RENGLONES TORCIDOS
Fascistas por todas partes
Si nos atenemos al clima de opinión publicada, padecemos una sobrepoblación crónica de fachas
Las tesis del niño (17/8/2023)
La Iglesia tiene un problema (10/8/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta semana parece imposible esquivar dos temas candentes: la pantomima de la investidura y la polémica sobre el fútbol femenino. Sobre lo primero he de confesar que siento cada vez menor interés, por pura supervivencia psicológica: hay quien cree que es un problema temporal ... que podría solucionarse si la mal llamada derecha gobernase cuatro años. Nada más lejos de la realidad: Feijoó, a lo sumo, llevaría a cabo unos retoques estéticos, pero ni en sus sueños más descabellados se propondría hablar de la necesidad de modificar la ley d'Hont o la conveniencia de instaurar un sistema de segunda vuelta. En todo caso, y aunque llegara a darse ese imposible escenario, el mal ya está hecho: vivimos en una España donde incluso a quienes tildan de fascistas ven fascistas por todas partes. Si nos atenemos al clima de opinión publicada, padecemos una sobrepoblación crónica de fachas. ¿Y quién es fascista? Cualquiera que se atreva a moverse un centímetro del credo oficial y oficioso. Fascistas son Rosa Díez y Albert Rivera, lo es también el PP en bloque y, por supuesto, lo son Vox y todos sus miembros. A no ser que seas Espinosa de los Monteros y de repente te conviertas en liberal. Liberal es otra forma de ser fascista también, pero siempre habrá grados.
Mientras, a quienes más encajan en las definiciones canónicas de lo que es el fascismo, a los que pretenden desmembrar España, no sólo no se les puede ni toser; son quienes han convertido nuestro país en esta jaula de grillos que a muchos nos hace sentir identificados con la seguramente apócrifa sentencia del primer presidente de la I República: «Señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros». Después de cuarenta años de ser francos llegaron otros tantos de democracia en los que hemos sido completamente ciegos a los problemas de raíz que nos han traído hasta aquí. Y ahora, de repente, muchos se vuelven conscientes de que quizá no era tan buena idea otorgar tanto peso electoral a regiones cuyo objetivo –nunca lo han ocultado– era alcanzar la independencia.
Algo parecido ocurre con el machismo y el fútbol femenino. Por querer ser más papistas que el Papa, nos hemos lanzado todos como histéricos a criticar a Rubiales, nombre que conocerá to' quisqui ahora mismo. Jennifer Hermoso pasará a la posteridad como víctima del machismo, apenas algunos recordarán en unos años que ha sido la máxima goleadora de la selección ganadora, uno más de sus muchos logros deportivos. Pasas toda tu vida entrenando como una jabata para acabar siendo «la del beso no consentido». Mientras, nos dedicamos a correr un estúpido velo sobre el aumento de la «cultura de la violación» que, efectivamente, tiene un factor cultural bastante nítido que nos dedicamos a obviar por miedo a resultar fascistas. No deja de ser irónico que el temor al fascismo se esté volviendo muchísimo más corrosivo a largo plazo que el movimiento europeo de los años 30 que apenas sobrevivió quince años.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete