todo irá bien

Si la derecha quiere ganar

Presentar al forajido como un peligro le ensalza ante los suyos

Ganas de España con ganas (26/07/2023)

Vota pronto y piensa (22/07/2023)

Si la derecha fuera inteligente y tuviera más ganas de ganar que de quejarse dejaría su afectada carraca de la destrucción de España y acusaría a Puigdemont de traidor a la causa independentista. Si la derecha se hubiera preocupado de saber lo que sucede ... en Cataluña se habría dado cuenta de que la guerra no es contra España sino entre independentistas, cuyo único objetivo es ganar las próximas elecciones autonómicas. Puigdemont y Junqueras son los primeros que saben que la ensoñación separatista es imposible porque ni tienen la masa social ni las agallas ni el dinero para pagar el precio.

Si la derecha tuviera más ganas de tocar poder que de tocar el bombo sabría que presentar al forajido como un peligro para la unidad nacional le ensalza ante los suyos y le blanquea para pactar una salida personal. La derecha está tan obsesionada por deshacerse de Sánchez que chuta a romper y se le va fuera. Lo mismo con Puigdemont: le hace más caso con sus constantes alusiones que el público independentista que le vota menos en cada elección.

Es torpe y contrario a la evidencia decir que pactar con Puigdemont favorece la independencia de Cataluña. Es todo lo contrario. Incorporar a los enemigos de España a la gobernabilidad es alejarlos de sus objetivos. Es asearlos, civilizarlos, dejarlos sin más remedio que acabar asumiendo que forman parte de nuestra de nuestra difícil, extravagante, marrullera naturaleza. Rajoy y Sánchez son dos de los más odiados por esta derecha que por no entender no entiende ni por qué pierde. Pero Rajoy derrotó a los independentistas sin aplicar ni un gramo más de la fuerza estrictamente necesaria y Sánchez ha barrido los restos y los ha puesto a bailar al son de la música de España.

Acusad al presidente de oportunista, de cínico, de enfrentar a los españoles con su guerracivilismo. Acusad a sus socios de necios, de aldeanos, de ser tan calamitosamente breves de entendederas. Pero cada vez que presentáis a Puigdemont como un problema real para la unidad de España le dais margen y confianza en la creencia de que sus incondicionales tragarán con el apoyo a la investidura de Sánchez sin detectar que una vez más los está excitando para luego abandonarlos por motivos personales. Cada vez que sale Abascal prometiendo que devolverá la tensión a Cataluña o un 155 permanente alimenta el voto reaccionario y victimista. Cada vez que la derecha intenta pensar España sin Cataluña le pasa lo mismo que a los independentistas que intentan pensar Cataluña sin España. La derecha asusta cuando se pone grosera, y es lo más injusto, porque luego cuando gobierna nunca es tan agresiva como la izquierda. El recuento del voto extranjero complica la investidura. La derecha puede hacer un esfuerzo de audacia para poner contra las cuerdas a Puigdemont con los argumentos que realmente le hacen daño o puede continuar agitando los fantasmas que se le van a aparecer durante los próximos cuatro años.

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