entrevista
Albertucho: «Que un obrero vote a la ultraderecha me da muchísima rabia»
El rockero actúa el viernes 22 y el sábado 23 en el Cartuja Center Cite, donde se presenta con un espectáculo basado en 'El perro andaluz', el disco con el que ha regresado a su propuesta musical originaria y deja atrás a su alter ego, El Capitán Cobarde
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Fernando Rodríguez Murube
Sevilla
Albertucho es el nombre artístico de Alberto Romero (Sevilla, 1983), un artista que en 2004, con tan solo 19 años, cautivó con su álbum debut 'Que se callen los profetas', un trabajo fresco que rápidamente le hizo ocupar un lugar relevante en ... el escalafón de los rockeros de autor españoles.
Aquel primer trabajo tenía claras influencias punky, el segundo vira hacia el rock andaluz, mientras que el tercero suena garajero, un 'Amasijo de porrazos' que por momentos recuerda a Pearl Jam. El campo de acción se hace cada vez más amplio en un compositor y músico tremendamente permeable. Pero hubo un claro punto de inflexión en su estilo: a través de Kiko Veneno conoce musicalmente a Bob Dylan.
El influjo del genio de Minnesota hace que el sevillano ponga el foco en el bluegrass y la música americana. Caprichos del destino, años más tarde se marcha a tocar a México y por ciertos rebotes de la vida acaba siendo telonero del autor de 'Hurricane' y 'Blowin' in the wind' en la plaza de toros de Mérida. Corría el año 2008.
Albertucho poco a poco se va despegando se sus señas de identidad, proceso que tiene su punto culminante en la creación de El Capitán Cobarde, una suerte de alter ego del artista nacido en el barrio de Bellavista que supone un nuevo nombre artístico y una propuesta diferente. El proyecto ha tenido una década de vida, ya que este año sorprendía a propios y extraños anunciando que Albertucho volvía con más fuerza que nunca, y lo hacía con un discazo debajo del brazo, 'El perro andaluz'.
Viene de triunfar en Madrid, Barcelona y Valencia. Este fin de semana (viernes y sábado) volverá a tocar en Sevilla con su nomenclatura original tras muchísimos años de ausencia. La rápida venta de las entradas para su concierto del sábado en la sala Cite del Cartuja Center le 'obligó' a anunciar uno más, en este caso para el viernes, para el que las entradas también están a punto de agotarse.
-El nombre de su disco, 'El perro andaluz', recuerda inevitablemente a la obra cumbre de Luis Buñuel, 'Un perro andaluz', paradigma del surrealismo. Albertucho, en cambio, es mucho más terrenal, su mensaje es mucho más directo, sin trampantojos. ¿Por qué ese guiño al surrealismo o a Buñuel?
-Es verdad que tiro de ahí, pero principalmente por el título. Yo soy más lorquiano. Precisamente se supone que Lorca estaba enfadado porque 'Un perro andaluz' le recriminaba su cateteo, incluso se decía que era el propio Lorca. «Nosotros estamos en Francia, en la parte más moderna y exquisita de la sociedad, y tú te metes allí en el pueblo, en el Albaicín, con los gitanos». Exactamente el mismo reproche que también sufrió Juan Ramón Jiménez.
-Entonces, ¿Cuál es el verdadero motivo del título? Según los textos del disco, este perro tiene mucha rabia dentro…
-Yo soy un tío súper pacifista, entonces buscaba un ser mitológico que se revelara ante todo lo que me parece que está en contra de los derechos humanos, como es la ultraderecha, el racismo, la hipocresía. Buscaba una suerte de Dr. Jekyll y Mr Hyde, y de ahí me vino la idea del hombre lobo que ve las cosas que están pasando y se va a arrancarle las tripas al personal. Y es verdad que en el álbum hay rabia, porque uno conoce la historia de su pueblo, la historia que la familia nos ha contado desde chico, y hay cosas que me superan. Por ejemplo, que un obrero vote a la ultraderecha me da una rabia que te cagas.
-De ahí eso de «A los señoritos quisiera dejarlos igual que a Azarías el de la Milana (en alusión a novela de Delibes 'Los Santos Inocentes')»...
-El perro andaluz representa esa rabia anticlasista que me viene de familia. Mis antepasados eran todos guardeses de fincas. Mi abuelo trabajaba en el Cortijo de Cuarto echándole de comer a las vacas y esas cosas, y por parte de madre, mis abuelos fueron guardeses de los Miura. Contaban todas esas historias.
-Además, usted siempre ha mantenido su acento andaluz.
-Es que para mí eso es súper importante. Como decía Juan Ramón Jiménez, no hay nada más internacional que mi pueblo. ¿Tú cómo vas a querer cantar como uno de Valladolid, compadre? Por suerte, ahora hay una reivindicación del andalucismo artístico: Califato ¾, Los Derby Motoreta, La Plazuela, etc. Pero hace 20 años la gente hacía un grupo de rock and roll en Sevilla, por ejemplo, y cantaba con acento madrileño, ahora no. Se ha perdido el miedo a sonar con acento.
-En este sentido, aunque sus coordenadas musicales más características están en el rock and roll, Triana, especialmente Jesús de la Rosa, y su rock andaluz con acento siempre ha sido un referente claro para usted.
-¡Por supuesto! Me pongo de pie para hablar de Jesús de la Rosa. Es que era muy pero que muy grande.
-¿La ciudad de Sevilla está en deuda en este sentido?
-Creo que tiene una calle en un polígono y una placa en la calle Feria. Así que fíjate…Ojalá le hicieran una estatua a Jesús de la Rosa. Jerez, por ejemplo, está llena de estatuas de artistas flamencos y me parece algo maravilloso. Si te vas a cualquier punto de España, pese al tiempo que ha pasado, las nuevas generaciones también los siguen. Pregúntale a Rosalía por Triana, verás como se quita el sombrero y te canta de carrerilla «Abre la puerta niña, que el día va a comenzar» y todo lo que sigue.
-En Sevilla tienen el Pali y el Perejil, por ejemplo, pero no tiene Jesús de la Rosa.
-Porque Sevilla siempre ha tenido ese punto de «¿Estos jipis de dónde coño han salido?». A Sevilla la amas y la odias. Una de las muchas cosas por las que puedes llegar a odiarla es por ese punto josemanuelsotismo que tiene actualmente y que está muy feo a estas alturas de la vida. Mira, la cultura popular la explotan en Reino Unido o en Estados Unidos de una manera maravillosa. Para los que amamos el cine y la música y somos mitómanos es un filón fantástico. En ese sentido, Sevilla tiene una cultura popular extraordinaria con Lole y Manuel, con Silvio, con el propio Jesús de la Rosa…es que madre mía, tenemos una riqueza inmensa. Si trabajáramos esa cultura popular al estilo de cómo lo hacen en Reino Unido o Estados Unidos, se podrían hacer cosas muy grandes.
-¿En qué ha cambiado el Albertucho del éxito 'Volví a la barra', de hace casi 20 años, al de ahora?
-Con 20 años eres adolescente, te quieres comer el mundo y dices más de lo que escuchas, ahora escucho mucho más que antes. Juzgo de otra manera a las personas, me fijo más en los detalles y soy más consciente de la realidad. Además, no he dejado de aprender sobre la música. A la hora de componer y arreglar tengo muchas más referencias ahora, participo más en la producción de mi música, aunque siempre he tenido la suerte de haber tenido mucha libertad en ese sentido. Por cierto, 'Volví a la barra' ahora en directo suena más rockera que nunca. La hago con la guitarra eléctrica y llevo a mi lado a Diego Pozo 'El Ratón' (ex Delinqüente) picando piedra, que suena de maravilla. Llevo unos musicones a banda que llevo somos todos perros viejos de la escuela sevillana.
-¿Por qué este volantazo para regresar a los orígenes? ¿Por qué deja atrás al Capitán Cobarde y retoma el nombre artístico de Albertucho?
-Es una historia muy curiosa. Grabamos el disco en Jerez con la clara intención de seguir como Capitán Cobarde, pero un día, recuerdo que estaba en un hotel de Cádiz, empecé a escuchar las mezclas y me quedé con una sensación rara. Me eché una siesta y soné que en la portada del disco aparece otra vez el nombre de Albertucho. El motivo era obvio, lo que había escuchado era claramente rock and roll, no tenía nada que ver con el Capitán Cobarde. Me levanto y le digo a mi gente que me quiero cambiar el nombre otra vez.
Concierto de Albertucho en Sevilla
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Dónde: Cartuja Center Cite.
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Dirección: Leonardo da Vinci, 7 (Isla de la Cartuja).
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Cuándo: viernes 22 y sábado 23 de diciembre.
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Horario: 22.00 horas.
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Precio: 23 euros (solo disponible para el viernes). Entradas agotadas para el sábado.
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Entradas: cartujacenter.com
-He estado ojeando el setlist de su concierto en la sala La Riviera (Madrid), y no hay ni rastro del Capitán Cobarde. ¿Hay una intención premeditada de desmarcarse del alter ego que le ha acompañado durante los últimos diez años?
-Una vez dado el paso del cambio de nombre sí ha habido una intención de marcar mucho la diferencia. Ya llegará el momento de mezclar ambos repertorios. Hay canciones de Capitán Cobarde que son muy importantes para mí y que quiero volver a tocar en el futuro. Pero no ahora. Quería sonar al Albertucho de los tres primeros discos. Quería que fuese muy rockero.
-¿Pero es algo puntual o es un cambio firme a largo plazo?
-Creo que en la vida uno se pelea con uno mismo y después se -reconcilia.
-¿Estaba peleado con Albertucho?
Un poquito. Musical y personalmente. Me preguntabas hace un momento en qué he cambiado en este tiempo, también he aprendido a no obsesionarme tanto, a fluir, a ser yo mismo, y eso me ha ayudado. El subir al escenario y tener solo que respirar, no pensar que tienes que impostar nada, eso lo he aprendido con el tiempo. Por eso creo que Albertucho ha vuelto para quedarse. Yo soñé que sacaba un disco de rock que sonaba a Albertucho, no a Capitán Cobarde. Igual que me cambié el nombre porque estaba peleado, porque ya no me identificaba con ese artista de rock callejero, ahora siento que ha vuelto. Con cosas aprendidas, pero ha vuelto. Y estoy contentísimo.
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