todo irá bien
Fue terrorismo y yo estuve
Una parte de Cataluña usó todos los medios para arrasar a la otra
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Por supuesto que Tsunami Democràtic y los CDR incitaron al terrorismo o llevaron a cabo acciones terroristas alrededor de los años 2017 y 2018, coincidiendo con el referendo del 1 de octubre y las protestas por la sentencia del Tribunal Supremo. Por supuesto que aquello ... fue violencia y que fue una violencia que tuvo por objeto desestabilizar al Estado. Tanto los CDR como Tsunami, apoyados por Torra y Puigdemont, protagonizaron actos salvajes que, como requiere la definición de terrorismo en nuestro Código Penal, alteraron gravemente la paz pública, pusieron en peligro la vida, la integridad física o la libertad de las personas, y la conservación de los bienes, para mantener en estado de terror a la población, y así poder doblegarla para lograr la independencia. Los que estuvimos allí, tanto los que lo sufrimos como los que nos hicieron sufrir, sabemos que esto fue exactamente lo que pasó.
En aquellos dos periodos, una parte de Cataluña usó todos los medios a su alcance para arrasar a la otra y para subvertir el orden constitucional y sustituir la legalidad por sus nuevas normas. Es decir, para dar un golpe de Estado. Esto no es que lo diga yo o el juez García-Castellón: esto lo dicen los propios agitadores en decenas de grabaciones perfectamente consultables, todavía, en YouTube. La civilización se basa en dar a cada cosa el nombre que le corresponde, y que muchos independentistas se sientan avergonzados por su deplorable comportamiento cuando se les pone ante este gran espejo que siempre es el diccionario, no significa que no tengamos el deber de nombrar con el vocablo exacto cada uno de sus actos.
Cuando desafías a un Estado, y esto te lo digo muy gráfico porque es importante que te quede claro, si el juez García-Castellón no tuviera razón en las imputaciones por terrorismo a Puigdemont, la tendría igualmente porque un Estado persigue hasta el último rincón a los que han intentado destruirlo. Si el ministro del Interior de un país como España, con bandas y algo más que bandas dispuestas a atentar contra su integridad, no acaba su mandato con suficientes motivos para ingresar en prisión es que no ha sido un buen ministro del Interior.
Luego perdonamos, amnistiamos, pactamos o lo que convenga, que es lo que hacen a veces los estadistas y a veces los oportunistas. Sánchez y Zapatero pueden defender la amnistía tanto como quieran pero lo sustancial no es que el PSOE se venda por siete votos sino que los independentistas están a punto de descubrir que no se metieron con una manera de pensar o una opinión sobre cómo organizar territorialmente España en nombre de sus fatuidades cantonales, sino que arremetieron contra el Estado mismamente, contra el Estado que es la esencia de nuestro orden y seguridad, el Estado con todos sus tentáculos que una vez se activan son implacables y saben dónde encontrarte y no paran hasta que te revientan; y no digas que no te advirtieron de que no jugaras con lo que no tiene repuesto.