Perdigones de plata
Descargar grava
Fue pensar en lo de la paternidad y entonces mi colega se arrancó con lo de los padres de antaño
El 'chou' debe continuar
El hastío del entrullado
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Iniciar sesión«Prefiero descargar sacos de grava de un camión durante un día a pasar un rato con mis hijos de 5 y 7 años, así te lo digo porque soy un tío valiente». Esta crueldad me la soltó un amigo íntimo. La pronunció del tirón ... y me taladró con su mirada esperando respuesta. ¿Y qué podía contestar? Opté por mi truco favorito, o sea componer semblante frailuno y después susurrar: «Te entiendo, te entiendo…» Admiré su sinceridad asesina. Frente al mundo maravilloso que te narran los padres separados/divorciados sobre sus hijos, sobre cómo los añoran, sobre cómo les encantaría gozar de la custodia compartida pero, ay, no pueden por razones laborales, llega uno y te dispara ese trueno pletórico de atroz realidad.
«¿Y qué hago yo con un par de enanos de esa edad?», insistió. Lo ignoro, que no soy padre, el destino no me ha concedido esa dicha, ejem ejem. Pero fue pensar en lo de la paternidad y entonces mi colega se arrancó con lo de los padres de antaño. «Mi padre no tenía la obligación de entretenerme… Tenía la obligación de educarme, y eso lo hizo muy bien». De nuevo asentí. Jugábamos con nuestros muñequitos, leíamos cuentos y jamás molestábamos a los mayores porque eso estaba prohibido. Mi amigacho se vino arriba: «Y si se aburren, pues que se jodan; así te lo digo, que soy un tío valiente, coño». Expresado así, queda un poco feo, pero, en efecto, nada de malo hay en aburrirse. Aburrirse curte. Aburrirse supone abrazar un necesario aprendizaje para la vida futura pues nuestras existencias vienen jalonadas, en general, por el aburrimiento, el muermo y la eterna espera hacia algo, pues se diría que siempre esperamos algo que nunca llega. En mi caso, batir un récord de la Primitiva, por ejemplo. Pero ahí sigo, esperando. Apuramos la copa de tardeo matatedio, consultó su reloj, se levantó electrificado y espetó: «La leche, me voy pitando que tengo que recoger a mis hijos y si llego tarde mi ex me machaca«. Y se largó al galope. A veces me preocupa tener amigos íntimos tan valientes. Así te lo digo, ocioso lector.
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