La última gira

Apenas concedió entrevistas en territorios no ya hostiles, sino imparciales. Huyó siempre de las preguntas de los periodistas, tanto que incluso llegamos a añorar los tiempos del plasma de Rajoy. Salía, sonreía, tensionaba la mandíbula cascanueces, soltaba la pomposa declaración trufada de victorias mundiales, galácticas, y regresaba veloz a su Falcon de incomprendido titán. Pero todo cambia y la situación de emergencia exige un paso al frente. Nuestro amado Pedro Sánchez acudirá hasta estudios de radio y televisión que antaño no quiso visitar y su periplo recordará a esa giras de despedida y cierre de los toreros y los actores de teatro. Bien mirado, este hombre combina la audacia de un torero tremendista que practica saltos mortales frente al astado junto a las dotes interpretativas de un galán que alterna las tablas teatreras con el rodaje de un culebrón de sobremesa. Claro que su gancho para la taquilla a lo mejor no es el esperado. La docuserie aquella que grabaron para robustecer su imagen de gran líder, parece que nadie la compró y yace en algún cajón de trastos inútiles. Su voz filtrada a través del 'transitor' (me encanta lo de 'transitor'), su apuesta presencia en la pequeña pantalla, acaso actúen como un repelente infalible, como un tótem que sólo provoca rechazo. Esperemos, en cualquier caso, que esta sea su 'tournée' final. De nosotros, el queridísimo y sagrado respetable, depende.