vez de botas.

Tras el descanso, el Real Madrid cerró el partido por la vía rápida. En el minuto 48, Marcelo hizo el segundo tras una bonita rosca con su pierna derecha imparable hasta para Keylor. La distancia sólo era de dos goles, pero hay sensaciones más poderosas que las cifras. A esas alturas del encuentro e l Levante apenas había cruzado el medio campo y tampoco había chutado a puerta. Sólo lo haría una vez en todo el partido, en un tímido disparo desde 25 metros de Ivanschitz. Por cierto, el austriaco bien pudo ser expulsado en la primera mitad tras una feísima entrada con los tacos a la rodilla derecha de Varane. Quizás Iglesias Villanueva, con remordimiento por ni siquiera mostrarle amarilla, se permitió el lujo de echar a Navarro tras una entrada por detrás sobre Cristiano. Con una simple amonestación hubiera solventado sin más esa acción del defensa granota.

Eso sí, a pesar de la rigurosa roja , ni jugando tres días seguidos hubiera marcado un gol el Levante esta tarde en el Bernabéu . Bueno, sí que lo hizo, pero fue en su propia portería. A falta de diez minutos para el final, Nikos quiso enviar a córner un centro de Marcelo pero su despeje se convirtió en el tercero de los blancos. A falta de once jornadas, y con tres y cuatro puntos de ventaja sobre Atlético y Barcelona, respectivamente, sólo el Madrid puede perder esta Liga.