Vivimos como suizos
Pensamientos salvajes
El pecado original de Mazón no se perdona con el bautismo de una dimisión que ni siquiera pronunció
¿Preparados para el pepinazo?
Cine guarro
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Iniciar sesiónCualquiera entiende que Mazón no pudiera más. Y no porque lo llamen asesino y desgraciado, gritos que no son exclusivos del funeral trucho del miércoles. Eso ha estado pasando en las numerosas manifestaciones contra su gestión. Y claro que su familia tampoco podría más. ... Me imagino a sus hijos mellizos de 17 años en el colegio. A no ser que vayan a uno en Nueva Zelanda. Pero no es razón para dimitir. La renuncia debió haberse producido nada más conocerse la magnitud de la tragedia. La magnitud de la ineptitud. Tras comprobarse una gestión ajena a cualquier rigor. Y además de dimitir un año después de la tragedia, ¿no tenía otro día para anunciar su marcha que el mismo en que empezaba el extravagante juicio contra el fiscal general del Estado? Le ha faltado tiempo a Abascal para decir que «el PP le ha dado un balón de oxígeno al Gobierno» al «tomar esta decisión justo hoy» [por ayer]. Más allá de Abascal, da la impresión de que el PP y las personas del PP suelen ajustarse a lo que Thomas Friedman decía sobre Yaser Arafat: «Nunca perdía la oportunidad de perder una oportunidad».
Ahora es tarde, señor. El pecado original no se perdona con el bautismo de la dimisión. O da igual. Dijo que por voluntad personal habría dimitido hace tiempo. Las víctimas de la riada (neopilarmanjones con su insoportable dolor) se quejan de que se haya presentado como otra víctima y, además, que no haya conjugado el verbo dimitir. Como ejemplo de que da igual lo que haga el enemigo porque siempre será el enemigo, Mónica García: «El que venga será otro Mazón». O sea, que ni siquiera concede que Mazón sea un pobre inútil que no se enteró de lo que estaba pasando hasta bien entrada la noche.
«Allí donde se ha instalado el dolor, hablad en voz muy baja y en un idioma especial». Es uno de los 'Pensamientos salvajes' (Ladera norte) de Augusta Amiel-Lapeyre. Por primera vez tenemos en español los pensamientos de esta mujer singular. Otro: «Ser inteligente es comprender todos los sufrimientos». Y este: «Los matices… Ésa es la sintaxis de los sensibles». Porque en la desgracia valenciana de la riada conviven la desidia y la inutilidad por un lado y la cacería política, por otro. Los matices.
Mazón ha reconocido errores: permitir que circularan bulos, no pedir la emergencia nacional que Feijóo le aconsejó («y tenía razón») y, sobre todo, mantener la agenda de ese día. Otro pensamiento salvaje: «En algunos casos, la confesión sincera de nuestros defectos permite a los demás no creer en ellos». Me está pasando con Amiel-Lapeyre y Mazón lo mismo que cuando en un desamor todas las canciones parece que hablan de ti. Mazón ha llamado a Pedro Sánchez, aunque no lo haya citado, «mala persona». Denuncia una inacción calculada del Gobierno. El último: «Los malvados, felices de decir lo que es, lo son aún más por contar lo que no es».
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