pásalo
Ella
Ha convertido su ley estrella en el texto que consagra el desamparo de la mujer
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Iniciar sesiónElla, que alcanzó pronto el techo de su incompetencia y se quedó, como pronóstico muy optimista, en agitadora de facultad, se ha convertido en el mayor espectáculo del mundo nacional. Ella, licenciada en Psicología, según acredita su currículo, alcanzó el máximo nivel de ineficacia saltando ... del morado alboroto a un ministerio, gracias a la vía parental, dejando claro que aquí se puede llegar a tan alta responsabilidad siendo una irresponsable incorregible. Será psicóloga, pero su inflamable emocionalidad la hace candidata a estar loca del moño. Ella, adalid del feminismo más radical y visceral, abadesa de una política obtusa y en permanente estado de guerra con el lenguaje, la razón y la prudencia, acaba de conseguir algo mucho más peligroso que caminar borracha y sola por las calles de las manadas. Dicen que Gorbachov, cuando sintió que su objetivo de humanizar el comunismo soviético para convertirlo a la socialdemocracia era una tarea imposible, aseguró comprender la soledad de Cristo en la cruz. Fue en una rueda de prensa, si no recuerdo mal. Ella, la heroína del género convertida en villana por su estulticia, vive el frío de la soledad política, quizás porque como la chica de Sabina siempre tuvo la lengua muy larga y la falda de la prudencia muy corta. Suele pasar en un país donde es más fácil ser ministro que encontrar trabajo. Un dolor.
Ella debería haber dimitido. Pero en España son pocos, muy pocos, los que dimiten cuando han metido la mano o la pata. O ambas cosas a la vez. Pero tras su desastrosa ley de Garantía de Libertad Sexual, convertida por las manazas de la insolvencia de sus colaboradores en la Ley del Desamparo sexual de la mujer, sigue erre que erre. El mundo es el culpable de su desdicha. La culpa no es de su ignorancia, ni de su sordera sectaria, ni del morado de sus prejuicios políticos. La culpa es de los jueces, esos machistas y fascistas con togas, insuficientemente preparados, insensibles a las nuevas variantes del texto jurídico, leguleyos rupestres subordinados a la misoginia retrógrada y casposa. Resulta que en el gremio casi el sesenta por ciento de jueces son mujeres y la tendencia continúa al alza. Con una preparación profesional, sospecho, infinitamente más cuidada y trabajada que los eslóganes de pancartas que ella, la morada, convierte en cacumen ideológico para andar por los pasillos del ministerio o para salir a la calle, si es por Nueva York chachi piruli.
Ella, tras una semana arrolladora por la valla de Marlaska, las súplicas de Griñán para hacerse perdonar su malversación porque el dinero público para su partido no es delictivo y por la inminencia del polémico mundial de Qatar, ha ocupado el foco central del gran espectáculo nacional. Ha firmado una ley que, según los casos, deja en la calle a los violadores y a las mujeres mucho más indefensas que antes. Es como si en vez de perseguir a los furtivos condenara a los guardabosques. Ella se ha quedado sola. Con ese olor a tanatorio que tienen los batacazos políticos. A la espera de un epitafio en su carrera que diga que a los altos cargos hay que llegar con dos dedos de frente y superado el grado de agitadora de facultad. Por el bien de todos, todas y hasta de todes…
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