Episodio 1
Veinte años de angustia: la desaparición de Juana Canal
Desapareció un día de 2003. Nadie volvió a saber de esta madrileña hasta que, más de década y media después, unos senderistas encontraron sus huesos de manera fortuita
Narradora: Los seres humanos tendemos a olvidar los detalles más crueles de las peores experiencias que sufrimos. Los que solo suman dolor al dolor. En nuestro cerebro hay cajoncitos cerrados con llave que están llenos de esos recuerdos que no queremos volver a visitar, tal vez por miedo a que nos destruyan. Pero hay otro tipo de recuerdos, relacionados con nuestras emociones, que no caben en esos cajoncitos. Como echar de menos a alguien que no sabemos dónde ni cómo está. O la ansiedad que nos mantiene alerta para no dejar de buscar a aquel al que perdimos la pista.
La caja de Pandora de la familia Canal se destapó a bordo de un taxi. A ese vehículo se subió por puro azar Juana, una mujer joven, rubia, alegre y trabajadora, que olvidó allí su bolso. Aquel despiste supuso el inicio de una historia que, como una bola de nieve, comenzó a rodar y a crecer, hasta que chocó contra los cimientos vitales de los Canal.
Juana desapareció la noche del 23 de febrero de 2003. Nadie la volvió a ver nunca más.
¿Dónde y cómo se guarda exactamente el recuerdo de un ser querido ausente? ¿Qué se hace con él cuando no se sabe lo que ha pasado? El hogar de los Canal se mantuvo 20 años temblando, a punto de derrumbarse, buscando una solución que nadie les ofrecía. Se quedaron solos cuidando el recuerdo de Juana, negándose a olvidar. Hasta que alguien abrió la caja en la que otros guardaron la historia de aquella mujer.
Es hora de recordar.
Narradora: Esta crónica comienza a finales del año 2019, en medio del campo.
Una pareja pasea por una zona boscosa entre Navalacruz y Navarredonda, dos pequeños municipios de la provincia de Ávila. Podría ser una caminata como cualquier otra, pero algo les frena. Acaban de encontrarse con lo que parecen unos huesos, y dudan de que sean parte de un esqueleto animal. La Guardia Civil se persona en el lugar tras la llamada de los excursionistas, y confirma sus sospechas: han encontrado un hueso largo, tal vez un fémur, y parte de un cráneo humano.
Los restos son analizados, y en enero de 2020, el sistema de identificación pita. Hay una coincidencia entre los huesos y las muestras alojadas en la base de datos. Es una mujer desaparecida desde hace mucho tiempo. Su familia debería ser informada del hallazgo. Pero recuerden: estamos en los primeros meses de 2020. Y el mundo entero está a punto de vivir una sacudida que cambiará las prioridades de todos:
(Montaje de declaraciones durante la pandemia)
Junio de 2022. El teléfono por fin suena.
Carlos Hidalgo: La fecha del 30 de junio de 2022 es importante porque efectivamente se le comunica a Óscar, al hijo pequeño de Juana Canal, y el único que sigue con vida, que hay unos huesos hallados en la provincia de Ávila, que el ADN ha revelado que pertenecen a su madre. Hasta ese momento era una desaparición oficialmente, una desaparición voluntaria, pero por supuesto lo más importante era que en febrero del año 23 iba a prescribir él el caso.
Inma Canal: Vine a buscar a mi hija y bajó mi madre por el portal y la vi rara, y a mi hija también, y yo «¿Pero qué os pasa?». Y mi madre intentándole quitar un poco de hierro al asunto, entiendo que porque estaba mi hija, me lo dijo así como un poco de puntillitas, dice «que han encontrado los restos de la Juani». Mi primera frase, y es que la recuerdo perfectamente, «¿Qué le ha hecho, qué le ha hecho, que le ha hecho?».
CABECERA
Narradora: Viajemos en el tiempo, hasta la mañana del 23 febrero de 2003. Sergio, un chaval de 18 años, vuelve a su casa en la calle Boldano, en el distrito madrileño de Ciudad Lineal. Ha pasado la noche con sus tíos, y ahora se dirige a reencontrarse con su madre, Juana Canal. Pero al llegar al domicilio, no encuentra a nadie. Y eso es raro. Lo único que hay es una nota escrita a mano.
Dramatización: «Sergio, hemos vuelto a discutir y tu madre ha llamado a la Policía y todo. Se ha tomado un montón de pastillas y se ha ido. Ha habido un momento en que se ha quedado muy grogui. Me ha amenazado con beber. Me voy a buscarla».
Narradora: El autor de la nota es Jesús Pradales. Es el novio de su madre, que también vive allí. Su relación empezó hace unos meses, no llega al año, cuando Juana se dejó el bolso dentro de un taxi y el conductor, Jesús, se puso en contacto con ella para devolvérselo.
Sergio llama a su hermano pequeño, Óscar, que vive en Valencia con su padre. Acto seguido comunica lo sucedido a su tía Ana María, hermana de Juana. Juntos acuden a la comisaría, acompañados de otros familiares. Entre ellos, Inma:
Inma: Yo soy Inma, soy sobrina de Juani. El primer día que Sergio vio la carta fue con mi tía Ana a la comisaría, y el mito, que no es mito, le dijeron que tenía que esperar a poner una denuncia por desaparición, que no la podía poner. Entonces fue dos días después del 23 de febrero cuando ya fuimos a poner la denuncia. Pero solamente dejaron pasar a Sergio, no nos dejaron pasar, así que entró él solo, apabullado como iba porque su madre no aparecía, con esa nota, porque fuimos con la nota que dejó este hombre escrito, y ya puso Sergio la denuncia de la desaparición.
Narradora: La familia de Juana se lleva una sorpresa desagradable: Jesús Pradales ya ha pasado por comisaría, pero no para denunciar la desaparición de su novia Juana, si no para acusarla de agresión. Será de las últimas veces que sepan de él.
Carlos Hidalgo: Tiene la sangre fría de dejar escrita una nota diciéndole a su hijo, a Sergio, el hijo mayor, que ya no vive, que bueno, que su madre ha vuelto a beber y que han tenido una bronca, y que la madre se ha vuelto a ir por ahí, como en otras ocasiones. Y que bueno, que él se va también de la casa, y más o menos lo que viene a decir es que ya sabrán lo que hacen ellos con ella.
Carlos Hidalgo: Soy Carlos Hidalgo, periodista de sucesos en el periódico ABC.
Carlos Hidalgo: La historia es que se lo comunica a través de esa nota que deja en la mesa del salón, pero se lo comunica también después verbalmente cuando vuelve a verle, e incluso tiene la cara dura de pedirle 600 euros, que supuestamente eso es lo que la madre se habría llevado de la recaudación del taxi de esa noche consigo para su huida.
Carmen Canal: Nos reprocho. Ignorábamos mucho de cómo iba su vida en ese momento. Y me lo reprocho porque podíamos haberle preguntado más veces «¿cómo te va, Juani?», cualquier cosa. Y no lo he hecho, pensando que le iba bien. Era una relación corta, llevaban meses nada más.
Narradora: La persona a la que están escuchando es Carmen. Es la madre de Inma, y también hermana de Juana.
Carmen Canal: Pues era una persona muy cariñosa, era muy cariñosa. Con sus hijos, intentando sacar siempre lo mejor de ellos. Siempre. Para ella los chicos eran… Cierto que tuvo una mala relación con su marido, pero bueno, eso le pasa a mucha gente, se separan y ahí se quedó, que se separaron. Y luego dedicarse a sus hijos y a su trabajo. Siempre ha estado con el trabajo y con los chicos.
Carlos Hidalgo: Él pronto se fue a vivir allí, al piso de la calle Boldano, que está muy cerca de Ciudad Lineal, es una bocacalle de la calle Alcalá, es una calle pequeñita. Y bueno, la relación parece ser que tenían, según quién te lo cuente, tenían bastante broncas.
Inma: Sergio siempre pensó que le había pasado algo a su madre. Sergio siempre decía eso, «le ha hecho algo, le ha hecho algo».
Narradora: Pero las sospechas de la familia, de su hijo, surten poco efecto en comisaría. Allí están convencidos de que la mujer se ha marchado por su cuenta y riesgo. Lo califican de desaparición voluntaria, y descartan la participación de Pradales, que maniobra para librarse de las sospechas.
Inma: Sergio era un niño de 18 años. Y la denuncia está manipulada por lo que le dejó él en la nota, de que su madre había bebido y había tomado pastillas. Y la Policía se quedó con eso. Todo el mundo se quedó con eso.
Carlos Hidalgo: Juana llevaba una vida normal. Quizá hubiera tenido un traspié hace ya tiempo con la bebida, pero nada que se hubiera trasladado hasta ese momento de la relación, estaba totalmente bien, sana, y la dibujaba una persona un tanto quizá desquiciada, o que buscaba broncas entre ellos, como para justificar también lo que pasó esa noche. También tiene la sangre fría, creo que es al día siguiente de aquella noche de 2003, de irse a la comisaría de Carabanchel y poner una denuncia contra Juana, asegurando que le había agredido aquella noche, que se había marchado y que también le había dejado a deber un dinero, cuando sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Realmente lo que intentaba Pradales en ese momento era elaborarse una coartada de cara a una investigación que después no existió, en los años posteriores no existió.
Fran Márquez: No es que no se tuviese en cuenta tanto la denuncia, sino que las primeras gestiones que se realizaron pues llevaron a la conclusión de que la desaparición de Juana Canal había sido voluntaria. En ese caso, yo, por ejemplo, no estaba, no formaba parte del equipo investigador, pero sí que conozco que, por ejemplo, se tomó declaración a una amiga de Juana, que manifestó que Juana tenía una vida muy desordenada, que tenía problemas con el alcohol, que desaparecía habitualmente, que se marchaba de casa y volvía los días en estado de embriaguez.
Fran Márquez: Yo soy Fran Márquez y soy oficial de policía del Grupo primero de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial.
Narradora: El agente Márquez era demasiado joven como para formar parte de la Policía en 2003, pero sí que es uno de los miembros del equipo de investigación que se pone en marcha en 2022, a raíz del hallazgo de los huesos en Ávila.
Fran Márquez: Imagino que en una comisaría de distrito como Ciudad Lineal, en la que el volumen de trabajo en la época pues seguramente sobrepasaba los medios técnicos y personales que tenía la comisaría en ese momento, pues al final cuando estás constantemente recibiendo otros temas que sí son delictivos y se te acumulan las carpetas de trabajo, por así llamarlo, pues no tengo ninguna duda que voluntariamente o de mala fe no se dejaría de investigar este caso, sino que fue algo que desgraciadamente, por las circunstancias del momento, dando por hecho que era una desaparición voluntaria, pues fue quedándose atrás y desgraciadamente pues no se le dio la importancia o el sentido que había que darle.
Narradora: Aunque Márquez trate de encontrar una explicación razonable a lo que ocurrió en aquellas fechas, la realidad de aquel momento es clara. Una mujer desaparece de la noche a la mañana y nadie parece interesado en encontrarla. Ni siquiera en confirmar la teoría de que, por una pelea de pareja, ha cogido las de Villadiego y se ha marchado, abandonando a sus hijos sin mirar atrás.
No hace falta rascar mucho para entender que, aunque el agente quiera defender la actuación de aquellos compañeros, es complicado empatizar con ellos. Sobre todo cuando surge un detalle tan relevante como sangrante: que la noche de la desaparición, la Policía ya estuvo en casa de Juana.
Carlos Hidalgo: Yo hubo un artículo que escribí sobre este caso, que lo titulé «La doble muerte de Juana Canal», porque no es sólo lo que no hizo la Policía después de los hechos, sino lo que no hizo durante los hechos. Esa misma noche se recibió una llamada, creo que era en torno a la una y media o las dos de la mañana, en la emisora de la Policía. Es Juana, pidiendo ayuda porque hay una discusión, y está Jesús, su pareja, en ese momento está bastante violento con ella. Acude una patrulla de la Policía. Cuando llaman a la puerta sale Jesús y dice que no pasa nada, que es una discusión y que está todo tranquilo. Ahí tendríamos el primer gran error, que es no indagar nada más.
Narradora: Puede que hoy, aquella actuación policial nos chirríe. Pero hay que recordar que estamos hablando de 2003. En ese momento quedaban casi 2 años para que entrara en vigor la Ley Integral contra la Violencia de Género. Los protocolos de actuación eran muy distintos; la sensibilidad ante estos casos también.
Fran Márquez: Hoy en día, esta actuación, que se desarrollase de la misma manera, sería impensable. La mera manifestación de la mujer de que está siendo agredida por su marido conlleva a la detención del autor. En este caso se trataba como una reyerta normal.
Narradora: Aquella noche, a las 3 de la madrugada, la pareja de agentes se marcha, sin saber que serán los últimos en ver con vida a Juana.
Carlos Hidalgo: Y lo peor de todo llega cuando la familia denuncia, y por parte del comisario de entonces se empeña en decir que nada, que Juana se ha ido, que si lleva una vida de tal manera, de la otra… Que no se tienen que preocupar, que ya volverá, que es una persona mayor de edad, tenía 38, 39 años en ese momento, y que Jesús además, porque claro, rápidamente le dieron las sospechas de que podía ser este sujeto el que hubiera hecho algo a su madre, y que no se preocupara, que Jesús no mataba una mosca.
Carmen Canal: A mi madre le habíamos ocultado todo esto. Mi madre no sabía que había desaparecido en ese momento. Tardó. Tardó bastante en enterarse. Yo qué sé. Para mí, pensar que había muerto, no era factible. Entonces yo prefería pensar pues que se había metido en una secta, cosas así. Y a lo mejor dejé esa sensación también en la comisaría.
Inma: No, pero no nos podemos echar la culpa. Yo creo que no nos podemos echar la culpa. No hicieron nada. Pero es que no hicieron nada ni la misma noche que mi tía llamó a la Policía.
Narradora: Nada. Eso fue lo que la familia Canal recibió de las autoridades. La falta de pruebas que demuestren que Juana no se ha marchado por voluntad propia hacen que el caso quede archivado el mismo año de su desaparición.
Carlos Hidalgo: Yo lo único que te puedo decir es que si ese hombre está vivo, el comisario de entonces, espero que cada día que pasa la conciencia no le deje dormir por la noche. Tuvo la indecencia de decir que le habían llegado informaciones de que a Juana la habían visto tiempo después en un club de intercambio por la Avenida de la Ilustración, por el barrio del Pilar. Esa zona me la conozco muy bien, yo vivo muy cerca, y sé perfectamente que en esa esquina había en aquella época una sucursal de Cajamadrid, que después fue Caixa, ahora no, y tenía cámaras de seguridad. Es que era tan fácil como haber pedido a ver si alguna de esas cámaras, que muchas veces están para el cajero automático. Y ya no digo solamente la sucursal. Es una zona muy, muy comercial. Haber pedido esas imágenes. Una mínima investigación. Tuvo muchísima mala suerte Juana Canal. Por desgracia.
…
Narradora: Archivar un caso de desaparición es lo peor que le puede pasar a una familia que busca a alguien. Es una especie de doble confirmación de que esa persona no va a volver de forma voluntaria, y también es un arma de doble filo porque esa familia puede terminar imaginando un motivo de esa ausencia.
Inma: 20 años martirizándonos, diciendo «nos ha abandonado, nos ha abandonado» por no pensar que estaba muerta, y no.
Sin embargo, los Canal no están dispuestos a aceptar aquella decisión. Algo sigue sin encajar en la historia. Es imposible que Juana los haya abandonado así:
Inma: Porque adoraba a sus hijos. Porque adoraba a su madre.
Carmén Canal: Para ella, su madre... Había una relación un poquito de que ahora te quiero, ahora no te quiero. Pero siempre...
Inma: La tenía en un altar a mi abuela.
Narradora: La familia se vuelca en buscar a Juana, en impedir que su desaparición caiga en el olvido.
Inma: Mi madre fue a programas, estuvo en el «¿Quién sabe dónde?», estuvo en Telemadrid, estuvo en varios programas. Hemos hecho lo que hemos podido, lo que ha estado al alcance de nuestra mano.
Narradora: Pero la desesperación y el paso del tiempo se lleva por delante a los Canal, que ven cómo pasan los años, y no consiguen una sola pista, un pequeño destello de esperanza.
Carmen Canal: ¿Tú te imaginas salir siempre a la calle y ver una cabeza rubia, una persona delgada, y salir corriendo detrás de ella hasta que le veíamos la cara?
Narradora: Carmen comienza a ver fantasmas hasta cuando se sienta en el sofá a ver sus programas favoritos.
Carmen Canal: Estar viendo la televisión, programas, concursos, a mí son los que más me gustan. Sabes que hay público, entonces pendiente de ver si veíamos a Juani. Toda la vida. Así ha sido todo.
Inma: Sin saber qué prefieres, pensar que está viva o que está muerta. O, lo que dice mi madre, la ha cogido una secta… Yo recuerdo a mi abuela que decía «¿Y si me necesita? ¿Y si me necesita?».
Narradora: Cada dos por tres acudirán a la policía a preguntar si ha habido algún avance, si se sabe algo nuevo. Nunca encontrarán respuesta:
Carlos Hidalgo: De hecho, los padres de Juana fallecieron sin saber qué había pasado con su hija. Su hijo Sergio, que era quizás la persona más cercana a ella y a Jesús en el momento en que todavía eran pareja, también falleció desgraciadamente creo que fueron siete años después de lo que le ocurrió a su madre. Y además a él le afectó muchísimo, a toda la familia le afectaba, pero quizá porque fuera una persona un poco más sensible, no lo sé, le afectó muchísimo todas las circunstancias de aquel suceso y acabó muriendo muy joven.
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Narradora: Al dolor de no saber nada de Juana, se suma el sufrimiento por ver que nadie quiere buscarla, y que ni siquiera se preocupan por saber cómo se encuentran ellos:
Carmen Canal: No ha habido nadie, hasta que estos chicos encontraron sus restos.
Inma: Yo me acuerdo el día que nos llamaron, llamó mi tía Ana a mi madre para decir que habían llamado de la Guardia Civil, que habían encontrado…
Narradora: El 30 de junio de 2022, suena el teléfono de Óscar, el hijo pequeño de Juana. La Guardia Civil le comunica que han identificado los restos de su madre. Pero, si recuerdan lo que les hemos contado al inicio del pódcast, sabrán que los huesos fueron hallados a finales de 2019. ¿Qué pasó en ese intervalo de tiempo?
Carlos Hidalgo: Ya para completar el panorama, pues efectivamente, los restos creo que se encuentran un 19 de noviembre del año 19, en el mes de noviembre del 19, una pareja que digamos que bueno, iba buscando intimidad, pero ahí también hay un error, que qué mala suerte tuvo Juana, y es que no se cruzaron, digamos, los datos con las muestras de ADN de la familia, que además tampoco está muy claro dónde andaban esas muestras de ADN, y no es hasta junio del 22, dos años y medio largos después, que esa información llega a la Policía Nacional, que es quien llevaba la investigación de la desaparición, bueno, la no investigación de la desaparición. ¿Qué había ocurrido ahí? Pues que el paraje de Ávila es territorio de la Guardia Civil y la desaparición de Juana es en la ciudad de Madrid, que evidentemente corre a cargo de Policía Nacional.
Fran Márquez: Con este asunto, tanto por parte de Policía Nacional como por Guardia Civil, siempre se ha mantenido la mayor transparencia posible, y la verdad es que fue un error administrativo que desgraciadamente pues, si cabe, añadió más dilación a este tema. La época de pandemia fue bastante complicada, porque la mayoría de servicios judiciales, la mayoría de servicios con los que solemos trabajar, pues estaban en servicios mínimos, y sólo se atendían las cosas prioritarias, urgentes y demás.
Inma: Para mí esa es la excusa. La pandemia ya tiene la culpa de todo. Otra de las cosas que hizo este personaje fue que mi primo Sergio, el que puso la denuncia, no superase nunca que su madre le abandonase, porque claro, quieres pensar que está viva. Y mi primo falleció. Entonces, como fue el que puso la denuncia, los juzgados se pasan dos años escribiendo a mi primo que ha fallecido. Mandándole cartas, y cartas y cartas.
Narradora: Policía y Guardia Civil se reúnen con la familia para reconocer los errores cometidos hasta el momento y, sobre todo, para anunciarles que la investigación está reabierta.
Fran Márquez: Los dos grupos de homicidios lo primero que hicimos fue unirnos y fuimos 16 personas pendientes de este tema, porque bueno, le quedaban seis meses y había que poner toda la carne en el asador. Sabíamos que era muy difícil, y así se lo transmitimos a la familia, pero también les dijimos, y cumplimos, con que íbamos a poner todos los medios técnicos y humanos que tuviésemos para intentar, de alguna manera solventar esos errores que se habían cometido.
Narradora: El momento de la reapertura de la investigación es decisivo. Quedan tan solo seis meses para que se encuentren pruebas o el caso quedará definitivamente cerrado. ¿Qué siente un agente ante el inminente carpetazo de un posible crimen?
Fran Márquez: Presión, la verdad. Presión. Sientes frustración. Es muy frustrante, porque a ver, ahora suena muy evidente, pero realmente, en el momento en el que te plantean un puzzle, cuando te dan el puzzle por piezas, es muy difícil creer que todo forma parte del mismo entramado.
Narradora: Para resolver este puzzle, los dos equipos de Policía y Guardia Civil deben repasar todas y cada una de las pruebas y escenarios que no se revisaron en el pasado. Eso incluye volver al origen: el piso de la calle Boldano, veinte años después de aquella primera y fallida intervención.
Carlos Hidalgo: Y ahí llegamos al otoño del año 22, que es cuando en el piso de la calle Boldano, que evidentemente ahí ya no vive Juana ni su familia, porque además era de alquiler, vive otra familia que está alquilada, la dueña sigue siendo la misma. La Policía pide permiso a esa dueña para hacer un registro en condiciones, el que no se hizo en su día, y salta la noticia de que hay un registro allí. Se habían repintado puertas, paredes, creo que se había cambiado incluso el suelo, con lo cual lo que hizo la Policía Científica fue intentar levantar un poco de pintura nueva, de la que se había aplicado en toda esa zona. Lo que se encontró fue una gota de sangre en el lavabo, pero claro, una gota de sangre en el lavabo, por mucho que estuviera dentro de la cañería, puede ser de cualquier persona que se haya estado afeitando, por ejemplo, en el lavabo y haya sangrado.
Fran Márquez: Sabíamos que era increíblemente difícil porque, 20 años después, pues es un tiempo, un lapso de tiempo bastante grande como para que queden restos biológicos, que es prácticamente, no te voy a decir imposible, pero es muy difícil. La inquilina nos manifestó que cuando ella llegó a la casa, pues había varias puertas de armarios y puertas de acceso a dormitorios que estaban golpeadas, que habían tenido que arreglar ellos y demás, que sí que mostraban cierto acto de violencia, por lo menos.
Narradora: El calendario va restando días y sitúa a los agentes a finales de septiembre con pocos avances. Se niegan a archivar el caso sin saber lo que realmente ocurrió, y activan un dispositivo de búsqueda de restos mortales en el lugar donde aparecieron los huesos.
Carlos Hidalgo: Hay que comparar como imágenes totalmente distintas del mismo espejo la investigación que se hizo, o la no investigación de 2003, con la investigación de 2022. Tanto es así que cuando toman ya por fin las riendas de las pesquisas la Central de Policía Nacional y la Guardia Civil, acuden al paraje. Fueron bastantes agentes de los dos Cuerpos y se utilizaron evidentemente perros policías. Son unos perros especializados en la búsqueda de restos cadavéricos. Parcelaron alrededor de 100 metros cuadrados, desde el punto original donde habían encontrado los senderistas los primeros restos, se hicieron cuadrícula de cinco por cinco y, casi como una labor arqueológica, se fue buscando poco a poco, porque hay que tener cuidado de destrozar cualquier tipo de evidencia. El perro creo recordar que marcó una ropa interior de Juana. Calcetines, dos calcetines y unas bragas.
Fran Márquez: Nosotros hacemos las primeras gestiones, a ver si Jesús tenía algún tipo de relación con el sitio donde habían aparecido los restos, y es entonces cuando descubrimos que su padre tenía tres fincas en el pueblo, que él se había criado allí, que seguían veraneando allí con la familia, y entonces establecemos un nexo sólido para empezar a tener indicios de que obviamente ha sido Jesús la persona que ha trasladado allí sus restos. Es muy raro que una persona haga esto en una zona de la que no tiene conocimiento ninguno, ni sabe si lo habitual es que pase alguien por allí, o no conoce la circunstancia del terreno, no sabe dónde está. Es muy, muy raro, normalmente siempre van a sitios de confianza. Y en este caso pues estaba claro que Jesús tenía confianza con el lugar. Entonces ese fue el clic que necesitábamos para saber que Jesús era el principal investigado.
Carlos Hidalgo: Pradales, aprovechando pues que nadie iba contra él en aquel momento, se fue a vivir con sus padres a Carabanchel, tendría en ese momento 39 años aproximadamente, 38, 39 años más o menos, como Juana. Dejó el taxi y se casó con una mujer que había conocido hacía poco tiempo. Y bueno, cambió de vida, tanto es así que montó lo que se llama ahora un food truck, lo que siempre hemos conocido como un puesto de hamburguesas, y se dedicaba a eso. Había tenido sus hijos también. Nadie sabía nada en su familia, él le había dado la versión… A su mujer actual sí que le había contado que había tenido una relación con Juana. Y la versión que él le había dado más o menos era la misma, que esa mujer se había ido, que estaba loca y que él no volvió a verla ni nada y que bueno.
Narradora: A este rompecabezas le siguen faltando piezas, pero las autoridades tienen la certeza de que Pradales estuvo implicado en la muerte de Juana.
Cuando tan solo quedan 4 meses para que el caso prescriba, se produce la noticia más esperada por la familia Canal.
Carlos Hidalgo: El equipo conjunto de Policía Nacional y Guardia Civil, el 26 de octubre considera ya que es el momento, el gran momento, después de 19 años y ocho meses, de echarle mano al asesino de Juana. Y ese día es el día D, a las nueve de la mañana. Suelen ser detenciones, y más cuando están previstas, que se hace muy temprano por la mañana. Y acuden al domicilio. Le detienen. Él sabe por lo que van.
Fran Márquez: Aunque parezca muy obvio, aunque en un primer momento cualquiera lo vea y diga «está claro, esto ha sido él», al final lo nuestro no se trata de una deducción lógica, se trata de una deducción probatoria, tenemos que ir probando cada caso. Entonces, una vez que tienes ese elemento y sabes que la figura principal es Jesús y que esto seguramente sea un hecho delictivo, que se haya cometido un homicidio, y que Juana haya sido enterrado allí por él y tal, ahí es cuando notas la presión y dices «No se puede ir. No se nos puede ir».
Narradora: Jesús ha conseguido pasar casi 20 años bajo el radar de las autoridades. Así que es hasta lógico que piense que, si mantiene la calma, puede salir impune de la investigación. Si no lo consiguieron entonces, con las pruebas frescas, qué pueden encontrar ahora, cuando no hay evidencias de lo que ocurrió.
Episodio 2 · 34 min
Cómo acorralar a un asesino veinte años después del crimenPolicía y Guardia Civil deciden unir fuerzas y enmendar los errores cometidos desde la noche de la desaparición de Juana Canal
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Iniciar sesiónUn día de 2003, la madrileña Juana Canal desapareció de la faz de la Tierra. O eso parecía. No fue hasta 2019 cuando unos senderistas encontraron de manera fortuita sus huesos en medio del campo en Ávila.
ABC reconstruye en el primer episodio de 'La doble muerte de Juana Canal' qué ocurrió entre ambos momentos, desde que se pierde la pista hasta el hallazgo de sus restos, y la cadena de errores que impidieron dar con Juana.
De la mano del periodista de sucesos de la sección de Madrid Carlos Hidalgo, que cubrió el caso, trataremos de montar el puzle de uno de los casos más complejos ocurridos en la capital.
Con esta primera entrega, el diario ABC estrena el pódcast 'Tiros y puñales: crónica de sucesos de Madrid', una apuesta sonora por el 'true crime' que irá desgranando las historias detrás de delitos ocurridos en la capital de la mano de los periodistas del periódico y el equipo de audio de ABC.es
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