vivimos como suizos
Una mujer cualquiera
Si tocan a la presidenta nos tocan a todas. Que es al revés: nos tocan a todas y ahora le ha tocado a la presidenta
Dos niñas gordas
Pensamientos salvajes
Claudia Sheinbaum tendrá pajarracos aztecas en la cabeza y estará muy lejos del pensamiento de María Félix («Una conquista no se hace tomando un chocolate»), pero como mujer manoseada, estoy con ella. Aunque diga bobadas como «Nadie debe vulnerar nuestro espacio personal» o que ... la difusión de las imágenes supone una revictimación. Espacio personal y revictimación, la globalización mema del lenguaje. El vídeo hay que ponerlo en los colegios. Que se vea lo asqueroso de que un borracho te bese, te rodee con sus brazos y te toque las tetas. ¡A la presidenta! Sobre la seguridad, como es jipi, lleva un equipo de personas que la acompañan (Dirección General de Ayudantía). Renunció, como AMLO, a tener un Estado Mayor Presidencial (grupo de élite del ejército encargado de la seguridad de los presidentes y de sus familias). Mejor, así se puede ver lo que vive una mujer cualquiera. Y esa presidenta cualquiera forma parte del escaso 4,3 por ciento de mujeres mexicanas que denuncian al acosador.
Lo sorprendente es que no fue consciente hasta que vio las imágenes. Cielos. Recordemos el abuso que sufrió Teresa Rodríguez, de Podemos, cuando un empresario la agarró y simuló besarla durante un acto en la Cámara de Comercio en 2016. Con testigos. La AP de Sevilla lo condenó a una multa de 13.800 euros por abuso sexual en concurso ideal con un delito leve de falta de respeto y consideración debida a la autoridad. Y a 2.500 de indemnización a Rodríguez por daño moral. El tiparraco alegó que solo fue «una broma pesada».
Me gusta mucho ese episodio de 'Veep' donde Selina Meyer, en un debate, se dirige a una senadora negra y le dice que deje de quejarse por ser mujer, que ella tuvo que aguantar de joven abogada que le pellizcaran el culo. «Sé un hombre». Recibía un gran aplauso. «Dios bendiga a América, que odia a las mujeres tanto como yo». Me voy a seguir riendo con eso. Pero también indignándome con lo que le ha pasado a Sheinbaum. Que no es de una gran violencia, vale, pero es algo que nos pasa a las mujeres a menudo. Y nos seguirá pasando, hagan las leyes que hagan.