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LA TERCERA

Rafael de Paula, dicen de ti

Ha pasado un cuarto de siglo del postrero arrebato. Ya no se podrá soñar con seguir el 'dictum' de José Luis de Vilallonga: «Cuando me muera quiero que esparzan mis cenizas en La Maestranza para que pueda pisarlas Rafael de Paula»

NIETO

Paco Reyero

Luis Sánchez-Moliní, entonces editor de la Fundación José Manuel Lara, y yo nos citamos con Rafael de Paula en el hotel Doñana de Sanlúcar de Barrameda: encargo de biografía o tentativa biográfica del maestro. Era el verano de 2004 y mientras tomábamos una ... cerveza, dimos por sentado que el maestro no aparecería. Acumulaba problemas económicos, le gustaba estar apartado con sus crecientes demonios, los autoinflingidos y los reales y ensimismado en sus recogidas glorias, recriminando al mundo la incomprensión y el desprecio con el que los mortales pagaban su genio: Felipe Benítez Reyes, el poeta con el que más vínculo mantuvo, dijo que, ya impedido para la lidia y con la decadencia acechante, Paula no vivía en un realidad paralela, si no que vivía en los extrarradios de la realidad.

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