Episodio 2
Cómo acorralar a un asesino veinte años después del crimen
Policía y Guardia Civil deciden unir fuerzas y enmendar los errores cometidos desde la noche de la desaparición de Juana Canal
Juanma Medina: Yo creo que es el caso más singular en todos los sentidos que yo he llevado nunca. Yo hago muchas cosas y hombre, todo caso tiene su particularidad o tiene su revés, ¿no? Pero un caso en el que se dieran tantas circunstancias y todas tan estrambóticas como Juana Canal, no.
Narradora: Juan Manuel Medina es abogado penalista y dueño de una de esas voces que no se olvidan. Es un hombre reconocido en la profesión, colabora en numerosos medios de comunicación, y también ejerce como coordinador jurídico de SOS Desaparecidos. Es una asociación fundada en 2010 que trata de ayudar a aquellos que no saben qué hacer o a dónde acudir cuando un ser querido desaparece sin dejar rastro, como si se lo hubiera tragado la tierra.
Carlos Hidalgo: Ha llevado casos relevantes. Se me ocurre ahora, por ejemplo, el caso de aquí a nivel de Madrid, de Isaac López, que era un chico que fue asesinado por cuatro miembros de una banda Latina. Ha estado también representando a Luis Lorenzo y a su mujer hasta hace poquito, casos de pederastia. Es una persona muy involucrada en el caso de violencia de género también. Es decir, es una persona que se toma muy en serio estos problemas de violencia contra las mujeres. Pero además, yo que lo conozco y creo que sus que su defendido, la familia de la víctima a la que defiende, a la que representa, pueden decir que es una persona que tiene ese plus, que quizá no se encuentran todos los abogados, como tampoco se dan cuenta todos los periodistas. Sensibilidad, cercanía y sensibilidad. Sensibilidad hacia el dolor de las familias y es uno de los rasgos que puede definir la manera de trabajar de Juan Manuel Medina.
Narradora: La familia Canal acaba de recibir la confirmación de que los restos hallados son de Juana. Necesita saber cuáles son los siguientes pasos. ¿Qué va a pasar? ¿Se va a buscar al asesino? ¿Cómo se va a desarrollar la investigación? Necesitan que alguien les escuche y les guíe en esta nueva fase.
Juanma Medina: Me cité con Ana María y con Ángel en una cafetería cerca de la Ribera de Curtidores, en la Ronda Toledo. Y bueno, ellos me cuentan el caso, ¿no? Yo de esa conversación la recuerdo muy bien, porque claro, date cuenta, ellos me plantean que es una desaparición del año 2003, que en ningún momento la policía lo investigó. Siempre se dio como una desaparición voluntaria. Y yo les pregunto si tienen sospechas de alguien. Desde el primer momento ellos apuntan a quien fue la pareja de De Juana en ese momento, Jesús Pradales.
Narradora: El aterrizaje de Juanma Medina en el caso de Juana Canal es como el de cualquier otro que quiere saber más. Busca en Google, encuentra las redes sociales de Pradales y se da cuenta de algo
Juanma Medina: Recuerdo que estuvimos incluso bicheando sus redes sociales y bueno, pues ahí aparecía un Facebook en el cual se veía que este caballero pues actualmente tenía un food truck, creo que se llama en un puesto de estos ambulante de perritos hamburguesas que daban de feria de la feria. Llamaba la atención que tenía muchísima, muchísimas publicaciones de obras de arte. Luego nos enteramos de que su padre era pintor, que era un pintor más o menos conocido de la zona. Y bueno, tenía sobre todo lo que a mí me llama la atención, muchísimas publicaciones relacionadas con el pueblo de Navaluenga y Navalacruz. Casualmente creo que es el pueblo de Iker Casillas. Ya, un poco, de alguna forma te hacía pensar que posiblemente había algún tipo de relación entre la desaparición de Juana y esta persona.
Narradora: Los equipos de Policía y Guardia Civil que ahora dirigen la investigación han llegado a la misma conclusión. La distancia entre la finca de la familia de Pradales y la tumba de tierra en la que se han encontrado los restos de Juana es tan corta como reveladora. Tras su detención, conducen a Jesús hasta el lugar, para que participe en el minucioso registro de la casa que también barajan como escenario del crimen. Pero los resultados son escasos:
Fran Márquez: La verdad que estuvo tranquilo en todo momento. Yo, bajo mi punto de vista, siempre, y bajo mi experiencia, yo creo que él pensaba que no se le iba a poder atribuir lo que lo que había pasado.
Narradora: La pasmosa tranquilidad que mantiene Pradales descoloca a los agentes, pero no les sorprende. Saben de qué palo va su principal sospechoso, porque desde hace días tienen intervenido su teléfono. Esto que van a escuchar es una recreación de las conversaciones que Jesús mantuvo esos días con su mujer
Candela: Dicen que la han visto en Ávila, Jesús. Que la han encontrado en una finca de Ávila. Bueno, donde tenéis la finca vosotros.
Jesús: Pero desde 2019 hasta este año, no hemos pasado por allí, ¿no? Ay... ¿Has oído a mami cuando se pone nerviosa conmigo? Se pone a discutir «Ohhh, que la Mellada, que la Mellada…». Pues a la Mellada en el año 2019 resulta que la han encontrado muerta.
Candela: ¿Qué hacemos ahora, Jesús? Te llevan pa' la... (ininteligible).
Jesús: Ay, niña, que yo no he hecho nada.
Candela: ¿Ahora qué hago?
Jesús: Pues no sé... En vez de unas lentejas... ¿te apetece otra cosa o no? Muchas lentejas (risas).
Fran Márquez: Él siempre mantenía una actitud tranquila. Siempre decía que a él ya le habían mirado el taxi en su momento, que él ya había intentado buscarla.
Narradora: Esa apariencia de tranquilidad ha sido definitoria a lo largo de todos estos años. Ni un desliz, ni un paso en falso, ni una confesión entre copas…Nada consiguió romperle:
Carmén Canal: Mi hija y yo estuvimos, la mayor. Estuvimos con él. Pero qué tonta soy. No me lo puedo quitar de encima. Siempre quitando a la gente maldad. Con esa cara de borrego que ponía no fui capaz de ver el culpable por más que le pinché. Y ya le dije que pobrecito infeliz.
Narradora: Los investigadores tampoco consiguen sacar nada en claro del registro en Ávila. Cabe pensar que Jesús se ha apuntado un nuevo tanto, tal vez el definitivo. Sin embargo, ya en comisaría, las cosas cambian durante la madrugada.
Fran Márquez: Normalmente. El autor de este tipo de crímenes tiene una doble vertiente porque él quiere, quiere ocultar todo lo que ha hecho, pero quiere saber todo lo que tenemos para saber en qué punto se encuentra. Ellos son los primeros que intentan medir en qué en qué situación se encuentran, si están, por decirlo de alguna manera, si están muy comprometidos o no. Entonces buscan, buscan la forma de obtener información. Y ahí se cometen muchos errores.
Carlos Hidalgo: Da largas para declarar, le ponen lo que llaman un policía sombra. De alguna manera que como alguien que te que durante ese registro esas horas tan largas no de estar detenido. Esas 72 horas máximas que tienen en la detención, después se intenta ganar un poco de su confianza. Un ejemplo tuvimos también en el caso de Asunta. De Asunta Basterra no sé si recordáis esa imagen de Rosario Porto en la puerta de la casa, en el porche, durante el registro, fumando un cigarro y sonriendo. Y la gente decía «está sonriendo, qué mala mujer, etcétera». Pero también hay que ver un poco qué situación había en ese momento, qué se estaba haciendo el registro y cómo le estaban intentando sacar información, porque al fin y al cabo lo que intentaba en ese momento es que no se cierre en banda. Tiene al detenido y que cante la Traviata si hace falta.
Fran Márquez: Yo he llegado a tener conversaciones con asesinos sobre todo tipo de cosas, sobre fútbol o sobre informática, sobre coches. ¿Por qué? Porque todo eso de te da igual, te da igual la persona con la que estás tratando, te da igual todo lo que pase que sea externo a la investigación y lo único que buscas es el hecho de poder implicarte de esa forma, de estar atento para cualquier mínimo resquicio que esta persona deje libre. Decir «lo tengo».
Narradora: Los agentes parecen haber dado con las teclas adecuadas, porque Jesús empieza a perder la calma que ha mantenido hasta verse en una celda.
Fran Márquez: Yo creo que con los poco conocimientos que tuviese sobre leyes o lo que ha visto en en películas o en series que sea buscar una legítima defensa o algo así, porque manifestó en todo momento que era ella la que le estaba pegando y que él se quiso defender y que su movimiento no fue agresivo, que fue un levantamiento del brazo. Así como «déjame en paz» y que eso la hace tropezar. Al final ese tipo de manifestaciones no tienen la credibilidad que tienen.
Jueza: ¿No se preocupó que no reaccionaba, que estaba en el suelo caída sin más?.
Pradales: Estaba bajando cosas. No, no me preocupaba porque no pensaba que. Luego sí. Cuando subí y la veo ahí tirada. En el suelo, boca arriba.
Jueza: ¿Y cómo se dio cuenta de que estaba sin vida?
Pradales: Estaba inmóvil, con los ojos abiertos, boca arriba de las pupilas, Muy dilatada.
Jueza: ¿Intentó reanimarla?
Pradales: Si le di así en la cara. «Juani. Juani, que te quiero».
Fran Márquez: Eso de que le está bajando la maleta y cuando sube la encuentra muerta de repente y que dice buf, ahora no respira, que hago? Van a pensar que he sido yo y tal y hace por o por ocultarla y demás. Pues es un poco un poco creíble. Entonces, después de esa primera declaración, el pasado vuelve, vuelve a ingresar en calabozos y se ve que se da cuenta. Él mismo se da cuenta porque al final son muchas horas para pensarlo. Se da cuenta y dice «esto que he contado no tiene sentido».
Narradora: La tranquilidad ya ha abandonado a Pradales. Ahora es una especie de guionista intentando escribir un relato que le sitúe a él como víctima de un supuesto ataque de Juana.
Carlos Hidalgo: Si la estrategia de defensa de Prada, el que yo creo, es que además no podía ser otra cosa que que reconociera plenamente los hechos. Fue un ataque. Un ataque evidentemente concertado con su con su abogada y que consistió fundamentalmente en tirar por tierra la imagen de Juana Canal e dejarla como si fuera poco menos que un desecho social, cosa que no era para nada como una mala mujer y intentar de esa manera que él ser una persona víctima de Juana y que no le quedó más o menos que otra o remedio que matarla. El lo que dibuja es que el muy pobrecito currando todo el día 12 14 horas en el taxi para llegar a su casa, encontrarse con ese panorama una mujer violenta.
Juanma Medina: Cuando tú estás contando algo que es mentira, tú sabes que es mentira lo que vas diciendo. Rellenar huecos de un relato. Es decir, vas colocando piezas cada vez que lo cuentas, lo cuenta de una forma diferente, vas añadiendo elementos, vas engrosando otros, quitas uno, pones otro y eso es porque tú mismo sabes que no es cierto lo que está contando.
Narradora: Pero hay una parte de la confesión de Jesús que tira por tierra sus intentos de exculparse, y que retrata a un hombre que está muy lejos de ser la víctima.
Carlos Hidalgo: ¿Qué pasa? Que él llega un momento en que sale, que entra en el salón otra vez, que se desespera, que le dice «déjame, quítate de encima», algo así. Cuando se le echa encima le da un mal golpe. Juana se cae. Él se cree que bueno, que poco menos que está inconsciente. Se marcha, vuelve. Ve que la mujer sigue tirada en el suelo, inerte. Se da cuenta de lo que ha hecho. «¿Qué he hecho, de hecho, qué he hecho? Y no me queda más remedio que llevármela a la a la bañera y descuartizarla en dos partes».
Pradales: Intenté antes eso. Llevarme el cuerpo como tenía así con el brazo izquierdo suyo, pasándome así. Y yo echando una mano y yo con la otra, el brazo derecho cogiéndola de la silla para llevarla así, como si estuviera borracha y conseguir así bajar. Pero es imposible. Pesaba mucho las piernas arrastrando. No podía, No podía llevarla.
Jueza: Bueno, entonces decidió lo que usted ha declarado.
Pradales: Estaba asustadísimo porque sabía que tenía el pensamiento, la idea de que iba a venir Sergio en cualquier momento.
Jueza: Bien, bien, entonces sabemos porque lo ha declarado, los motivos que le llevaron a meter el cuerpo en la bañera, ¿no? Y con qué cuchillo o qué cuchillo utilizó.
Pradales: Uno de cocina con el que precisamente ella me estaba agrediendo.
Narradora: Esta es, sin lugar a dudas, la parte más cruel y retorcida de este caso. La que ha quitado el sueño a la familia desde que supieron de la confesión. No es necesario incidir en los detalles, no aportan nada a este relato. Pero la confesión de una acción tan atroz en un caso como este, en el que hay tan pocas pruebas contundentes de lo que sucedió, se convierte en algo determinante para inclinar la balanza en contra de Pradales.
Fran Márquez: Los motivos que nos llevaron a pensar que se trataba de un homicidio es el hecho del descuartizamiento y el traslado de los restos a la cruz. El no avisar a un sistema sanitario de emergencia en caso de que tuviese la duda de que Juana pudiese estar viva y el hecho de darle descuartizamiento de una manera tan, tan cruel y tan despectiva. El trasladarla de la forma que la trasladó en bolsas de basura dentro de una maleta y demás. Pues eso, al final es indicio de que la muerte no fue una muerte accidental y que lo que estaba tratando era de ocultar todo vestigio posible para que no se le pudiese atribuir la autoría de la muerte.
Narradora: Pradales está preparando las bases de su coartada, tratando de convencer a los policías de que mató sin querer a Juana al defenderse de sus golpes, y que, presa del miedo, decidió ocultar su cadáver. Pero la hipótesis de la acusación no concuerda con el panorama que pinta Jesús:
Juanma Medina: Hay una testigo que declaró en el juicio que es amiga de Juanita, que cuenta que Juanita. Ella no sabe focalizar esta conversación en fecha, pero por lo que ella cuenta, fue la noche de la desaparición. Dice que iba a tener una movida muy gorda con Jesús porque estaba harta de él, porque él había escondido una caja con dinero que Jesús tenía. Eso es una de las cosas que Jesús cuenta, que la discusión empieza por ahí. Por lo visto, Juani, según él, se había apropiado de un dinero y no se lo quería dar. Y que bueno que esa noche le iba a poner las maletas a la calle.
Fran Márquez: Siempre tienes la duda de si lo que tienes es suficiente porque siempre te parece poco, siempre te parece poco, porque lo que te digo no tienen la huella que diga esto ha sido así o no tienes el arma del crimen o no tienes, digamos la prueba de consistencia para que cualquier jurado, cualquier tribunal y tal, lo vea claramente al 100%. Claro, pues esto es así, vas con prueba indiciaria y eso supone un margen de incógnita de si lo que tienes es suficiente porque para ti nunca es suficiente, para el investigador nunca es suficiente, porque siempre quiere aportar más de lo que hay. Pero muchas veces tenemos que trabajar con lo que tenemos.
Narradora: Policía y Guardia Civil han echado los restos para resarcirse de dos décadas de errores y falta de investigación. Y hay suficientes indicios para que, el 16 de septiembre de 2024, 21 años y casi 7 meses después de la desaparición de Juana, Jesús se siente en el banquillo como único sospechoso y presunto culpable de la muerte de Juana. Pero todavía hay un enorme obstáculo por salvar, y que marcará los tiempos de la condena: demostrar que aquel crimen no fue un accidente, sino un delito premeditado
Juanma Medina: Toda la obsesión mía era que cuando llegaran los nueve miembros del jurado y se sentaran en la sala de vistas. Bajo ningún concepto, ni por el más mínimo momento creyeran la versión de Pradales. ¿Por qué? Porque si le daban el más mínimo atisbo de credibilidad a lo que él contaba, posiblemente el resultado hubiera sido ese. Hubiera habido duda razonable de que podría haber sido un homicidio imprudente. Realmente es que no tengo nada de qué valerme. Yo no tengo un testigo presencial. No tengo una autopsia, No tengo una recogida de vestigios de ADN. No tengo el arma del crimen. Era montar un puzzle de 20 años atrás. Medina, el abogado de Juana sí que fue bastante beligerante y dijo algo en lo que yo estoy muy de acuerdo y así lo he dejado escrito incluso antes de que lo dijera. Mi percepción es que se podría probablemente haber evitado este asesinato.
Carlos Hidalgo: Me llamó la atención la claridad con la que habló y el dolor que estaba transmitiendo a través, digamos, de su labor como abogado, del propio dolor que sufría la familia.
Narrador: Como en todo puzzle, hay que poner las piezas sobre la mesa y encontrar los ensamblajes coincidentes. Juan Manuel comienza acudiendo al inicio de esta historia: el noviazgo de Juana y Jesús.
Juanma Medina: Todos sabemos que los primeros meses, el primer año es lo más idílico, ¿no? La luna de miel, ¿no?. Bueno, pues aquí ya había habido muchísimos indicios de violencia. La casera de Juani tenía una cuidadora. Un día cuentan que se encontraron con Juani, la cuidadora que testificó en el juicio y que le preguntaron qué tal iba la relación con Jesús, a lo que Juani le contestó que «bueno, es un poco violento». Eso lo dijo textualmente. La casa tenía varios signos de desperfectos y muy consonantes, con lo que son episodios de violencia de género. En casa de Juani, donde Juani vivía, había puertas rotas, había mesadas con puñetazos, etcétera.
Narradora: La prueba irrefutable del maltrato estaría en la llamada que hizo Juana la noche de su desaparición, pidiendo ayuda a la policía. Pero ni siquiera eso es tan sencillo de demostrar.
Juanma Medina: Esa parte de intervención nunca se pudo encontrar, aunque me consta que los policías, literalmente, como le dijeron en la sala de vistas, estuvieron buceando en los archivos llenos de agua de ratas. Pero si estaba el libro de telefonemas. Con lo cual sí se sabe que esa llamada la realizó Juani Canal en torno a la 01:30 del día 28 y que lo que ella requería era presencia policial porque estaba siendo agredida, agredida por su pareja, por Jesús.
Narradora: El intento de Pradales de confundir al jurado empieza a desdibujarse…
Juanma Medina: El testimonio lo iba rellenando como un puzzle con piezas y rellenando huecos según iba avanzando su declaración y él mismo se iba liando.
Narradora: Mientras tanto, la familia Canal, de manera estoica, mantiene el tipo escuchando los intentos de Jesús por salvar la cara.
Carmén Canal: Pues fue horrible verle a él, fue horrible verle a él. Encima. Como ha dicho Inma hicimos lo que pudimos por estar allí. Por homenaje a ella. Estar ahí porque yo no hubiera ido. Pero sentía que era mi deber aguantarle al tío ese. Aguantar verle.
Inma: Creo que que hemos mantenido la compostura en todo momento. No nos hemos salido del tiesto en ningún momento. Y hay que hacer mucho poder de contención. Porque te den ganas de hacer cualquier burrada.
Carlos Hidalgo: Sí es verdad que fue muy comedida y que en ningún momento tampoco ha hecho una manifestación especialmente en contra de lo que sufrieron. Han contado lo que les pasó y objetivamente la metedura de pata que hubo.
Narradora: El carácter violento del acusado parece haber quedado demostrado, pero la teoría de que pudo matarla de manera accidental sigue siendo válida. Y no hay pruebas que demuestren lo contrario; la falta de una autopsia lo imposibilita.
Juanma Medina: Yo tengo el convencimiento, lo dije en la sala de vistas, en el informe, que Juana fue estrangulada. O sea, yo, tengo el convencimiento de que Juana Canal murió asesinada. La diferencia entre homicidio y asesinato. Si no lo saben los oyentes. El asesinato no deja de ser un tipo agravado, agravado por el homicidio. Lo que pasa es que legalmente tenemos que aceptar que no se pudo determinar en la autopsia. Al no poderse demostrar la causa de la muerte, tuvimos que dar por buena, debemos conformarnos con el homicidio. No podíamos irnos al tipo agravado en base a una alevosía o un ensañamiento.
Narradora: Se puede sospechar lo que pasó aquella noche de febrero de 2003. Pero en la sala de un tribunal, las teorías no pueden sustentarse en pálpitos o creencias. Y los argumentos pierden fuerza cuando no hay pruebas que los respalden. La Fiscalía y la acusación empiezan a temerse lo peor.
Juanma Medina: Doña Inmácula Sánchez Cervera. Ella me manifestaba que tenía una total absoluta preocupación con el asunto. A mí, literalmente, doña Inmaculada me dijo un día que no podía dormir, que llevo una semana sin dormir porque ya veía que este tío se escapaba vivo. ¿Por qué? Porque la única prueba de cargo que, como tal, había, era su propia confesión. Que como te digo, lo que bien asesorado, lo que intento hacer valer es que se trató de un homicidio imprudente. Si la dábamos por buena. Eso significaba incluso la prescripción del caso. El homicidio imprudente se pena con cuatro años de prisión. Está ya prescrito a los diez años de haber ocurrido.Pero sí que es verdad que yo tuve, yo tuve mis miedos.
Carlos Hidalgo: La sensación de que podía quedar medio impune, no impune del todo, porque había reconocido de alguna manera los hechos, pero que pudiera meter le podían meter homicidio imprudente. Sí que había esa, esa sensación, como que teníamos antecedentes no tan tan claros. Pero estoy recordando a Miguel Ángel Flores en el Madrid Arena. Cuatro niñas, perdón, cinco niñas muertas, cuatro años de prisión porque al final se computa como un mismo delito. Sí hay casos, el caso del de cachopo. Tampoco se le metió asesinato porque no se supo como acabó. Solamente encontraron una parte del Cuerpo de Paz. Es decir, no hay señales de cómo pudo acabar con con la vida de Juana y eso es muy importante a la hora de de establecer una causa de la muerte y un y un veredicto.
Narradora: Una semana después de su comienzo, el juicio queda visto para sentencia.
Juanma Medina: Nos llamaron a las 16:00 de la tarde del tercer día creo que fue. Y bueno, pues ya automáticamente avisé a María para que fuera para allá. Creo que fue el presidente del jurado, hizo un comentario y yo ya sabía que había sido condenado. Cuando ya se dio la lectura al veredicto recuerdo que rompieron a llorar como magdalenas. Pues tanto Ana como Carmen, como Sofía, como Inma, como Óscar. Pues muy emocionante. Emocionante. Pues bueno, repetir que no es no revanchismo, eso no. Que nadie que nos escuche piense que se trata de un ánimo de venganza. Es justicia.
Narradora: 20 años de la historia de España. Eso es lo que ha sonado en este pequeño resumen sonoro. ¿Se imaginan cómo habrán sido estas dos décadas para los Canal? ¿Cómo han sido para ellos todos esos momentos, preguntándose dónde estaría Juana, qué habría sido de ella, si les habría dejado voluntariamente?
Inma: El 20 años martirizándonos, diciéndo «nos han abandonado, nos ha abandonado», por no pensar que estaba muerta y nos quería a todos. Quería sus hijos, quería su madre. Y ese malnacido se lo arrancó todo.
Carlos Hidalgo: A mí el caso me deja un sabor de boca muy amargo, en el sentido de que es el típico caso que revela las costuras que puede haber en un suceso aparentemente muy triste, pero aparentemente tan fácil de resolver, de esclarecer y de trabajar. Y te deja las costuras, pone en cueros de cara a la opinión pública, a todos aquellos que en su día tenían la potestad. Además de que parece una cosa muy fácil. Aparentemente. O intentarlo.
Inma: Han hecho todo tan mal Hasta el último año.
Narradora: La sentencia alivia, pero no sirve para curar toda la injusticia que han sentido en este tiempo. Mientras ellos se martirizaban, el asesino rehacía su vida y disfrutaba de sus años de madurez en total libertad.
Inma: El que ahora mismo él esté encerrado me parece incluso un premio para él. O sea, que no merece nada en esta vida, no merece nada. Ya ha disfrutado 20 años. Ha tenido 20 años de regalo.
Juanma Medina: No hay ninguna condena que pueda satisfacer nunca ni resarcir a la víctima el hecho de haber estado 20 años haciendo parte de tu vida. Sabiendo que una familia de unos hijos, con unos hermanos que unos padres están buscando, esa persona y tú completamente desentendido de ello. Creo que es una pena insuficiente.
14 años de prisión de los 15 que pedía la fiscalía para Jesús Pradales. Son menos años los que pasará encerrado que los que ha pasado libre, siguiendo con su vida como si nada hubiera ocurrido.
Juanma Medina: La sentencia es justa desde un punto de vista legal, Sí, desde un punto de vista moral no. O sea, este señor es muy injusto que se vaya con 14 años solo que es lo que insisto, la ley permite en esos márgenes. Cuando yo tengo el convencimiento de que Juani fue asesinada, tendremos que irnos al escenario de 15 a 25 años.
Narrador: Ninguna sentencia puede resarcir los años de dolor y ansiedad esperando y sufriendo por una hermana, hija, madre que ha desaparecido de la noche a la mañana. Pero esta familia no solo ha lidiado con 20 años de ausencia; también ha tenido que abrazar la impotencia de ser ignorados por quienes se supone que, en estos casos, son los únicos que pueden hacer algo ante la desesperación de la incertidumbre.
Inma: Nos han pedido perdón y nos han pedido disculpas y han lamentado la actuación. Pero es que no sirve de nada.
Carmén Canal: Fue un número de la policía porque, por desgracia, siempre íbamos a preguntar por él. Porque a lo mejor, si hubiéramos ido «oye, mira que he estado en tal fecha. Quiero poner otra vez la denuncia» o lo que sea, pero no, siempre preguntamos por el comisario.
Juanma Medina: No es que Jesús Pradales fuera un tío muy listo ni muy gato que engañó a la policía, es que la policía lo hizo tan sumamente mal que lo hubiera engañado un crío de cinco años.
Narradora: Lo ocurrido en torno al crimen de Juana Canal demuestra a la perfección que en nuestras vidas el azar juega un papel importante. Cualquier decisión que tomemos, por pequeña que sea, puede derivar en un cambio sustancial. Coger un taxi o esperar al siguiente, o simplemente ser atendido por un policía o por otro. Tras mucho tiempo saliendo cruz, los Canal dieron con la gente adecuada, y vieron la cara de la moneda.
Inma: La verdad que yo doy gracias por todo, por todo lo que ha pasado al final. La fiscal en el juicio pidió perdón en nombre de las autoridades. Sí que ha habido un cambio. El policía, el policía que llevó el caso. A mí, hasta hace bien poco me ha seguido escribiendo. «¿Y qué tal estáis?» Y nos han pedido perdón. No son ellos los culpables. No son ellos los que tienen que pedir perdón.
Carlos Hidalgo: La gente no sabe lo bien preparadas que están las generaciones actuales a nivel no solamente policial, sino a nivel de estudios, a nivel de sensibilidad. No tiene nada que ver con lo que muchas veces vemos en la televisión. Pero ahí si tú ves, tú cómo hay garbanzos negros que estropean el puchero entero.
Narradora: El caso también sirve como ejemplo de redención y de segundas oportunidades. De aprendizaje para todos. Vivimos en una sociedad falible, de hecho a nuestro alrededor, si miramos por la ventana, lo más probable es que veamos tantos fallos como aciertos. El agente Fran Márquez aterrizó en la investigación 20 años después de haber ocurrido y sin apenas pruebas condenatorias. Su labor y la de su equipo sirvió para encarcelar al culpable, pero en su día a día hay cosas más satisfactorias que el trabajo bien hecho
Fran Márquez: Cuando vienen las hermanas de Juana Canal y su sobrina y te agradecen. Y te hablan de corazón y te dan las gracias con esa vehemencia que tiene alguien que sabe que si no se hubiese realizado este trabajo, pues el crimen de su hermana hubiese quedado impune. Y eso obviamente, pues es una recompensa y una gratificación que no sabría cómo definirte, ¿no? Porque al final. Tirando de esa parte de orgullo pues te sientes responsable de ello, ¿no? Y obviamente es gratificante. Es algo muy emotivo la verdad.
Juanma Medina: Del veredicto no se me olvidará nunca porque fue sumamente emocionante. No solo la sensación de desahogo, de ver a mi amiga Ana María Canal, a sus hermanas, a Carmen, a Sofía, la sobrina, a Óscar. Fue emocionante, hasta me emocioné, hasta los mismos jurados que estaban emocionados ese día.
Narradora: Una pregunta que queda en el aire en casa de los Canal es: ¿por qué ahora? ¿Por qué no diez años antes cuando su hermana Carmen la buscaba entre el público de los concursos televisivos? ¿Por qué no relacionaron la desaparición de Juana con la llamada a la policía la noche anterior denunciando el maltrato de Jesús? Esa respuesta sí que no va a llegar nunca, pero con el culpable entre rejas y con la paz de haber encontrado a Juana, su psicología ha cambiado y ahora imaginan otras cosas.
Inma: Y poder cerrar algo porque esto al final es eso, es que no se cierra, no se cierra nada. Pues al final es un medio de descanso. Mi tía Ana y yo nos ponemos un poco místicas con esto. Entonces, primero pensamos que ella no ha parado desde donde está para que la encontrasen. De que alguien la viese. Y lo consiguió. Y ella tiene derecho a descansar. Y nosotros también. Recordarla. Llorarla cuando nos dé la gana. Hemos hecho todo lo posible por. Por ella y por. Por su dignidad. Por su recuerdo. Si pudiera decir algo ahora sería eso, pedirla perdón por haber pensado mal de ella tanto tiempo.
Carmen Canal: Es una de las cosas que yo creo que nos ha quedado de todos, esa necesidad de pedirle perdón. Yo le escribo cartas.
Narradora: La ausencia no es el olvido, y eso nunca ha ocurrido en este caso. Carmen e Inma siguen recordando todos los días a Juana, se nota en sus caras y en sus voces que está muy presente en sus vidas. Y esto nos lleva al inicio del primer episodio de este podcast. Más de 22 años después, ahora el recuerdo de Juana está en otro cajoncito y ocupa otro lugar al que quizás les cuesta menos volver.
Inma: Yo siempre lo he pensado. Era muy adelantada para la época. Era muy adelantada
Carmen Canal: Muy alegre. A ver, venimos de una familia muy alegre.
Inma: Mucho ajetreo.
Carmen Canal: Mis padres, eran la alegría del barrio, del barrio por encima de la Almudena. Pues ella era también así. De hecho yo he sido la única que he sido, a lo mejor un poco más seria, porque los demás son todos de mucho fiesteo, de guitarra y tal. Y ella una de las que más y una de las que más.
Carmen Canal: Era muy alegre, alegre.
Inma: Es que era muy alegre y adoraba a sus hijos y a su madre.
Episodio 1 · 32 min
Veinte años de angustia: la desaparición de Juana CanalDesapareció un día de 2003. Nadie volvió a saber de esta madrileña hasta que, más de década y media después, unos senderistas encontraron sus huesos de manera fortuita
Ir al episodio
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAunque fortuito, el hallazgo de los huesos en Ávila resulta no ser un detalle menor o casual. Tirando del hilo, el equipo al frente de la investigación ata cabos y comprende que la sospecha que siempre mantuvieron los Canal es también la más plausible: Jesús Pradales, novio de Juana el día de su desaparición, está implicado.
Pero desbrozar el camino no significa allanarlo: quedan escasos meses para que el delito prescriba. Al presunto asesino le puede sonreír la suerte una vez más. Solo que, esta vez, los agentes no están dispuestos a que el crimen quede sin condena.
Con muchas pruebas indiciarias, pero ninguna condenatoria, los policías llevan a Pradales ante el juez. Es ahí donde el abogado de la familia Canal, Juan Manuel Medina, y la fiscal del caso, deben desplegar todas sus habilidades para convencer al jurado de que, a pesar de sus excusas, Pradales acabó con la vida de Juana.
Pero sin evidencias contundentes, la declaración de culpabilidad de Pradales y los tiempos de la condena penden de un hilo. La familia Canal contiene el aliento. ¿Conseguirán el veredicto que llevan dos décadas esperando, o tendrán que convivir hasta el fin de sus días sabiendo que el presunto asesino de Juana nunca cumplirá condena?
Este segundo episodio de 'La doble muerte de Juana Canal' reconstruye el acto final de este crimen y su posterior juicio, y cierra la historia recordando a Juana en voz de los suyos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete