SEVILLA AL DÍA
La tregua policial
Sanz podrá presumir de ser el primer alcalde que le plantó cara a la Policía Local y los sindicatos de que lograron poner a negociar otra vez al gobierno
El conflicto entre la Policía Local y el gobierno municipal por las horas extra de la Navidad empezó ayer a cerrarse sin ganadores ni vencidos. Eso al menos intentaron escenificar los sindicatos y el alcalde en una reunión que fue más una puesta en escena ... que un cambio de rumbo en la situación. Porque la realidad es que nadie sabe si los agentes acudirán a su puesto de trabajo el fin de semana, el del puente festivo en el que se prevé un desembarco masivo de personas en el Centro. Realmente lo que acordaron fue volver a la casilla de salida para estudiar de nuevo la última propuesta del ejecutivo, crear una comisión de trabajo y dejar en manos de la oposición la modificación presupuestaria que permita contar con liquidez para las productividades. Nada que ya no supiéramos.
Sanz podrá apuntarse el tanto de ser el primer alcalde que planta cara al chantaje de la Policía Local. Porque hasta ahora, cuando llegaban los días grandes, los agentes ponían la mano y pedían una mejora salarial que ya quisieran para sí el resto de empleados municipales. Y los regidores, que no querían que les amargaran la fiesta, accedían a sus presiones para evitar conflictos. En esta ocasión, el popular dijo basta y apostó por no moverse del límite legal, la oferta de 5,6 millones que sí respaldaba la Intervención y que se quedaba lejos de lo que pedían los sindicatos. Esa valentía se echó en falta en su día entre sus predecesores y sería necesaria ahora entre la oposición. Porque lo que realmente necesita Sevilla es un frente común que evite extorsiones. Ni de los agentes ni del resto de servicios públicos. Hay asuntos en los que no se debe sacar rédito político y este, en el que hay tanto en juego, es uno de ellos.
Los sindicatos presumen de conseguir que Sanz se vuelva a sentar para negociar, no sólo horas extra sino también mejoras que son de justicia. La principal, la RPT que encaje el funcionamiento de los agentes a la realidad de nuestros días. En eso, no les falta la razón. Tampoco en la queja de las plazas sin cubrir o en que es imposible cubrir una agenda de eventos que se multiplica en cada año. En ese fondo sí es entendible su postura, pero nunca es las formas. No fue atinada la idea de faltar masivamente al trabajo o que supuestamente haya un médico que firma todas las bajas de los policías sin hacer demasiadas preguntas. Dejar tirados a los sevillanos en el fin de semana del derbi y del encendido del alumbrado navideño no es para presumir. Porque gracias a Dios que no ocurrió nada, pero si hubiera sucedido ahora nos estaríamos lamentándonos. Mirando el asunto desde otro lado, quizás se demostró que en determinados dispositivos no hacen falta tantos agentes y, al final, el tiro les sale por la culata. Lo que sí parece claro es que la batalla ha dejado lecciones en ambos bandos que, por el bien de la ciudad, deberían tener en cuenta para futuros conflictos. Y es que, lamentablemente, nadie piensa que la cosa se quedará aquí.
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