TIRO AL AIRE
Oda a la nevera de playa
El verano es invencible, Camus dixit. La nevera, ni les cuento
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Iniciar sesiónEn una de nuestras paradas camino del mar, nos topamos con ella. Luce diseño retro, color pastel e invita a eso que hemos planeado: refrescarnos en la playa. Me vienen a la cabeza quienes la hacen de menos. La nevera de playa, el accesorio denostado. ... Para algunos. Nosotros la custodiamos en un armario exclusivo durante el invierno y el primer día que sale, de camino al santuario de verano, la escoltamos en romería. Yo misma no la alzo a hombros porque no estoy tan fuerte, pero debería. Y al descargar en la arena, tres vivas para uno de los grandes inventos de la humanidad. No es guasa. Pocas cosas más democráticas que una nevera. Si es de playa, el doble. El agua del mar moja a todos por igual, como la Justicia española este verano.
Antes del frigorífico, el hielo era solo para los ricos. Hoy te llevas la cerveza fría contigo donde quieras. Y aún habrá quien la rechace. Domingueros de la evolución. Si se lo hubieran dicho a los hieleros de Sierra Nevada, jugándose la vida con sus mulos cargados… No sabemos de dónde venimos. Hay que celebrar la nevera y presumirla. Se cuenta que Nerón enviaba a esclavos a las montañas para que le bajaran el hielo que luego mezclaba con miel. También que llamamos al polo así por Marco Polo, que nos trajo la mezcla de zumo de fruta y hielo de Persia. La nevera cambió nuestra forma de comer y relacionarnos con la comida. Una nevera siempre hace amigos. Pero sobre todo, una nevera te hace casa. Y si no, miren los hoteles. Cama y frigo.
Su invención también fue clave para la medicina. Por lo de conservar de medicinas a órganos. A estos hitos he llegado documentándome para la columna, no crean que me sabía de antes la historia de la nevera en el mundo. Pero ahora que la voy procesando, me pasa como a Nuccio Ordine en 'La utilidad de lo inútil'. No sé para qué me va a servir este conocimiento, pero quizá a partir de ahora el hielo me va a saber mejor. Le encontraré, por usar el adjetivo del verano, un sabor más singular. Más fresco.
Imagino que quienes no llevan nevera a la playa prefieren la liturgia del chiringuito. No la desprecio. Pero idolatro la de meter la mano hasta el codo en una bañera 'on the rocks'. La verdadera forma de vencer una ola de calor. Supongo que para defender la heladera hay que ser pro verano. Pero, ¿acaso se puede ser otra cosa? Ríndanse. El verano es invencible, Camus dixit. La nevera, ni les cuento. Ese pequeño gran milagro.
Al parecer, la gente también se burlaba de Frederick Tudor, el americano que se empeñó en llevar hielo de Boston al Caribe. Le costó, pero al final se hizo millonario. Pasó a la historia como 'el rey del hielo'. Hoy por cuatro duros te compras tu neverita. Al que le parezca que tiene poca clase, que deje hueco en la arena. Que mucho quejarse del verano y sus elementos, pero no vean cómo se pone. Dicho esto, voy a ver qué nos queda frío en la nevera.
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