Muere a los 85 años Rafael de Paula, leyenda del toreo

Nacido en un barrio de compás y duende como es el de Santiago, siendo hijo de Francisco Soto y Tomasa Moreno, Rafael de Paula tomó la alternativa en la localidad malagueña de Ronda en 1960 y confirmó su doctorado en Madrid unos catorce años después, ya en 1974. Pese a que su carrera fue intermitente, el jerezano terminó oficialmente en el año 2000, aunque continuó ya de forma más esporádica. Este domingo por la tarde ha trascendido la noticia de su fallecimiento, a cuya memoria se unen ya amigos y compañeros que lo trataron en vida y multitud de condolencias desde todos los prismas que ponen de manifiesto el talento único de un torero inclasificable.

El diestro jerezano, de etnia gitana, fue reconocido en 2002 por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España, que le homenajeó con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes su contribución desde su faceta como matador de toros. «No soy un torero artista, sino un torero de arte, que es distinto», fue uno de los tantos titulares que el diestro regaló a los amantes de la fiesta. Sus apariciones mas mediáticas le han llevado siempre a mostrar una capacidad innata para reinterpretar el toreo y convertirlo en algo netamente suyo. Porque suyo ha sido el favor de los seguidores que siempre le han defendido a ultranza.

Jerez de la Frontera sigue impactada por la pérdida de uno de sus más ilustres vecinos. También todos los amantes de la fiesta en la geografía nacional. De Paula destacó especialmente con el capote, y maravilló con verónicas a diestro y siniestro en las faenas que concatenó entre los años 60 y principios del nuevo siglo, que fue cuando puso fin a su trayectoria profesional. Durante la temporada de 2007 ejerció el papel de apoderado de Morante de la Puebla, que decidió no contar con él en la siguiente temporada.

Recibió la alternativa en la plaza a manos de Julio Aparicio, con ganadería de Atanasio Fernández. De Paula llevó una placa en la plaza de toros jerezana por una faena extraordinaria en 1979 y desde que se cortó la coleta, dejó numerosas improntas relacionadas con el pensamiento en general y de la tauromaquia en particular. En una entrevista concedida hace años a Movistar, el jerezano apuntó que muñecas como las suyas no habían existido en el toreo. «Mis muñecas son muy buenas. Y el pecho también me ayudaba mucho para torear», incidía.

«Yo no he sido nada. Yo, solamente, he sido, mire usted, un ave que he emigrado y he podido llegar al sitio y luego he podido volver. Un ave que ha hecho ese viaje y he vuelto con muchas fatigas y en estado agónico. Yo he tenido el toreo en mis manos en dos ocasiones, y se me ha ido. Por eso no soy nadie. Y eso es imperdonable. Para un profesional es un fracaso», fue la reflexión de tantas cavilaciones en alguna de las entrevistas que realizó en ABC.

Otra de las grandes cuestiones que se le trasladó en su día al maestro fue sobre cuál fue en su opinión quien ocupa el trono mayor de cuantos ha habido en la historia del toreo. «Ha sido Joselito 'El Gallo' el que mejor ha toreado. Porque una cosa es ser buen torero y otra torear bien. Era el más grande, porque tenía o poseía las mejores condiciones de todos, sobre todos los demás, Joselito 'El Gallo'. Ése es el mejor torero que ha parido madre de todos los tiempos. Ése es mi conocimiento y a la conclusión que llego», manifestó en su día igualmente en estas páginas.