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PERDIGONES DE PLATA

Trinchera de cenizas

Paco me contó que el monte está abandonado, que para talar un pino exigen múltiples informes

Viejos amigos

La sopa boba

Ramón Palomar

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De momento, la IA queda reducida a un juguete que te contesta con más o menos tino a las preguntas que le planteas. ¿Y cuánto vale este reloj? ¿Y la tierra es redonda o mediopensionista? Pero uno prefiere la cálida y auténtica voz humana, ... y la inteligencia sencilla y natural del otro a la del fulgor de chispazo artificial. Por eso llamé a mi amigo Paco. Es guarda rural y tiene cuarenta y nueve años. Luce en su pechera tres menciones honoríficas, dos otorgadas por la Guardia Civil y la otra por la Policía Nacional. Hace algún tiempo, ante un incendio, como se conoce los caminos, las sendas y las trochas de su zona, guió a equipos de protección civil para que escapasen de las llamas que casi les mantenían cercados, próximos a la muerte. Cuando le condecoraron por primera vez, me avisó pasmado: «Ramón, me dan un premio por cumplir con mi deber, no lo entiendo, me da un poco de corte…», susurró algo abrumado. Me asombró comprobar que todavía quedan españoles tan honrados y diligentes entre tanto sinvergüenza.

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