«Cachitos de hierro y cromo», ¿el programa más valiente de RTVE?

No todos hablaban en Nochevieja de Ana Obregón o del vestido de Cristina Pedroche . El sentido del humor de los guionistas de «Cachitos» fue anoche otra de las tendencias, también para criticarlo. El espacio es uno de los últimos reductos independientes de la cadena pública. Tras la comedia amable de José Mota , las campanadas dieron paso en La 2 a este clásico moderno, en el que no faltaron chistes a costa de Pablo Iglesias , Salvador Illa , Isabel Celaá e Iván Redondo , entre otros. No fueron las únicas víctimas.

El programa dirigido por Arantxa Soroa y presentado por Virginia Díaz volvió a despedir el año, una tradición que se repite desde 2013. Esta vez su presencia fue aún mayor. A las 22.30 se emitió en La 2 «Cachitos Fest» , un festival itinerante que trataba de compensar la escasez de música en directo en nuestro país. Y después de las campanadas, el ya clásico «Nochevieja a cachitos» .

Antonio Vicente , uno de sus guionistas, comentaba en Twitter que el programa «es un ejemplo de las capacidades de la tele pública», además de un «ejercicio de libertad» que comparte con Pablo González Batista . Vicente también agradecía el «patrimonio incalcuclable» del archivo de RTVE. «Un honor poder defenderlo cada año», añadía. El comentario lleva miles de «me gusta» y cientos de retuits. Es difícil saber si ganan las críticas o los elogios.

El programa, que acaba de resultar ganador de un nuevo premio, las Antenas de Oro que concede la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España, estrenará el próximo lunes su novena temporada . Se suma al premio Iris que la Academia de Televisión le concedió en 2019.

«Cachitos» destiló ironía de todos los colores, por lo que además de elogios recogió numerosas críticas, de los que consideraban que se cebaba con los suyos. Además de burlarse del Gobierno, tuvo comentarios para los partidos de la oposición, como la frase: «El baile reproduce la rara habilidad de PP y VOX : darse la mano y la espalda al mismo tiempo». Ayuso y Ciudadanos tampoco se quedaron sin comentario, junto con otros personajes públicos relacionados con la música y la televisión.

Por supuesto, entre los «damnificados» también estuvo Fernando Simón . La excusa fue una actuación de Kylie Minogue : «En ella, esos colores conjuntan mejor que el Gobierno de coalición. Claro ejemplo de una artista capaz de defender con convicción todo tipo de estilos y versiones... La Fernando Simón del pop internacional».

Pablo González Batista y Antonio Vicente, por cierto, se definen a sí mismos como periodistas y no como humoristas, como muchos les clasifican. Su objetivo es «romper con la serenidad y la solemnidad gracias a unos rótulos humorísticos que van dirigidos a todas las generaciones».

Para ellos no existe censura alguna . Dicen que es importante dejar claro que se puede ser gracioso sin necesidad de transgredir ciertos límites y sobre todo, sin ofender. «Cachitos» nació con la intención de ser un programa de música y de nostalgia. El humor ha ido entrando poco a poco, aseguran, pero sin perder esa referencia constante que es el respeto y el cariño a la música.

Como es imposible que el público de distintas ideologías se ponga de acuerdo sobre lo acertado de los chistes, una alternativa interesante a la opción tan habitual de criticarlo sin verlo es recuperar la emisión en RTVE a la carta .