arma y padrino
Engañando con maña
Quedaba muy feo decir que, para saldar la deuda contraída por siete votos, prefieren chapotear en el fango del artificio
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Iniciar sesiónQue las líneas rojas son, para el PSOE, meras metas volantes en su demencial carrera por mantener a Sánchez a toda costa en el poder, es algo que ya sabíamos. Nos lo empezamos a oler cuando faltó, desacomplejadamente, a su palabra de convocar de ... inmediato elecciones si ganaba la moción de censura contra Rajoy que le aupó a la presidencia. Y, luego, con aquel insomnio, que amenazando con sobrevenirle fue súbitamente superado, de un posible pacto con Podemos. Luego vendrían los «nunca pactaremos con Bildu» y los «no habrá indultos». Se derogó el delito de sedición, se rebajó el de malversación, se pactó con prófugos de la justicia. No iba a haber amnistía, porque no cabía en el Constitución. Y la habrá porque cabe. Confirman que no habrá referéndum y se recela uno que ya habrá puesta hasta fecha. Aseguraba hace nada Óscar Puente que el terrorismo no era amnistiable. Y ahora lo es.
Eso sí, para que no les acusen de cambiar de opinión, que es como ellos llaman a decir que se hará una cosa y finalmente hacer la contraria (o sea, a mentir), han creado un nuevo tipo de terrorismo. Este sí, amnistiable. Uno leve y que encaja al milímetro con las acciones llevadas a cabo por los separatistas que les permiten gobernar mientras cumplan. Un terrorismo éste que no atenta gravemente ni con intención directa contra los derechos humanos. Y, en especial, contra el derecho a la vida y la prohibición de la tortura. Que ni todos los terrorismos son iguales, ni todos los derechos humanos y las libertades tampoco.
Es el mismo Gobierno, les recuerdo, que acabó con la distinción entre abuso y agresión sexual, porque todo es violencia, el que ahora incorpora diferencia entre un terrorismo que viola gravemente los derechos humanos y otro terrorismo que tan apenas. De bajísima intensidad, casi naif. Coqueteando apenas con el vandalismo. Uno que tampoco es para tanto, que es que hay que ver cómo te pones por nada, y es que vestida así vas provocando.
Pero este es un gobierno que, igual que no miente, no dinamita las líneas rojas. Lo que hace es, dice Óscar Puente, poner algunas cautelas. En su primera acepción, cautela es la precaución o reserva en el proceder. Pero en su segunda, y esta es la que creo se adecua más al caso que nos ocupa, se refiere a la astucia, a la maña y sutileza para el engaño.
Óscar Puente no ha sido más sincero en toda su vida política que asegurando que no se ha eliminado ninguna línea roja, que lo que se pretende es engañar con maña. Y lo ha sido sin querer. Sin darse cuenta. Porque quedaba muy feo decir que, para saldar la deuda contraída por siete votos en el Congreso, prefieren chapotear en el fango del artificio, del trilerismo dialéctico que hoy dice digo y mañana Diego y pasado ya veremos.
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